domingo, 6 de febrero de 2011

La huida del domingo no significa que quiera a los lunes

Acaecido el último día de la semana vuelvo a verte entre lamentos escondidos

e incursiones clandestinas derribando el muro prosigo,

los gorriones madrugadores del parque avizoran otro día soleado

chateos improntus, conversas repentinas, comentarios gustativos,

estados no alterados, el mes a punto de morir y con el de la amistad,

el amor -puestos al servicio del consumismo- encima nuestro

llegan los carnavales que un día fueron parte de una historia desbordante,

de una sociedad mentida a sí misma, ahora son meros baldazos de agua

con orines barriales arrojados por palomillas esquineros

la suerte podrá estar echada depende del ojo de la botella -Cristal- con que se chupe

madrugo de entre mis entrañas para escapar de la cordura,

vorágine ciudad arrima mis pensamientos one more time

las cabalgatas combi como el pan -con bromato y sin miga- de cada día no deseado

ayuno mi soledad, celebro la llegada de nuevas amistades a mi pequeña alma inquieta,

trémula se emociona de encuentros cardiacos

mis ojos que un día fueron pardos hoy visten de gris panza de burro, cielo Lima,

Metropolitan and Last train to Hell (si es que lo terminan...)

ya para el cierre del bar, echan aserrín a nuestras conciencias

próximas a acudir a las inefables urnas miro por última vez mi mirada

para decirme que no tengo mayor opción que seguir en este interminable juego

mientras ellos duermen yo descargo para arrojarme a mi lecho en el cuarto callado,

la balada del vampiro...

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