domingo, 6 de febrero de 2011

Después del almuerzo

Dejaré regados mis anhelos insospechados bajo la yerba,

acarrearé mis pesadillas cotidianas

y no te veré más -por ahora- hasta el último canto del gallo en tu nombre


vendré atosigado montado en el gran dragón naranja,

sobreexaltado se tragará a la masa de la avenida

dentro de él una niñita sentada en su propia sillita con su madre gorda

y su mirada asesina -por si acaso-

en toda mi pv jamás vi a alguien que llevara su silla dentro

de la gran bestia ambulante, inétido, de cómic

ya la bajada -con pie derecho- con el paso doble (a su mare)

cual caminata olímpica siempre en mi vida

el verano ya está instalado y deshidrata cualquier tipo de creación creativa,

en este centenario de JMA

todas las sangres coaguladas de tanta opresión, de devenires inconexos,

de placeres negados,de amores extraviados, de fatigas malsanas,

se viene mi calvario cual cuesta arriba para no mirar al desfiladero

amigos míos, yo y mi hermano en la justa batalla de nuestros días,

pronto o casi, otra será la historia por venir

la música relampagueante y mis cuarenta y ocho reencarnaciones

van deambulando por las veredas linceñas

ya no te oigo ni veo venir, así será después del almuerzo

te querré en silencio y mi inconsecuencias me jugarán

una mala pasada otra vez, después del almuerzo esperaré sentado

la llegada del último tranvía has sido tú.

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