Tal como acordamos, tempranito para arrancarle todo el tiempo que nos deje el domingo
para olvidar las miserias y los boleros oxidados, la mañana me trajo el sol a mi sonrisa vulnerable
de corto para asumir el verano inimisericorde, de combi canadiense al ciempiés blanco hacia el pituco distrito
ella en el edificio -por ahora- lista con la alegría de sus nobles doce lunas cascabeleras
ojos rasgados, su etiqueta emangioma que no es más que un tatoo de vida
boquita tierna que calla cuanta pena que le rodea por incomprensibles decisiones que a ella jamás le preguntaron
ocho pisos en su haber (tira y retira) partida hacia la plazuela barranquina para el chequeo de la obra del Delfín
de allí bajando las escaleras del puente de los suspiros sorteando el romántico y extinto pasado
por el presente del paisaje inconsistente con pérdida de personalidad y deshechos agrediendo la vista al pasar
la playa abajo de la costa verde para las historias pintadas y las formas esculpidas por el veterano maestro
raspadilla itinerante para aplacar el cansancio a la búsqueda de sombra en el mediano anfiteatro
regreso hacia Ocharán para la visita de la amistad con cariño acumiulado, al cuarto con intercomunicador
la expectativa colmada por los pequeños ojos y los anfitriones en su cálido hogar con las obras en la galería improvisada
conversa necesaria con ternura y los años aprendidos, el inquieto engreído entrometido entre ladridos and risas premium
ya vamos, inolvidable incursión, atrás las cervezas y las empanadas, la promesa de una cocina para Manuel
la mirada en contrapicado, desde arriba la despedida por el regalo de conocernos de casi una retrospectiva
al barrio, a la casa patriarcal, al almuerzo reclamado, la tarde para el reposo, de allí al lonche de retirada
después de películas bizarras adioses a sus abuelitos, la microbeada pesada dominical por avenidas fatigadas
-over again- al octavo pedaleando fuerte, chau con mi niña gusano, chau por un domingo para la tregua
hasta tu retorno hacia la casa de la almudena, hasta ver de nuevo tus lindos ojos iluminar mi vacío perpetuo.
domingo, 19 de febrero de 2012
viernes, 17 de febrero de 2012
diecisiete días a la muerte del verano
Trasuntando entre fuegos incandescentes me llegó el viernes, tregua urgente para volver a las calles de Lince
sin tirano sol que tolerar, me aboqué al juego de las llamas saborizantes con el encuentro de nuestros antepasados
manos al noble animal con cortina musical rockosauria en la noventa y nueve
asumo mi regreso al taller de los sueños para partir un poco hacia el destino de la sonrisa con recompensa
última parada cerca a la guarida de viniloman, los tres stands y la esperanza almacenada from the inside
la toma del expreso para la calle miraflorina con sabor a encuentro mutante, ella me inspira
lonche para abrazar nuestras miradas cómplices, para estrujarnos con nuestros ojos bluseros
la película de última, final improntu, -gracias por tenerla- hasta el domingo en la plaza barranquina
caminata lunar en quince, subibaja combi, travesía avenida, paradero guardería, último paseante
la máquina agenda de diario visitar/ inevitable incursión/las palabras vuelan bajito por mi cuadra
saltié al otro día como todas las noches literarias autodidactas y me acordé del vigilante de ciudad gótica
jugo helado, fruta prohibida, baño aforo
recordando el proyecto cocinándose, porfiando entre el noble placer de crear aunque nada espere
que no me duela aceptar el nombre del riesgo de extroversión por el regreso de los textos dormitados
ya encripto, ya encaleto, ya duermo...
sin tirano sol que tolerar, me aboqué al juego de las llamas saborizantes con el encuentro de nuestros antepasados
manos al noble animal con cortina musical rockosauria en la noventa y nueve
asumo mi regreso al taller de los sueños para partir un poco hacia el destino de la sonrisa con recompensa
última parada cerca a la guarida de viniloman, los tres stands y la esperanza almacenada from the inside
la toma del expreso para la calle miraflorina con sabor a encuentro mutante, ella me inspira
lonche para abrazar nuestras miradas cómplices, para estrujarnos con nuestros ojos bluseros
la película de última, final improntu, -gracias por tenerla- hasta el domingo en la plaza barranquina
caminata lunar en quince, subibaja combi, travesía avenida, paradero guardería, último paseante
la máquina agenda de diario visitar/ inevitable incursión/las palabras vuelan bajito por mi cuadra
saltié al otro día como todas las noches literarias autodidactas y me acordé del vigilante de ciudad gótica
jugo helado, fruta prohibida, baño aforo
recordando el proyecto cocinándose, porfiando entre el noble placer de crear aunque nada espere
que no me duela aceptar el nombre del riesgo de extroversión por el regreso de los textos dormitados
ya encripto, ya encaleto, ya duermo...
lunes, 6 de febrero de 2012
veinte minutos después del arco iris...
...llegarán estas palabras así como el milagro tras la lluvia que colma este inédito día
la respuesta exacta en el día señalado para dar vueltas al destino que asomaba sigiloso y acechante
las lágrimas de Lima por un rato, el olor a tierra mojada colmará los anhelos de los viejos y nuevos románticos
Morrisey a punto de comerse un cebiche -será lo que será- el fenómeno pluvial y esta ciudad que respira agua
branquias mutarán en vez de nuestros contaminados pulmones por esta vez quisiera
solo un acto de fe, contra lo agnóstico que pueda ser la verdad se encaleta para no decirme que el día me guiña el ojo
a punto de zarpar, levar anclas de esperanza en esta insólita travesía que tú ni yo sabemos el norte por afrontar
la musa, las de antes, las de ahora son solo bellos íconos en mi mente viajante, anhelante de un blues por ti
cerca la comida para tres, la película para el Óscar, ya se va el lunes con su rockola inmemorial, el último vinilo
cuesta creerlo porque recuerdos pueriles vuelven como aquellas tortolitas que sobrevolaban sobre nuestra vieja casa
de Nicolás de Ayllón, algún día, algún día (somewhere over the rainbow)...
la respuesta exacta en el día señalado para dar vueltas al destino que asomaba sigiloso y acechante
las lágrimas de Lima por un rato, el olor a tierra mojada colmará los anhelos de los viejos y nuevos románticos
Morrisey a punto de comerse un cebiche -será lo que será- el fenómeno pluvial y esta ciudad que respira agua
branquias mutarán en vez de nuestros contaminados pulmones por esta vez quisiera
solo un acto de fe, contra lo agnóstico que pueda ser la verdad se encaleta para no decirme que el día me guiña el ojo
a punto de zarpar, levar anclas de esperanza en esta insólita travesía que tú ni yo sabemos el norte por afrontar
la musa, las de antes, las de ahora son solo bellos íconos en mi mente viajante, anhelante de un blues por ti
cerca la comida para tres, la película para el Óscar, ya se va el lunes con su rockola inmemorial, el último vinilo
cuesta creerlo porque recuerdos pueriles vuelven como aquellas tortolitas que sobrevolaban sobre nuestra vieja casa
de Nicolás de Ayllón, algún día, algún día (somewhere over the rainbow)...
sábado, 4 de febrero de 2012
poema verano
Solo soy yo el que fisgonea por la cerradura de tu alma inquebrantable
paseo en el desasosiego de los días mansos, las calles linceñas no dan más de lo que mi deseo antepusiera
el árbol impávido -frente al ojo ciego- es un sobreviviente de la cuadra veinte, son tres hermanos más
la estación desata toda su furia cada día de verano para el caminante anónimo que transpira su vida a medias
el bulto desde hace un mes, aguarda su introspección para aplacar temores cercanos, -aún no ha llegado la hora-
las canciones posteadas seguirán guardadas hasta el día señalado, solo la radio al fondo del taller solitario
propalará los últimos acordes del single olvidado, cremoladas al frente del cuartel de bomberos
para apagar incendios del corazón, refrescarán cada mirada negada, el sabor de lo impronunciable no está en venta
el reto se ha trasladado más allá de nuestras carencias, parece que el oasis llegó a la Mariscal Castilla
pasado mañana para volver otra vez a la danza de la respuesta que calme la sed de pensar en otro destino malrachero
las habitaciones sobran, la música del gran silencio se ha instalado hace un mundial, a dos de la soñada partida oeste
sin reclamo que se parezca a nada más de lo que yo pueda alucinar en mi pensamiento trotamundo
el elixir no procreará más inocentes mutantes en esta ciudad indolente
todo por el ideal juglero, por la gracia del verso perdido, entre cambios de velocidad va la prosa frenética
pocas veces traducida ni con subtítulos para la exportación, te ofrezco únicamente este pedazo de compensación
que nace a partir del misterio de la palabra inquieta por la causa del paradigma de tu existencia casi mitológica
la última lamida del helado prohibido solo para creer que te conozco en la nueva temporada por venir...
paseo en el desasosiego de los días mansos, las calles linceñas no dan más de lo que mi deseo antepusiera
el árbol impávido -frente al ojo ciego- es un sobreviviente de la cuadra veinte, son tres hermanos más
la estación desata toda su furia cada día de verano para el caminante anónimo que transpira su vida a medias
el bulto desde hace un mes, aguarda su introspección para aplacar temores cercanos, -aún no ha llegado la hora-
las canciones posteadas seguirán guardadas hasta el día señalado, solo la radio al fondo del taller solitario
propalará los últimos acordes del single olvidado, cremoladas al frente del cuartel de bomberos
para apagar incendios del corazón, refrescarán cada mirada negada, el sabor de lo impronunciable no está en venta
el reto se ha trasladado más allá de nuestras carencias, parece que el oasis llegó a la Mariscal Castilla
pasado mañana para volver otra vez a la danza de la respuesta que calme la sed de pensar en otro destino malrachero
las habitaciones sobran, la música del gran silencio se ha instalado hace un mundial, a dos de la soñada partida oeste
sin reclamo que se parezca a nada más de lo que yo pueda alucinar en mi pensamiento trotamundo
el elixir no procreará más inocentes mutantes en esta ciudad indolente
todo por el ideal juglero, por la gracia del verso perdido, entre cambios de velocidad va la prosa frenética
pocas veces traducida ni con subtítulos para la exportación, te ofrezco únicamente este pedazo de compensación
que nace a partir del misterio de la palabra inquieta por la causa del paradigma de tu existencia casi mitológica
la última lamida del helado prohibido solo para creer que te conozco en la nueva temporada por venir...
miércoles, 1 de febrero de 2012
Divagaciones con garúa limeña
Atravesando el camino de regreso a casa, contemplando el paisaje urbano y barrial me someto a la dictadura de tu indiferencia cruel y sincera, a las palabras graves como tu voz, a tu tono ausente y distante.
La tarde se despidió con tenues lagrimitas de angelitos limeños; así es esta ambivalente ciudad en esta calurosa estación de corazones varados en paraderos inexistentes, me inserto al mar asfalto a la espera del gran dragón naranja.
Hienas oxidadas rodantes vociferan como si las calles fuesen distritos arrasados; de cuando en cuando, entre sus adentros viajan bellas hembras atrapadas entre sus vísceras cachineras (oasis visuales en una ciudad malcrecida), cada largada es un tour desenfrenado que no avizora mayores augurios hacia su destino cruel y miserable.
Las pequeñas gotas nostalgia del cielo gris posvirreinal inquietan mi memoria hacia los años cándidos , solíamos ir a la caza de caracoles rompefilas en las veredas chaclacaínas, los cochinitos de la humedad acudían también a esa estampida emotiva tras el concierto del agua, después el
-somewhere over the rainnow- era el premio de la naturaleza, tal vez un rayo fantasmal cruzaba el firmamento, nuestros inocentes y pequeños ojos solo atinaban a quedarse pegados para ver aquella vieja película jamás estrenada.
Montado ya en la realidad del 'orange dragon' veo la vida pasar, mañana las manos en el piano por la estrella de Pinner, sus extravagantes gafas rockeras a pesar de su tiempo volteando la esquina, mi hija y su sueño mediático.
El mes carnavalero en curso, la misma senda hacia la vuelta villajardiniana, llegada a la casa de mi segunda, veo a mi reflejo hecho niña que me dice-hola papi, ¿cómo te ha ido?...
La tarde se despidió con tenues lagrimitas de angelitos limeños; así es esta ambivalente ciudad en esta calurosa estación de corazones varados en paraderos inexistentes, me inserto al mar asfalto a la espera del gran dragón naranja.
Hienas oxidadas rodantes vociferan como si las calles fuesen distritos arrasados; de cuando en cuando, entre sus adentros viajan bellas hembras atrapadas entre sus vísceras cachineras (oasis visuales en una ciudad malcrecida), cada largada es un tour desenfrenado que no avizora mayores augurios hacia su destino cruel y miserable.
Las pequeñas gotas nostalgia del cielo gris posvirreinal inquietan mi memoria hacia los años cándidos , solíamos ir a la caza de caracoles rompefilas en las veredas chaclacaínas, los cochinitos de la humedad acudían también a esa estampida emotiva tras el concierto del agua, después el
-somewhere over the rainnow- era el premio de la naturaleza, tal vez un rayo fantasmal cruzaba el firmamento, nuestros inocentes y pequeños ojos solo atinaban a quedarse pegados para ver aquella vieja película jamás estrenada.
Montado ya en la realidad del 'orange dragon' veo la vida pasar, mañana las manos en el piano por la estrella de Pinner, sus extravagantes gafas rockeras a pesar de su tiempo volteando la esquina, mi hija y su sueño mediático.
El mes carnavalero en curso, la misma senda hacia la vuelta villajardiniana, llegada a la casa de mi segunda, veo a mi reflejo hecho niña que me dice-hola papi, ¿cómo te ha ido?...
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