martes, 17 de enero de 2012

Veinte minutos hasta las doce

Es lo que me resta en una loca carrera contra el tiempo

absorto de nada y ansioso por la llegada de lo imaginario

quizás en plan dadaísta por la causa de una voz que no me complace

toco lo inexistente y vuelvo a retroceder -over and over again-

la cursiva no funciona como el gobierno que se encuentra en manos de su propio destino inconsecuente

las provincias se levantan y no es más que una voz de alerta a la nación

de que Lima no es el Perú, la espera no va más pues las necesidades demandan vidas anheladas

por la injusticia de la causa que Dios no defiende (¿y el cardenal abominable?)

el sol aparece como el hit aquel que sonaba en las calles de los zurcos de la rockola de todos tus sueños anhelados

diez más para la cuenta

ya casi concluyo solo para que veas que eres mi cómplice perfecto

la semana acecha, me amenaza que tengo que hacer más de la cuenta

no estaré en el sabathrom espectacular, yo y ella (con familia incompleta)

necesito, no me abastezco en singulares jornadas que acaecida la lista no puedo manejar

cumplo conmigo mismo y bueno...con quién diablos sabe quién...

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