lunes, 30 de enero de 2012

monse monday

Los ojos arden de no poder diferenciar el día de la noche, de creer que sí tal vez pero este duerme en un rincón olvidado

que no es fácil desentrañar, así llegamos a la muerte del primer mes, a caminar en círculos, al deporte del webing

evasión es lo que deseamos en un país tan grande como sus contradicciones; veintitantos espectros que murieron varias veces

la canción de los Soda vigente otra vez en esta tierra tembloriosa desde el sur (ahora terruño de condenados)

se avecina la crónica de un terremoto anunciado que nos sume entre el margen de la gran duda y del pánico agazapado

la informalidad es lo que manda en esta tierra premiada y olvidada por Dios, lunes para qué te quiero

visité la mañana cubierta de espejismos asesinos, así llegué a las colas estresantes para la sentencia a medias

un toque nomás que la figura grotesca está por salir desde la oscuridad, no quiero ser cómplice de sus fechorías una vez más

paso al otro día entre la voluntad de no ser o la moneda al reverso se guardará por donde vino

compartí y sentí, ellas son el aliento que me falta, también la angustia de la ausencia dura y puntual

chau que no es cuento chino...

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