jueves, 21 de abril de 2011

Improntu

Tres días dejados al azar

las lágrimas cayeron del cielo encima de mis membranas más vulnerables

golpeteando sin cesar la noche solitaria, perdida en la bruma por tu ausencia incógnita, desertora

no more writting nights, el búnker del subte ha sido declarado en cuarentena

sea dentro o afuera las misérrimas imágenes paganas cubren la decadente ciudad

infestando por plagas electoreras, desgraciando más la vida en este enigmático país

verbo/ prosa/ rima que no rima/ crónicas absurdas/ anécdotas malcompuestas

extraños designios ordenados por corazones rotos, envilecidos en sus propios laberintos

el temporal está ausente -menos mal- quedan pocos minutos para que la magia se diluya

ya nada será como antes, no más sumersiones literarias, peregrinajes fastuosos inalcanzables

ayer recordé aquel clásico beso de Fausto a su Elena

Richard a Elizabeth

sus inmensos y alucinantes ojos lilas acaban de bajar el último telón

ocho maridos en su haber, una vida ambivalente, una leyenda hecha diva

Hollywood se rinde ante la faraona y el mundo le rinde pleitesía a una gigante

ya viene la otra mitad para irrumpir mi sueño etéreo

el estómago avisa que está por sonar la campana del recreo

(¡oh!, aquellos días colegiales cómo esperábamos el timbre del recreo y refrigerio para salir cueteados)

mi niña mutante es un derroche de cándidez y dulzura, me alimenta, su presencia me envuelve

qué bueno es olvidar/se por algunos instantes y decir wild cruel world goodbye

las reuniones con los compañeros cómplices son historias amnésicas

ahora me dan la espalda (está bien), no los culpo ni me culpo

diecisete días para la cuenta final, para depositar nuestra amargura, deseos malhabidos

vidas compradas, sueños asesinados, futuros negados, mentiras verdaderas

hoy en calma, no hay vorágine, este silencio sepulcral me preocupa

y quiero despediirme de una buena vez de José Eduardo

se alejó sin decirnos siquiera -ya no formo parte de esto-

cuando la vida te alcanza no hay manera de despercudirse

Alberto sufre en silencio una prueba más de la rigurosidad del destino

pensamos en ti, no oro porque ya dejó de ser un hábito obsoleto

el jueves no ha traído lechuzas blancas esta vez

ni Mr. Postmans lateros no han puesto ningún sobre debajo de la puerta

el estómago otra vez, ¿ya viene?

las 8:31 a.m. me dice que debo poner fin a estas extrañas líneas

cumplo contigo y con nadie a la vez

de la rebusca no encontré nada, solo polvorientos sarcófagos

extraviados entre cajones polvorientos, esperando ser enterrados entre el olvido y la desolación

ensayo mi última pose vallejiana ante mi público inexistente

el ventilador me guiña el ojo, el timbre no suena, sin música y sin guión alguno

debo volver de entre mis pasos -one more time-

debe estar en algo, peor imposible

es solo un accidente, un azar, un remar sin olas ni playas tuyas

solo el placer de recordarte y quererte abrazar otra vez

se sienten pasos, debo colgar...

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