jueves, 21 de abril de 2011

Mi pequeña niña mutante (Luana)

Llegó -un día de tantos y qué- como reza el estribillo de aquella canción nuevaolera.

Como un gusanito de seda en su ovillo materno, frágil, indefensa, hermosa, un pedacito mío

otro tanto de su ambivalente madre

vino con una marca registrada en su pequeña mejilla izquierda

un logo carnal que se fue diluyendo con el desarrolllo de sus tiernos años

disfrutó algún tiempo de bonanza que mi destino a su vez se encargó de asesinar

así como cuando yo tuve a los cuatro años una conversación con la muerte

ella sin saberlo siquiera pasó por ese oscuro trance

pensé que se iba como yo con mis viejos

nació otra vez, ha de llevar ese extraño estigma

como una carga, como un desentrañable acertijo

hace tres años que ya no me acompaña en mis amaneceres grises

tampoco por las tardes soleadas a la hora del lonchecito

ni en mis noches cumbres

ya no más -por ahora-

cuando la veo directo a los ojos me miro a mí mismo

ya es una crisálida larguirucha/delgada como un fideo chino/inquieta como la ansiedad mía

hermosa púber al filo de su último año primarioso, la ansiada fiesta de promoción

abrazo mi oscilante vida

cuando me acompaña a caminar

por el mercado de nuestros momentos afligidos

de nuestras alegrías mediáticas

celebro -de nuevo y en silencio- su llegada a mí

mañana -como pocos días-

volveré a estrecharla y cogidos de la mano

fundidos en una sola entidad

cruzaremos la gran avenida

de aquella ciudad arrasada por el olvido sin perdón

como dos sobrevivientes, callados, irresponsables, lúdicos.

Mi 'Pequeña Niña Mutante' volverá su dulce y pálida carita

para decirme muy suavemente al oído: " Papi, yo soy tú y tú eres yo" . . .



(dedicado a la osa escritora).

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