domingo, 24 de abril de 2011

Recuento por un jueves

Con los ojos enrojecidos de no saber si la hora es cierta para conciliar el sueño

discurro entre dos portales

un día en Santa María -km 50- volamos como galgos infernales, en una hora por la ola verde

la carga lista para saborizar almas inquietas con la herencia ancestral más la cuota nuestra

disparamos a su paladar

un triunfo acumulativo, no tanto hasta que el ansia se vea reconfortada por los pagos a la tierra -y a la mía-

sol/neblina/nubes/resolana; cuatricomía estacional, así se engríe el clima limeño

las seis horas peruanas listos para el cobro y la despedida hasta la que venga, cargamos, ya nos vamos

cabeceo, entremiro, sobresalto, y despierto en Lince para la bajada de Militar, incursión exitosa

la musa de la cuadra veinte es un espejismo en este valle urbano, criollo, pendejo, barrial

ahora nos sorprende con la gratitud hecha más por mi hermano (yo soy nuevo en el asunto)

placeres a nuestras bocas, pronta salida -ya fue suficiente-, la marcha en camino, se cierra la trinchera

una gaseosita para la pausa urgente, -trapiches humanos- la cuenta de la semana y la conversa con la cumpleañera

hasta pasado mañana (ella no descansa), pa la combi, viaje insmomne, noche en muere

aún me alcanza para estar un ratito con mi gusano de seda

le doy lo que puedo, mañana habrá un tiempito porque restan aún dos días más que librar

debo recogerme para encaletarme en el descanso reparador

viajo solo por instantes, la peregrinación es ineludible pese a la advertencia

coordinaciones por SMS, ya quedamos

jueves nada santo, solo laburo y letras perdidas en la memoria

perfomance adictiva, feriado laborable, me acuesto en tu recuerdo para no ser.



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