miércoles, 25 de enero de 2012

pasajero del miércoles inventado

La mirada buscada camina de espaldas por aquel callejón sin nombre ni señal parecida a la que quiero encontrar

ya va la noche anunciando que los ojos quieren dejar caer el telón, que ellas ya deben retirarse a sus aposentos holográmicos

qué bien, qué mal -afirma la dama de la luz en cuestiones almísticas-; no me importa inventar lo que no existe

hacer el inventario de las cosas por hacer, el conteo de lo que no quiero saber, evaluar mis años regados por la apatía

es una joda cotidiana, las horas me aburren, ellas no, ratón, cuy; no más, solo un poco más para llegar al paradero final

no es mi tiempo aún, cuando lo sea me frotaré los ojos y me pellizcarás para saber donde agarrarme

se fue, no logré despedirme, como por encanto de magia ya estamos en otro canal

chiquita ha de ser y en el proceso termino alargándola como aquella promesa que nunca cumplí

pequeñas cucarachas toman cualquier noche por asalto y me guiñan sus diminutos ojos con un tal vez te extrañe

no rebuscaré, no indagaré, simplemente me dejaré como lo hecho no está, duermen tranquilos, zombeo en boleteo

la última pose, el último pensamiento, la última descarga infiel no tendrá su recompensa de vida, ya la atraparé

sigue circuleando hasta que la muerte le aseste el beso oscuro, perverso, sin escapatoria alguna se ha de revolver

bandera arriba, última vuelta, a por el último caldo de esta noche en muere porque ya viene la solitaria madrugada...

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