jueves, 21 de abril de 2011

45 '

Encontróse de nuevo rodando la misma serie

el mismo camino de retorno entre la oscura avenida

la máquina rodante, sigilosa a paso de cortejo fúnebre

el pago por la travesía urbana, vuelto de cinco más boleto de despedida

adentro -como siempre- las miradas extraviadas sin ningún punto fijo

cada uno va contando los minutos que le quedan

por discurrir por paisajes inertes y repetidas crónicas de vida.

-Bajo en el siguiente paradero-, rojo para verde, ya llego

pisada fuerte al asfalto, Alice no cuenta nada de su silenciosa mirada

paraderos enquistados echan raíces para volverte a ver cada vez que pases

dejando un poco de ti en esta atosigante ciudad

sus remanentes suenan como viejas rockolas al final de aquella cantina atendida por Toniño

somnolienta y sórdida -portando su ojo que ya no ve-

cruzo hacia la siguiente orilla dribleando automóviles fugaces

atravesando los barrotes de la reja prisión para continuar con mi paseo nocturno

-Ford ha colgado sus respuestas-

ya mis fantasmas asesinos acechan incluso por mis aquellas hueveadoras rutas virtuales

no hallé a la tortuga ecuestre esta vez, solo un mensaje en la botella

dejó escapar el suave rumor de su encandilante presencia que no llego a tocar

fotos añejas de álbunes familiares dejó el vate norteño como un abrazo que habita hoy en un town

entre el mercado cerrado y el bullicio de las tiendas del barrio parto el paisaje en dos

me alejo lo más pronto de esa inusitada feria de personajes estereotipados

que prefiero no compartir

a una cuadra del pasaje estoy y Plant me dejó pensando

que si puede ser posible aquel concierto esperado

-vaya uno a saber- si es lo correcto amarrar historias paralelas

inciertas por interrupciones de mi extraño oficio

ya no contemplo más mis melómanas pasiones -everybody knows-

la casa tomada, golpeo tres veces la puerta con la clave que mis cordones umbilicales ya saben de memoria

mi niña mutante pregunta y abre la puerta de su inquieto/juguetón corazón

abrazo por siempre, pausa a la vida congelada en imágenes eternas

que se entrelazan en el jugo mágico por caminos separados

ya me marcho, -tenía que verla- contemplarla por unos instantes

hasta el cierre del portal entre líneas posibles

la veo de lejos y vuelvo mi rostro hacia ella

sigo mis pasos entre conteos al borde de ataques estresantes

para detenderme de vez en cuando

apuro el ritmo -está en camino- no entiendo porqué

debo seguir en este crucigrama sin finales de espera

la última llamada es un juego indescifrable

le dejo algunas migajas de la plusvalía, estoy atrapado

vista al final, conclusión con esta largada nuestra

hacia el cuarto callado, ya debo, ya es hora, apago las luces...

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