Dejaré regados mis anhelos insospechados bajo la yerba,
acarrearé mis pesadillas cotidianas
y no te veré más -por ahora- hasta el último canto del gallo en tu nombre
vendré atosigado montado en el gran dragón naranja,
sobreexaltado se tragará a la masa de la avenida
dentro de él una niñita sentada en su propia sillita con su madre gorda
y su mirada asesina -por si acaso-
en toda mi pv jamás vi a alguien que llevara su silla dentro
de la gran bestia ambulante, inétido, de cómic
ya la bajada -con pie derecho- con el paso doble (a su mare)
cual caminata olímpica siempre en mi vida
el verano ya está instalado y deshidrata cualquier tipo de creación creativa,
en este centenario de JMA
todas las sangres coaguladas de tanta opresión, de devenires inconexos,
de placeres negados,de amores extraviados, de fatigas malsanas,
se viene mi calvario cual cuesta arriba para no mirar al desfiladero
amigos míos, yo y mi hermano en la justa batalla de nuestros días,
pronto o casi, otra será la historia por venir
la música relampagueante y mis cuarenta y ocho reencarnaciones
van deambulando por las veredas linceñas
ya no te oigo ni veo venir, así será después del almuerzo
te querré en silencio y mi inconsecuencias me jugarán
una mala pasada otra vez, después del almuerzo esperaré sentado
la llegada del último tranvía has sido tú.
domingo, 6 de febrero de 2011
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