lunes, 16 de enero de 2012

Two Days

Dos días deveniendo de las brasas, zigzageando entre micropaíses limeños, llamando a la buena ventura,



comiéndome la noche, urbaneando entre azotadas pistas abarrotadas de sudoros cuerpos, dos días



preparando pociones gustativas, ojos ajenos resplandecientes relamen sus ansias y compran el producto



de cuarenta y ocho horas de rally culinario que dejaron los combatientes para creer que recién empieza a



escrbirse la historia -tal vez compartida- mirada desde aquel acantilado perdido en la eterna pausa



dejada por el sabor de esa locura llamada nostalgia...



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