lunes, 16 de enero de 2012

Òpera prima de mièrcoles

Tan solo el hecho de pensarte una vez más el corazón se atolondra y caigo como el durazno/ciruelo





del huerto-jardín improvisado por las callosas manos del hombre de la cabecita gris





unas veces maduro, otras podrido, picoteado por los pájaros hambrientos





para terminar aplastado en el césped y morir devorado por voraces hormigas barriales





el verano ya está encima, " las cuentas del alma nunca se acaban de pagar " (RB)





la chamba ha subido también con su vértigo envolvente, tempranito hasta entrada la noche





el lunes trajo titulares sombríos, más pruebas para cancelar a costa de su sufrimiento inesperado





tragar saliva para enero -es la consigna- all toguether now si no para qué estamos





por eso es que la navidad siempre llega y aprieta, pese a la nostalgia pretérita, solo ansío un poco de calma





sé que no debo contar los días ni quiero entrar en angustias consumistas





así es la película -primer plano a ojo de chino cantonés- (ay mi tata, todo un personaje)





las mamitas Concho y Rosa, viejas entrañables, matronas de aquellas





vuelvo a contar: cuatro para ser exactos





al borde del medio siglo y nada aún está dicho





" no es lo que seas en tu interior, son tus actos los que te definen " (el caballero de la noche)





ese quiero y no soy; Demon Nights es solo un viejo cóctel que aparece cuando muto de ser a no estar





ella sabe (o al menos cree entenderme), es un oasis perfecto en esta batahola de vida





lástima que no haya llegado a tiempo o que el tiempo me llegara varios paraderos perdidos





imposible conciliar el sueño cuando el ansia toma las riendas para ir hueveando por allí





mientras viejos amigos postean en caminos musicales a los que pronto volveré





por la gracia de la musa de Lanús se apiade de este vagabundo virtual





que no siempre está a la altura de las demandas del corazón y las fibras que no sé leer





a pocas horas de la batalla culinaria, debo ir a mi magro aposento





(el nisei plástico prosigue con sus colgadas audiovisuales)





la del estribo para morir quietecito (una vez más)





será para el primer mes del nuevo año





en el club de la calle donde andaba el buen Edwin Zcuela





ya voy que no estoy...

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