lunes, 16 de enero de 2012

Anónimo

Otra noche más en el extraño mundo de las palabras clandestinas y los corazones extraviados, van de gira dominical tras una semana removida por viejas pasiones y encuentros novísimos que se adhieren imcomprensibles por la mar nocturna.

Que no me quepan dudas que envueltas en ellas estoy desde que creí en la diferencia de no estar ni permanecer.

Intricados momentos son los que allanan el largometraje aún sin estrenar, aún en salmuera, aún en pañales llenos de moho y olvido.

Imposible dejar de pensar en ello, en la palabra prohibida, flotar en la negación en doce pulgadas versión extensa in the long time.

Ya dormí lo suficiente, ahora y como las lechuzas del parque de al frente vuelo alto y a veces bajito, en círculos, sin bitácora ni algún plan a ni zeta; así siempre es mejor.

El primer día de la semana es el malnacido y repudiado, igual para la masa cualquier día es igual, solo cuentan las puestas de sol y los amaneceres por la supervivencia.

Una chiquita para olvidarte, una para recordarte, otra para despedirme, a la salida del cinema pueblerino donde latearé solo de regreso a casa, en la avenida silenciosa, en la madrugada del verano jadeante por el puro placer de nombrarte bajito...

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario