domingo, 24 de abril de 2011

Recuento por un jueves

Con los ojos enrojecidos de no saber si la hora es cierta para conciliar el sueño

discurro entre dos portales

un día en Santa María -km 50- volamos como galgos infernales, en una hora por la ola verde

la carga lista para saborizar almas inquietas con la herencia ancestral más la cuota nuestra

disparamos a su paladar

un triunfo acumulativo, no tanto hasta que el ansia se vea reconfortada por los pagos a la tierra -y a la mía-

sol/neblina/nubes/resolana; cuatricomía estacional, así se engríe el clima limeño

las seis horas peruanas listos para el cobro y la despedida hasta la que venga, cargamos, ya nos vamos

cabeceo, entremiro, sobresalto, y despierto en Lince para la bajada de Militar, incursión exitosa

la musa de la cuadra veinte es un espejismo en este valle urbano, criollo, pendejo, barrial

ahora nos sorprende con la gratitud hecha más por mi hermano (yo soy nuevo en el asunto)

placeres a nuestras bocas, pronta salida -ya fue suficiente-, la marcha en camino, se cierra la trinchera

una gaseosita para la pausa urgente, -trapiches humanos- la cuenta de la semana y la conversa con la cumpleañera

hasta pasado mañana (ella no descansa), pa la combi, viaje insmomne, noche en muere

aún me alcanza para estar un ratito con mi gusano de seda

le doy lo que puedo, mañana habrá un tiempito porque restan aún dos días más que librar

debo recogerme para encaletarme en el descanso reparador

viajo solo por instantes, la peregrinación es ineludible pese a la advertencia

coordinaciones por SMS, ya quedamos

jueves nada santo, solo laburo y letras perdidas en la memoria

perfomance adictiva, feriado laborable, me acuesto en tu recuerdo para no ser.



.

jueves, 21 de abril de 2011

Los cinco jinetes del Derby

Martes diecinueve, un día más en el paraíso, y así en un día calmo, sin agitaciones extremas se fue exterminando la mañana, la tarde y cerca a las 6:30 p.m. partí a la cita ex promo setenta y nueve del colegio de la avenida Tomasal, allá por los días inocentes e intrépidos, días que se pasaron volando como las flores secas -del árbol de nuestro local- que caen silenciosas como nuestros años aprovechados, perdidos, olvidados o quizás el otoño tal vez se lleve las respuestas encarpetadas en nuestro pupitre inmemorial.

El tráfico se traga media vida nuestra, así es Lima -omnipotente, jactanciosa, envolvente- quiero llegar antes para no correr -como siempre lo he hecho toda mi vida- la avenida de las luces psicodélicas no son más que un dragón mitológico llevando en su sinuoso lomo cientos de máquinas infernales apurando el paso, convirtiendo el asfalto en una interminable pesadilla nocturna, -por eso te quiero y te odio ciudad-.

-Bajo aquí nomás compadre-, apuro el paso hacia el mercado salamanquino pasando la Circunvalación (me encanta este peregrinaje por las calles de mis caseros y las tiendas que forman parte de mi agenda de visitante eventual, de observador compulsivo, de capturador de imágenes urbanas con sus personajes auténticos, de comprador necesario).

La correa que me faltaba para renovar mi etiqueta personal -por una noche más-, la conversa plena con el maestro zapatero que me hizo olvidar por instantes la carga emotiva del día, para recargarme nuevamente y continuar con mi periplo viajero.

Regreso al búnker de todos los días, a la ducha y a combinar el traje que he de probarme para asaltar a la noche por la gracia del encuentro añorado con los personajes aún presentes de la historia nuestra.

Ocho y quince; -dije que iba a estar minutos antes de la hora del Chavo- mando un SMS para avisar a la 'Musa de las Arenas Movedizas' que ya estoy en camino hacia las Tres Marías.

-Estoy rumbo a la casa de 'Mi Bella Genio', para venirme con ella, -me responde mi compañera del quinto "B"-, ya en menos de 15' estoy llegando al punto de la reunión, al llegar a la esquina diviso a Adita Thinkerbell, ahí nomás llegó casi conmigo, el saludo fraterno a la encargada de motivar a las almas perdidas en el álbum escolar.

Está cerrado, las luces apagadas, -nos quedamos perplejos-, -a lo mejor hoy descansan -pensé-; veo ingresar por una puerta auxiliar a un señor, toco para preguntar el porqué del cierrapuertas.

Un huachimán se acerca antes informándome que el local atiende dependiendo de la cantidad de clientes, si no hay muchas mesas llenas se cierra -así es la cosa, entonces; primera vez que lo encuentro así.

-A esperar a las damiselas, me dijeron que están en camino, -le comento a Adita-, mientras matamos el tiempo entre Mac Cartney, el cole, la familia...

Más de media hora de friolenta espera, aparecen el dúo dinámico Malaver ( la 'ex huesitos', ahora una carnotaura) Cáceres ('Arena Blanca Mar Azul' ).

Ya se nos enfriaban las posaderas por estar aireándonos, así dejaríamos nuestras huellas poctilares en los carros estacionados a las afueras del estacionamiento de las mentadas Marías.

-Nadie ha venido, somos cuatro solamente- , llamamos al promotor de este fallido acontecimiento, el señor Lucho 'Birri' Estacio (cómplice de incontables historias que ya no serán las de antes); marcamos hacia el fijo de su jato (no tiene escapatoria); las tres damas de compañía me hacen entrega del venerado encargo.

-Oe, ¿qué pasó?, te he estado llamando a tu radio, figura apagada o fuera de servicio, igual la de Rubén (Guitar Hero).

- Puta madre, me olvidé chino, he cambiado de número, ta que no puedo ir, estoy con una gente (chupando obviamente).

Los comentarios lo dejamos para el 'Show de Goles', mientras en ese desahuevo celular llegó el 'Mono' Jose Luis Salas (dejé de ser el único hongo en este vivero de mandrágonas) y así en ese desconcierto grupal nos pusimos de acuerdo para cambiar de locación y así enrumbar hacia los chupódromos que habitan a las afueras de la Universidad de Lima para los muchachos de la Pre y de la institución educativa que no saben de responsabilidades y dejan las propinas familiares porque la vida aún no les toca la puerta (la otra escuela chupística, parte de la cultura etílica que muchos hemos aprendido en nuestros años jóvenes e irresponsables).

Bajamos a las canteras cheleras, -Oy comparito, ¿sigues acá todavía?-, le pregunta Pepe a un cuidador de carros que conoció desde épocas universitarias que ya debe tener un doctorado en lavado y guardianía de carros .

Entre el barullo de las conversas de las mesas abarrotadas por la muchachada estudiantil, más la música reggetonera y 'tropipop' ingresamos a este improvisado centro de esparcimiento.

Mesa para el grupo cinco, las divas al frente nuestro, yo y Pepe listos en el partidor para arrancarle a la noche las últimas notas de aquel bolero olvidado en el tocadiscos de la vieja casona de techos altísimos en la ceja de sierra de la ominosa capital.

Una ronda de jarras de Franca aguada y cabeceada ( pendejos de mierda algún día les caerá el guante) por 'mochila' más la del estribo, salchipapas 'high colesterol/full cremas' cual golpe de gancho al hígado de Kina sirvieron para animar y calentar la noche otoñal, no obstante la acalorada y encendida discusión/foro/debate churrigirresco ineludible acerca del momento político, confrontación de ideas nada compatibles y de las otras; no fueron excusa para estrechar nuestras conciencias y los años colegiales que resultan difícil sacudirse porque la historia formativa es parte nuestra y se lleva en la piel por más que la nieguen o detesten otros personajes que su presencia ahora, jamás y nunca será vista ni a vuelo de pájaro.

Las doce y treinta más sereno; adioses quedando para junio -postresultados electorales que la segunda vuela traerá -sea cual fuere el resultado- taquicardias anunciadas o celebraciones mediáticas-, Eli anuncia entonces una nueva puesta en escena en una fiesta en una disco -a las que no frecuento y me cuesta digerir, todo sea por los súperamigos-.

Remolinos virtuales y las andanzas en el Face Rock

Ya ni sé cómo llegué a estos intrínsecos rincones que la magia del internet se encargó -érase una vez- de atraparme para quedarme quién sabe (y tampoco deseo saberlo); cuando mi hija mayor -Isaboe- veía que yo siempre tenía ese inconceptuable impulso por escribir y escribir no siempre temas necesariamente interesantes como relevantes (esencialmente escribo por mí y para mí, bueno, si a algunos les gusta -ya, bacán- (clásica del amigo/artista multidisciplinario Ulises Q.) y si no, pos no).

Como todos los habitantes cibernáuticos comencé con un correo electrónico en el Yahoo! y después la inquieta de mi hija me creó un blog personal para que mate mis demonios; contra todo pronóstico y tipo de resistencia me metió primero al HI FI; al que habré entrado no más veces que las palmas de mano y luego al 'bendito' Facebook.

La verdad que no me emocionaba mucho la idea de ingresar en esas lides virtuales sociales donde los muchachos de ahora paran 'pegadazos' -son esclavos de la era tecnológica ludópata- desde los juegos en red, 'la famosa matanza', el nintendo, el súpernintendo, el play station (herederos del Atari y el pimball ), el adictivo messenger y el hiperusado chat -instrumentos de comunicación ágiles que hasta la fecha me resultan difíciles de interactuar por los espacios de tiempo inmediatos que me estresan así como contribuyen a aumentar mi ansiedad y mal humor-.

Es así que Fátima L., una amiga de mi pasado ensimismado me asignó al FaceRock (cuando eran doscientos y pico de seguidores), ya ni sé quién más pero amigos que hice en este cada vez más sorpresivo mundillo me fueron metiendo en FaceClasicRock, Jukebox, FaceMúsicaPeruna, FaceSoundtrack, FaceClásico, FaceJazzPerú y el recién estrenado Facepelículas.

En ese sentido yo fui asignando e invitando amigos y conocidos de mi entorno facebookiano y la cadena se fue prolongando hasta ser ochocientos ochenta y tantos miembros del principal grupo abierto de rock virtual; seres de diversos géneros musicales y de diferentes promociones postean vídeos musicales gracias al YouTube (todo sin gas...por supuesto), dan sus comentarios, intercambiamos opiniones, aprendemos, nos peleamos -a veces-, en ciertos casos tuvimos situaciones insalvables con deserciones de algunos o expectoraciones anunciadas por los administradores con el fin de salvaguardar el orden y el respeto de esta cofradía virtual.

El pasado miércoles 13 se inauguró la exposición/venta de carátulas de vinilos de grupos emblemáticos de rock de diversos géneros en Bohemia del Óvalo Gutiérrez, curador, responsable y dueño de esa curiosa colección es nuestro amigo y miembro Alberto Candia, fue una grata noche donde por fin nos conocimos varios de nosotros que pululamos por estas redes públicas/sociales que sirvieron para cultivar una amistad; ya nos vimos las caras, roto el hielo pasamos una velada musical con buena onda, grata conversa, piqueos y tragos atendidos muy bien por el personal de dicho recinto gracias a la gentileza del anfitrión, el buen 'Oso' Herp Albert Candia.

Para no hacerla 'más extensa 12" '; quiero nombrar a algunos miembros de este grupo que -en algunos casos ya nos conocíamos y fuimos rescatados del túnel del tiempo- o de alguna manera hemos conformado alguna, cierta o fraterna amistad: Fátima López, Alicia Vásquez, Yoli Cappellini, Jorge y Wicho García H., Daniel F., Raúl Montañez, Alberto Candia, Federico (Picolino Clare) Nitzche, Maritza Helfer, Gianna, Patricia y Rosemary Osorio, Dolly Rocker, Stephanie Gutiérrez, Alfredo Rosell, Jaime Higa, Lita León, Jorge Roca, Sirius Cooperblack, Rosa Bonilla, Charo Noriega, Vlidimius; entre otros (tal vez me olvide de varios pero creo que son parte de mi red amical atemporal).

Como no todo dura para siempre, me quito a chambear que no todo lo lindo es eterno -como el deporte que nunca pasa de moda y que amamos los peruanos verdaderos: el webbing-.

Chau facerockeros, siempre...

Mi pequeña niña mutante (Luana)

Llegó -un día de tantos y qué- como reza el estribillo de aquella canción nuevaolera.

Como un gusanito de seda en su ovillo materno, frágil, indefensa, hermosa, un pedacito mío

otro tanto de su ambivalente madre

vino con una marca registrada en su pequeña mejilla izquierda

un logo carnal que se fue diluyendo con el desarrolllo de sus tiernos años

disfrutó algún tiempo de bonanza que mi destino a su vez se encargó de asesinar

así como cuando yo tuve a los cuatro años una conversación con la muerte

ella sin saberlo siquiera pasó por ese oscuro trance

pensé que se iba como yo con mis viejos

nació otra vez, ha de llevar ese extraño estigma

como una carga, como un desentrañable acertijo

hace tres años que ya no me acompaña en mis amaneceres grises

tampoco por las tardes soleadas a la hora del lonchecito

ni en mis noches cumbres

ya no más -por ahora-

cuando la veo directo a los ojos me miro a mí mismo

ya es una crisálida larguirucha/delgada como un fideo chino/inquieta como la ansiedad mía

hermosa púber al filo de su último año primarioso, la ansiada fiesta de promoción

abrazo mi oscilante vida

cuando me acompaña a caminar

por el mercado de nuestros momentos afligidos

de nuestras alegrías mediáticas

celebro -de nuevo y en silencio- su llegada a mí

mañana -como pocos días-

volveré a estrecharla y cogidos de la mano

fundidos en una sola entidad

cruzaremos la gran avenida

de aquella ciudad arrasada por el olvido sin perdón

como dos sobrevivientes, callados, irresponsables, lúdicos.

Mi 'Pequeña Niña Mutante' volverá su dulce y pálida carita

para decirme muy suavemente al oído: " Papi, yo soy tú y tú eres yo" . . .



(dedicado a la osa escritora).

45 '

Encontróse de nuevo rodando la misma serie

el mismo camino de retorno entre la oscura avenida

la máquina rodante, sigilosa a paso de cortejo fúnebre

el pago por la travesía urbana, vuelto de cinco más boleto de despedida

adentro -como siempre- las miradas extraviadas sin ningún punto fijo

cada uno va contando los minutos que le quedan

por discurrir por paisajes inertes y repetidas crónicas de vida.

-Bajo en el siguiente paradero-, rojo para verde, ya llego

pisada fuerte al asfalto, Alice no cuenta nada de su silenciosa mirada

paraderos enquistados echan raíces para volverte a ver cada vez que pases

dejando un poco de ti en esta atosigante ciudad

sus remanentes suenan como viejas rockolas al final de aquella cantina atendida por Toniño

somnolienta y sórdida -portando su ojo que ya no ve-

cruzo hacia la siguiente orilla dribleando automóviles fugaces

atravesando los barrotes de la reja prisión para continuar con mi paseo nocturno

-Ford ha colgado sus respuestas-

ya mis fantasmas asesinos acechan incluso por mis aquellas hueveadoras rutas virtuales

no hallé a la tortuga ecuestre esta vez, solo un mensaje en la botella

dejó escapar el suave rumor de su encandilante presencia que no llego a tocar

fotos añejas de álbunes familiares dejó el vate norteño como un abrazo que habita hoy en un town

entre el mercado cerrado y el bullicio de las tiendas del barrio parto el paisaje en dos

me alejo lo más pronto de esa inusitada feria de personajes estereotipados

que prefiero no compartir

a una cuadra del pasaje estoy y Plant me dejó pensando

que si puede ser posible aquel concierto esperado

-vaya uno a saber- si es lo correcto amarrar historias paralelas

inciertas por interrupciones de mi extraño oficio

ya no contemplo más mis melómanas pasiones -everybody knows-

la casa tomada, golpeo tres veces la puerta con la clave que mis cordones umbilicales ya saben de memoria

mi niña mutante pregunta y abre la puerta de su inquieto/juguetón corazón

abrazo por siempre, pausa a la vida congelada en imágenes eternas

que se entrelazan en el jugo mágico por caminos separados

ya me marcho, -tenía que verla- contemplarla por unos instantes

hasta el cierre del portal entre líneas posibles

la veo de lejos y vuelvo mi rostro hacia ella

sigo mis pasos entre conteos al borde de ataques estresantes

para detenderme de vez en cuando

apuro el ritmo -está en camino- no entiendo porqué

debo seguir en este crucigrama sin finales de espera

la última llamada es un juego indescifrable

le dejo algunas migajas de la plusvalía, estoy atrapado

vista al final, conclusión con esta largada nuestra

hacia el cuarto callado, ya debo, ya es hora, apago las luces...

Sábado para tres ("La Gaceta Gargolera Sanjosefina y otras vainas")

Salí al filo de las ocho de la noche, llegó el día pactado y raudo en mundo/combi viajo hacia la Canadá con Aviación para practicar el 'lating' (lateo, caminata pues jetones).

Paisaje gris, las inmensas moles de cemento de la obra inconclusa del inefable 'zapatón' García quien por pactos diabólicos y la amnesia de la mass media le devolvieron la confianza para administrar nuevamente esta chacra -todavía generosa en recursos- llamada Perú (debería estar en el banquillo o incluso en la misma situación del japonés, el 'doc' y sus allegados).

Dejo de lado la bilis -por un rato- y ya estoy subiendo al mezzanine de Wong, el maestro "Poquito" de Vitto Cárdenas pianeando, absorto, concentrado, desconectado de su entorno, debe estar viajando libre por algún lugar cósmico.

Interrumpo su despegue para el saludo fraterno; se dispone a tocar varias piezas sugeridas por mí, ya son las ocho y treinta.

-Ella es brava, digna seguidora de la hora Cabana (hablaba de Ivette, la otra esperada invitada para el encuentro de esta noche).

La apuro con algunos mensajes celulares; -dice que ya está en camino, por la Vía Expresa, por Miraflores o San Borja (palomilla)-.



Ocho y cuarenta y cinco; se hace presente la diva de las dunas, la Cáceres,( hermana de "Morbison Morbis/ Sombrita/ Hormiga" Fernando Cáceres; quien estudió con 'el renacuajo de charco', es de su promo) -regia con su conjunto negro, es una femme fatale, bueno, es mi percepción-.

Glamorosa ella viene hacia nosotros su reino, -becho y abacho-.

-¿Aquí se puede tomar, qué tal si traigo unas cervezas? (Cusqueña para nosotros y vino para el pianoman).

Baja y sube en un santiamén con las vitaminas precisas, José se dispone a encandilarnos con temas que van desde Bethoven, Páez, Cross, Joel, Hornsby y el gran Piazzola magníficamente ejecutados por sus prodigiosas manos.

Concierto para una noche de otoño, no podemos quedar más que complacidos, es un placer invalorable para los sentidos.

Nueve y treinta: -creo que ya es hora de partir jóvenes del ayer, vamos saliendo, señala el maestro Cárdenas.

Se cierra el telón musical, el piano se cubre con su negro manto de cuero, bajamos hacia la salida, hacia la noche, Poquito rumbo a la marcación y de allí al cuarto chico.

-¿A dónde vamos?.

-Tú eres caserito, tú debes saber.

-Nancy, no conozco mucho por aquí.

-Ya, tomamos un taxi y por Rústica bajamos para encontrar un hueco, picar y tomar algo.

-Sale, vamos entonces.

Trepan los tres seres rumbo al lugar señalado.

-Puta, nos pasamos del Rústica, bajémonos aquí nomás.

-Manya, al frente está " Mi Carcochita", está bien ahí.

Así cruzamos la Aviación y antes de ir para allá anclamos al lugar de junto, "Don Guillermo" (anticuchería, piqueos y más).

Entre chelas, sangría, anticuchos, pancitas y salchipapas la noche se fue aderezando y así salieron a flote las anécdotas colegiales, la música que nos gusta, el momento político, la historia propia de cada uno, la vida misma...

La madrugada nos alcanzó y la calesa de regreso para calabaza; Ivette y José parten rumbo a sus huestes familiares, yo hacia el mío.

Despedidas inevitables para dejar descansar al cuerpo, no la mente, seguirá trabajando, pensando en los amigos que queremos, en la amistad nuestra, en esta cofradía gargolera que un día cualquiera -y sin querer queriendo como el Chavo- se encontraron en un rincón de la memoria y se dieron la oportunidad de fundir sus sueños y sus locuras atiborradas de la más insólita amistad que jamás hubieran pensado atesorar...

Divagaciones del debate

La noche del domingo nos trajo un acercamiento a los cinco jinetes que quedan a punto para la largada final de próximo 10 de abriL; no tuve ocasión de ver la anterior propuesta cuando eran ' los once del patíbulo'.

Ahora intentaré ser objetivo aunque la subjetividad siempre salga a flote; el candidato de la chakana no hizo más que continuar con su desacertada actuación lo que demuestra su miedo incontrolable a perderlo todo y fue el que se insinuó con ataques solapados para terminar con sus clásicas puyas más el tratamiento y propuestas de los temas que no convencieron cerrando su infeliz presentación con ataques frontales a Humala, Keiko y Kuchinsky (lanzando irónicos comentarios de su nacionalidad yanqui) manejándose al filo del reglamento; seguirá bajando en las encuestas y dudo que pase a la segunda vuelta.

Pese a su corta experiencia política y juventud notorias Keiko fue la que mostró mayor soltura y ecuanimidad para dar sus planteamientos no se descompuso ni cayó en los juegos -principalmente de Toledo-; cosa que sorprende sobremanera la dúctil personalidad y frescura de sus jóvenes años; al margen de heredar y cargar una pesada cruz del gobierno de su padre es la que se mostró más clara y transparente con su postura de plan de gobierno y pese a os cuestionamientos de la historia y sus detractores se asoma como la más firme contendiente a pasar a la segunda vuelta.

Ollanta más bien sí nos aclaró muchas cosas; no se sabe manejar frente a un escenario; si no cuenta con sus manuscritos -al parecer preparados por su mujer y asesores- está perdido, lee como si estuviera dando una lección de plan lector pero mal leído -incluso parece de paporreta-; desnudó muchos aspectos de su maquillada personalidad lo que demuestra su limitada preparación y formación profesional, evadió dos preguntas claves del cambio de la constitución y del Andahuaylazo; al margen de ello sus seeguidores seguirán confiando en él como la única carta de oposición que representa un grueso sector de una población resentida con el sistema y hambrienta de justicia social (personalmente debería bajar en las encuestas pero en el país de los ciegos...).

PPK fue el que aprovechó mejor esta oportunidad de mostrar una imagen coherente, técnica y que en cierta manera planteó cosas puntuales y demostró un manejo bastante acertado del manejo de la escena; (pese a que tuvo algunas dsitracciones) también a ser cuestionado por su nacionalidad americana y su pasado oscuro de lobbista en los gobiernos de Belaunde, Velasco y Toledo; al margen de ello creo que los miles de indecisos -los más jóvenes sobre todo ven en él una alternativa de progreso y oportunidad de desarrollo-; debería ir a la segunda vuelta con Keiko.

Castañeda mejoró en ciertos aspectos del desarrollo de los temas; estuvo mejor incluso que en la anterior presentación pero comenzó frío y bastante distraído, alzó el tono de la voz en ciertos pasajes del debate y mostró firmeza pero con muchos picos, al final la adrenalina fluyó pensando que pasaría a la segunda vuelta con Humala (lo que resulta bastante tarde para remontar las cifras y trepar en las encuestas); lo mejor que podría quedar es en tercer puesto, nunca pudo sacudirse ni demostrar limpieza en los cuestinados contratos de Comunicore, Villarán le dio el puntillazo final.

Lo que queda muy claro es el papel inefable que juegan los medios masivos de comunicación que están parametrados y trabajando para dos candidatos y fuerzas poderosas que se juegan intereses particulares: Toledo y PPk; son los que aparecen más en los diarios, la radio y la televisión, ayer por ejemplo tanto canal 4 como canal N mostraban a Toledo y después a PPK en sus imágenes dándole mayor cabida y presencia lo que denota su falta de objetividad e imparcialidad; de igual manera tanto las encuestadoras como los analistas políticos manejan cifras y tratan de dirigir como engatuzar y engañar a la población acerca de los candidatos de su interés para que se mantengan en los primeros lugares e influyan en la decisión de los electores, en especial de los indecisos o escépticos (llama podrosamente la atención la disparidad de cifras, resultados y porcentajes, en tanto los analistas dan una opinión muy subjetiva y solo les falta sacarse la vincha de la agrupación política a la que asolapadamente apoyan y obedecen a intereses subalternos tratando de meter en la cabeza de los electores al candidato encomendado).

A seis días de la cuenta final cada uno puede ver lo que quiera ver o imaginarse en quién creer; solo espero que después no se arrepientan de la decisión tomada porque este país necesita mucho más que eso, demanda tal vez el cambio que no está reflejado en ninguno de los candidatos referidos, en especial una verdadera distribución de la riqueza con justicia social (ese día tal vez nunca llegue, al menos por ahora, parece ser así)...

Day before

Mañanas tempraneras de viajes cotidianos

sumiéndome en asfixiantes paseos combi

la larga avenida suele ser la misma película

nominada a inciertos premios clandestinos

solo sé que debo abrir la puerta de esta emergente cantera

rutina que ya es parte de mi piel curtida contra las penas

abrazo la ventana virtual para saludarte

te veo y no me ves; vértice inconcluso, otoño encima

las horas matutinas avanzan inconsecuentes

encender el mágico fuego milenario, cuidar la lumbre de mis ancestros

ya viene, tengo que avanzar

a por las tareas encomendadas

surge el mediodía al borde de la largada

inmensa travesía para el encargo apetitoso

camino del desierto largo hacia la urbe/sol, ya llego, ya estuve

seis horas peruanas, retorno al segundo hogar

la tarde ha caído y la noche invita a otras lides o encumbrarse en pensamientos infinitos

despejar la cancha, internar/se -Once up a time again- en el paraiso verité

voy quedando solo, los seres laburales van abandonando el espacio diario

concluyo lo inconcluso/mensajes pendientes/al día en el día

regreso a casa para ver a mi gusano reflejo

el recreo cuenta ahora, suspendidos en el tiempo

su mirada escaneada en la mía

y mis anhelos más preciados descansan en su frágil almita

chau con un te quiero hasta pronto

la caja multicolor propala nauseabundas franjas electorales

coordinaciones en SMS, mañana no será mañana

la noche se durmió a cuestas

con la última pregunta en la bandeja de entrada

al cierre de esta edición

no hay preguntas sin respuestas...

¡ANTICUÁTICO!

Debo confesar que en determinadas situaciones cotidianas de la vida tanto mi estado de ánimo como mi carácter suelen variar y pueden oscilar entre alucinantes picos que podrían señalarme como un inocente osito de felpa -me acordé de Mario Cavagnaro y su clásica composición- o un visceral hijo de Shaolín (gracias Ivette).

Ayer, en unos de mis tantos recorridos por nuestra surrealista Lima ciudad mutante -malcrecida, donde las autoridades y políticos jamás les importó el estado en que ha devenido su historia-; monté como ya perdidas cuentas iinsalvables -por cierto- en una de estas misérrimas combis de la muerte/vida.

Así dieron las 8:45 de la noche, todo transcurría normalmente por la avenida Canadá pero es llegando al paradero de Palermo (cerca a Balconcillo) nos topamos con una 'batida' de inefables tombos carroñeros; la cobradora antes de que la ampayen, apuraba a los incautos pasajeros que habían depositado sus posaderas en unos asientos improvisados -los que están prohibidos por la norma-, para que se cambien de lado y se sienten en los asientos formales permitidos por la autoridad de tránsito.

-Apúrense -por favor- rápido que el policía nos va a poner una papeleta-; arriaba a los robóticos y sumisos usuarios como si fueran ganado de transporte.

-Eso sí está bien ¿no?, ¡solo cuando los tombos los paran esos asientos no valen y otras tantas veces como nos arriman para meter hasta cuatro pasajeros!! -intervení iracundo porque ando peleando con estos hijos de su madre ante tanto atropello por el vil servicio que brindan, aparte de ello me encontraron cargado...

-Oiga señor no se meta porque no es su asunto y respete la edad (la tía ni se imaginaría mis años); además está bien porque esos asientos son mi cutra ¡anticuático!

Los pasajeros que se encontraban dentro -escuchando el rincón del box- de la infernal máquina estallaron al unísono en carcajadas (al igual que el protagonista de esta urbana serial).

-Señora ya cállese sigue hablando y se hunde más; lo que pasa es cómo nadie se queja, nadie reclama -como el señor- tenemos que aguantar su maltrato, no pues, por eso es que el país está como está y nadie dice nada -intervino una pasajera aunándose a mi justo reclamo-.

Durante el trayecto me quedé pensando en lo que la cobradora quiso decirme en realidad; ¿anticuado, antipático, un poco de los dos, un híbrido que nada bajo el agua?

Un poco que mi cólera se fue diluyendo entre que iba sopesando mi reacción impulsiva más la pintoresca e insólita respuesta de una señora cobradora proveniente de un estrato sociocultural muy bajo que entre su sorpresa y nervios se vio acorralada ante mi 'sacada al fresc'o reaccionando con tan alucinante expresión (un choque de dos mundos inesperado en verdad).

¡Ay que país!, qué colorido, qué noche...

LUCHITO(Personajes anónimos de nuestra Lima urbana)

Salí embalado tras mi maldición mental -a la vecina de junto- por no devolver la vil carreta; la misma que era menester para transportar un material semipesado para la cantera gráfica.

Así me aposté en la esquina de Candamo con Militar a la espera de la nave blanca (el comité Nº. 9), la línea que me llevará hacia mi destino marcado.

Llegó luego de unos diez minutos, mano al estribo, pie firme para trepar y buscar un sitio adecuado, ha salido el sol, va a hacer calor, son casi las once de la mañana, ya estamos avanzando, una veintena de seres de distintas edades, sentados en un viaje cotidiano, el de todos sus días, discurriendo por las calles de esta ciudad que se traga todo, los anhelos, los sueños, hasta sus pesadillas más abominables.

Estamos por la Manco Cápac, voy rumbo al Centro -necesito unos hojalillos para unas tarjetas kardex-; entrando a la primera cuadra de la avenida Abancay -cruzamos la renovada avenida Grau, algo que Castañeda dejará para la posteridad, la presidencia es algo inalcanzable, nunca jamás- sube un hombre gordo, rechoncho, es uno de los tantos miles de vendedores, cantantes de micro que suben a las infernales máquinas para buscarse la subsistencia, las migajas que les da la vida para no morirse más.

Un señor, un tipo de unos cincuenta y tantos años; es gordísimo, de rasgos acholados, viste un saco azul oscuro, viejo y desgastado por el tiempo y el olvido, un kepí azul de esos antiguazos (pareciera recuperado de la guerra con Chile), tiene la apariencia de Curly -el de los tres chiflados- y a un tiempo su maltratada estampa es la del jorobado de Notredame, un Igor, un Mungo, un Cuasimodo chicha, un extraño sirviente de laboratorio bien peruano.

Los ojos caídos de tanto sufrir, la boca chueca y los dientes incompletos; mientras habla un fino estanco de saliva queda varado al extremo de la vía expresa de su inmensa cavidad oral.

Lleva a manera de saco un pantalón cosido, saluda a su improvisado auditorio, con sus gruesas y rudas manos saca cual conejillo de la galera un viejo violín, coge el arco para iniciar su rutina musical; pero primero hace una introducción e invitación sobre Dios y su doliente fe : "Tomen las combis que van por Javier Prado hasta el final y de allí a Cieneguilla está el campamento de Ataucusi y el pescadito, todos los sábados va un montón de gente, Jesús hace muchos milagros, señoras y señores, Luchito va a cantar te quiero, espero que me colaboren y me apoyen, no me den la espalda por favor"...

Su voz es muy ronca, casi apagada, no se le entiende porque masca las palabras; entonces arranca y en un santiamén asesina las cuerdas del violín; toca como si estuviera serruchando un tronco –a leguas se nota que no es músico-, su canto es más disonante (el tema no dura más de dos minutos) y triste, como si fuera el aullido de un coyote en su último día antes de morir de hambre, de frío, y de soledad.

Al cierre de su desafortunado concierto saca un letrerito con recortes de períodicos pasados dónde se puede leer: “Lucho Barrios”, haciéndose un poco de propaganda para que el público oyente sepa que no es un desconocido, un cualquiera (esa alucinación de asumir/se un personaje popular más su manera peculiar de hablar como si fuese un niño grande dan cuenta de su deplorable estado mental de este superviviente del asfalto).

Así Luchito tras culminar su aciaga performance pasa al lado de cada uno de los pasajeros (la mayoría indiferentes de su penosa imagen y peor faena laboral); saco unas moneditas de mi viajero canguro –tampoco soy el FMI ni el mendigo de aquella esquina- se las pongo en su improvisada bolsa, tengo que bajar, estoy cerca de la Abancay con Ucayali; quiero voltear para verlo por última vez, ya no está, bajó por la puerta trasera.

Adiós Luchito, -pie derecho- tengo que seguir por mi camino…

A diecisiete días de la cuenta final...

Cada cinco años los peruanos nos sumamos a las urnas para dar o no dar nuestro voto; en un país fragmentado jóvenes y viejos arriando banderas de partidos y alianzas nacidos prácticamente de la noche a la mañana, colgando pines virtuales como si se tratase de una feria, de una kermesse (tal vez toda esta parafernalia sea parte de este juego) sin mayor compromiso partidario mucho menos ideológico; pensando en una nefasta segunda vuelta no se puede caer en lo mismo: ni mal menor, se vislumbran dos polos opuestos, cada quién peor, no pienso ser parte de esto...

Improntu

Tres días dejados al azar

las lágrimas cayeron del cielo encima de mis membranas más vulnerables

golpeteando sin cesar la noche solitaria, perdida en la bruma por tu ausencia incógnita, desertora

no more writting nights, el búnker del subte ha sido declarado en cuarentena

sea dentro o afuera las misérrimas imágenes paganas cubren la decadente ciudad

infestando por plagas electoreras, desgraciando más la vida en este enigmático país

verbo/ prosa/ rima que no rima/ crónicas absurdas/ anécdotas malcompuestas

extraños designios ordenados por corazones rotos, envilecidos en sus propios laberintos

el temporal está ausente -menos mal- quedan pocos minutos para que la magia se diluya

ya nada será como antes, no más sumersiones literarias, peregrinajes fastuosos inalcanzables

ayer recordé aquel clásico beso de Fausto a su Elena

Richard a Elizabeth

sus inmensos y alucinantes ojos lilas acaban de bajar el último telón

ocho maridos en su haber, una vida ambivalente, una leyenda hecha diva

Hollywood se rinde ante la faraona y el mundo le rinde pleitesía a una gigante

ya viene la otra mitad para irrumpir mi sueño etéreo

el estómago avisa que está por sonar la campana del recreo

(¡oh!, aquellos días colegiales cómo esperábamos el timbre del recreo y refrigerio para salir cueteados)

mi niña mutante es un derroche de cándidez y dulzura, me alimenta, su presencia me envuelve

qué bueno es olvidar/se por algunos instantes y decir wild cruel world goodbye

las reuniones con los compañeros cómplices son historias amnésicas

ahora me dan la espalda (está bien), no los culpo ni me culpo

diecisete días para la cuenta final, para depositar nuestra amargura, deseos malhabidos

vidas compradas, sueños asesinados, futuros negados, mentiras verdaderas

hoy en calma, no hay vorágine, este silencio sepulcral me preocupa

y quiero despediirme de una buena vez de José Eduardo

se alejó sin decirnos siquiera -ya no formo parte de esto-

cuando la vida te alcanza no hay manera de despercudirse

Alberto sufre en silencio una prueba más de la rigurosidad del destino

pensamos en ti, no oro porque ya dejó de ser un hábito obsoleto

el jueves no ha traído lechuzas blancas esta vez

ni Mr. Postmans lateros no han puesto ningún sobre debajo de la puerta

el estómago otra vez, ¿ya viene?

las 8:31 a.m. me dice que debo poner fin a estas extrañas líneas

cumplo contigo y con nadie a la vez

de la rebusca no encontré nada, solo polvorientos sarcófagos

extraviados entre cajones polvorientos, esperando ser enterrados entre el olvido y la desolación

ensayo mi última pose vallejiana ante mi público inexistente

el ventilador me guiña el ojo, el timbre no suena, sin música y sin guión alguno

debo volver de entre mis pasos -one more time-

debe estar en algo, peor imposible

es solo un accidente, un azar, un remar sin olas ni playas tuyas

solo el placer de recordarte y quererte abrazar otra vez

se sienten pasos, debo colgar...

La política nuestra no nos hará libres...

En el ochenta Bedoya cayó por un Belaunde pendiente; el ochenta y cinco fue la revancha aprista hambrienta inolvidable; del noventa al dos mil un nisei desconocido cambió las riendas del poder; por ese mismo envilecimiento cedió ante un advenedizo Toledo; la suerte y acuerdos poderosos pusieron nuevamente al frente a un García cuestionado por la historia dejando a Humala en la puerta de palacio; veinte días y contando -la misma película podría repetirse- en un país tan fragmentado cuando el poder llama todos se alinean: el gran perdedor podría ser nuevamente el dueño de los votos del sur; con un Toledo inefable y asustadizo; PPK galopa fuerte desde atrás, ¿Keiko, Castañeda?; la neblina se va disipando, todos contra Humala -es un dilema no tener aliados-; quién realice las mejores alianzas ganará en el segundo tiempo; llueve sobre mojado...

Los tres del espacio (segunda entrega de "La Gaceta Gargolina y demás vainas")

Las noches ya no serán las mismas; la sección de redacción del turno nocturno de semiamanecida ha cerrado sus puertas hasta nuevo aviso -quién sabe hasta cuándo-; directivas incomprensibles y un tanto egoístas no permitirán los vuelos nocturnos ni las noticias de acontecimientos, historias y anécdotas, relatos, muchos menos composiciones poéticas ni catarsis textuales sucedidas el mismo día ya no serán frescas, tendrán que esperar el nacimiento de un nuevo día.

La mar virtual tampoco varará botella alguna con mensajes sorpresivos que avivaban las noches solitarias, los ritos nocturnos que eran ya desde hace algún tiempo parte de una peregrinación escribana, constante y suprema; no lo serán más...

Retomado lo acontecido el día de ayer; mi hermano se marchó por la tarde a sus reuniones negociables, en tanto yo retornaba de culminar trámites documentarios y pagos al debe por la causa que ni dios ni la patria defiende.

Así, agonizando la tarde, al parir la noche movido por la invitación inhalámbrica del pianista de San Borja, enrumbé para mi destino trazado, en contados minutos estoy de vuelta -como si fuera ayer-; al segundo piso del salòn musical, el señor 'Poquito' y su inseparable paino en animada conversa con el invitado de turno, la otra gárgola sanjosefina: "El Basilisco del Cabulcano".

Los interrumpo para el saludo de ocasión, abrazo a la Longaniza Lámbarry (es como abrazar a una longitudinal manguera de bomberos); su sonrisa cachacienta de 'Bettle Juice' encaja perfecta con su pendenciera estampa.

El abrazo más para el artista Cárdenas (me agacho hasta el zócalo para estar a su nivel), hoy no habrá recital, solo la conversa añorada, pendiente y puntual entre estos 'Tres Chiflados'; 'El Renacuajo de Charco' nos indica que lo acompañemos a compartir una 'café de màquina' -Vainilla es lo que escogemos-.

Frank elige chicha morada para refrescar sus mandíbulas batientes listas para narrar/nos sus anécdotas, historias disparatadas, recuerdos de personajes del pasado viajan por su dinosauria imaginación con los ingredientes infaltables de su prolijo ingenio para la joda y el vacilete.

Da cuenta de muchas víctimas que cayeron en sus garras, la risa incontenible; tanto De Vitto como el que narra son testigos de excepción de sus fechorías escolares.

Ya vamos saliendo, tras una treintena de minutos de animadas palabras lanzadas al ruedo, el tiempo se congela para la dicha nuestra, tal vez solo cuenta que estos tres locos intentemos ser felices por contados minutos, hermanar los días transcurridos en las aulas de nuestra inexistente alma mater, entrelazar aún más los lazos de amistad brotados un día cualquiera por estos recobecos virtuales, ahora consolidados en amistad real semejante a una cofradía, la de las gárgolas sanjosefinas.

Bajamos a los servicios higiénicos, Frank que no cree en huevadas, vacila al 'Rápido' Poquito, el ' Expreso Metropolitano' para que acelere el paso y pueda llegar a hora inglesa, listo para el riego justo y necesario.

Las últimas carcajadas se van extinguiendo en la noche fresca, the final countdown, José a su taxi, Frank y yo cruzamos la gran avenida para la toma de las combis urbanas que nos llevarán a nuestro hogar, dulce hogar; será hasta la próxima cita con la cofradía gargolera, tal vez la próxima semana, quién sabe...

El Pianista de San Borja

Terminé las cosas por hacer -y como el flaco Spinetta- enrumbé hacia el encuentro con la noche, hacia el oasis musical para huir de una buena vez de este bochorno llamado lunes a un día de la quincena marzuaria.

-Willy, ¿por dónde andas?, tengo el encargo del 'Tibu'...

-¿Sí, dime?, ya estoy cerca, ya nos vemos entonces, chau...

Combi vertiginosa, llegada en 20', caminata agolpada yendo en doble sentido, sorteando ánimas urbanas, desafiando el bataholico ritmo de la urbe, ciudad jardín.

Ingresando a uno de los tantos autoservicios regados por la capital -de mis 'parientes pobres'-; subo al mezzanine, diviso la figura rutilante del maestro 'Poquito' y su piano departiendo con una de ojos rasgados.

Se va la 'jalada' para el abrazo gargolino sanjosefino, toca a pedido mío una selección que va sacando de la galera, la magia de sus hábiles manos en el talento hecho artista: músiico y pintor.

Conversa ágil y oportuna; me hace entrega del obsequio del 'escualo abacanado de Sullorqui'; la foto digital que colgará para la posteridad irá a parar en la portada que circulará mañana tempranito en el diario oficial de la comunidad sanjosefina: "La Gaceta Gargolina y demás vainas".

En contados minutos una muchacha guapetona de cabello vaporoso y ensortijado se acerca para saludar al maestro, me presenta a su alumna de piano -Marle...no sé qué, no me acuerdo (excuse me).

Viene con churros para el convite y su inmensa sonrisa son la cereza que le faltaba a esta cita con la música para viajeros nostálgicos e irremediables devotos de "San De Vitto".

Encantadora mujer -la recompensa del encanto avasallador más el virtuosismo del ejecutante y su fiel piano son la clave de su connotada personalidad-.

Un visitante más llega -con su linda hijita- desde las lejanas historias colegiales: Rubén 'Guitar Hero' de mi salón y de mi promo; es una gárgola que habita también por estos caminos facebookianos.

Cada tocada, cada canción es una experiencia que no resulta nada fácil poder explicarla -creo que cada uno debe tener su propia impresión y una manera muy subjetiva de sentir la música-.

Así se marchó la gárgola Alarco -apurado por temas personales-; nos quedamos unos treinta miuntos más -el maestro, la alumna/musa y el que relata- hasta que sea la hora señalada para la fuga respectiva, no sin antes de haber disfrutado del pequeño concierto que es todo un premio ser oyentes privilegiados y no queda más que rendirse ante tan inolvidable perfomance.

El recital llegó a su fin y con él la despedida ingrata con nuestro buen 'Poquito' -hasta la próxima que no sea tan lejana-, beso para la aprendiz y el abrazo hasta una próxima incursión pianística.

Regreso por donde vine, la avenida gris, el paisaje de cemento aturde los sentidos, trepo hasta la avenida que corta la Aviación, "yendo de la pianada al living home" con el placer aún en mis oídos, soy un corpúsculo más en la catorceava noche de verano limeña, así está en mi corazón...

nigh ten and the lost writter

El sol aterriza sobre nuestras cabezas: indolente, supremo, abrasador

asfixiados estamos, apurados vamos, acelerados ¿vivimos?

ya estuvo bueno de eso, no más letras perdidas en el interminable tráfico de tu alma incandescente

caminé hoy llevando mis recuerdos malhabidos, las calles de la angustia que un día fueron omnipotentes

ya no lo serán jamás, al gigante opresor lo vi como quien divisa un espejismo migrañoso

la salida cuanto antes, montar un taxi a la carga de mis pertrechos estrujados para el destino inmediato

otras aventuras están por suceder, la clave de ese candado cerrado por años está por descubrirse

el fin de semana será interminable, igual el premio está a la vuelta de la esquina, estamos cerca

otra será la cara de la moneda que el destino me negó como maleficio sentenciante

a punto estoy, divagando voy

la noche ha bajado el telón, mañana -muy tempranito- con el encargo para dar inicio a las acciones soñadas

pétalo de jazmín, jammin de grillos, aroma a sueño de una noche de verano por esta despedida

necesaria para dejarse caer y volver de entre mis sábanas solitarias, en tu nombre te canto

por la gracia de tu mirada siempre esquiva, la llamada de la palabra castrada por el olvido más cruel

solo será la gota en un huayco por venirse, no quiero lluvia -por ahora- me conformo

con imaginarte, me refugio de inmediato para no pensar en ti

the final countdown ya fue, cierro mis ojos, /descanso de personal/vacaciones

obligadas/clausurado

OJOS DE TI

Anoche decidí llamarte, es algo muy infrecuente, no es tampoco una acción exitosa.

El eco de tu voz rioplatense con la mutante mía fue una cirugía de ensalada cerebral.

Palabras en tiempo de hardcore ochentero, respuestas con olor a tango sesentero, de Chorrillos a San Luis, unidos por un vínculo virtual.

Veintiocho minutos (algo que no estaba en mis cálculos), pero bueno, sirvió para ubicarnos en la línea de tiempo y sacar cuentas; yo púber congelado en pausa interminable y tú me hacías recordar a una buena amiga adultonocontemporánea, profesora quizás experimentada con mayores historias a cuestas (la otra tía -in the Wonderland- y el escribano que jamás supo).

Será para la programada reunión cuando nos veamos los rostros dispersos de negaciones absurdas de esperas sin compás, de tranvías imposibles.

Tres meses o te vas para el Sudeste, -ya comprendo- estaremos atentos pues al convite soñado.

Seguiremos andando por esta vía, compartiendo comentarios comunes, de la mano de la música añorada nos encontraremos como siempre fiel a nuestro estilo...


Lince, verano de 2011

El piano y sus aliados

Luego de la batalla del laburo llegué a la búsqueda de mis cordones umbilicales un domingo abrasador con desencuentros cotidianos absueltos por la dicha de verlas a mi lado aunque salga por la puerta falsa para una nueva puesta en escena.

La tarde trajo sorpresas absurdas teñidas de incomprensible entendimiento pendientes de respuestas al pie del cañón.

Solo por algunas horas con mi 'gusano de seda' (el mensaje suspendido en el móvil trajo una invitación añorada).

Despedida con final de bolero -quién sabe lo que se viene-, alistado para la visita en deuda con mis años colegiales; dispuesto a perpetuar esta emergente amistad inédita de apariciones virtuales con compromisos esquivos por voluntades truncas.

De la Canadá -estoy en 15' "Poquito"- para el 'lating' respectivo hacia la llamada dominguera con sabor a ansias abrazadoras. San Borja al Wong -de mis parientes pobres, dice EWC-, heaven on the second floor, voy subiendo, voy divisando el rostro mofletudo del 'Cabulcano' Lambarry, su herencia convertida en linda hija y el imán de la reunión de hoy, el artista José Cárdenas 'De Vitto' y la magia de su instrumento que lo ha encumbrado al conocimiento del arte musical curiosa y sabiamente sazonados con amistades sólidas e historias supremas miles por contar.

El abrazo esperado -treinta y pico de años y más con 'Don Sofo' y sus canillas-, 'Poquix' y su inmensa figura es el centro de convenciones amicales, hace calor pero eso no es impedimento para gozar de las habilidades que sus pequeñas manos nos hagan volar de emoción.

Sonriendo vamos y al rato dos luminarias de promos seguidas vienen juntos convencidos que la noche ha de ser nuestra.

Margot Ávila -guapa por dónde se le mire- y su bronceado envidiable resaltan su encantadora estampa.

El 'abacanado de Sullorqui', el 'escualo fashion aparichenti' es el invitado de lujo para la tocada magistral y sus convidados sanjosefinos.

Más abrazos y miradas esperadas, la larga espera terminó con la amistad reforzada en un fraterno encuentro con Richard y el responsable de estas líneas.

Pianada de cortina musical alientan las miradas y la conversa se eterniza por los corazones expuestos para una velada musical inolvidable.

Poquix nos muestra su catálogo de una muestra colectiva con pintores de tendencia figurativa y abstracta itinerante por Washington -si no me equivoco-; una señal más de su prolífica carrera como amante de las artes plásticas.

El 'pato' Rivera ya está aquí también con su peculiar caminar andariego de donalds y saturninos, sonrisa a bavor por la historia de nuestros días.

Perla Ayres llegó de Plaza Vea con su mami y una amiga, canta 'Sabor a Mí' para la 'yenti', aplausos nuestros y de los visitantes de junto.

Tocadas improntus de un amigo del maestro con Lennon y Williams, más aplausos calientan las graderías holográmicas.

Luego una muchacha rubicunda con su pelo encrespado se acerca para tomar posesión del escenario al lado del múisico, canta y el registro de su potente y armoniosa voz emocionan a más de uno, toma el piano prestado, en inglés y en el nuestro sacuden nuestras fibras elevando la temperatura, -es buena, tiene potencial-.

Las horas han transcurrido, los visitantes se marchan, ha sido una tocada anecdótica, mejor no ha podido ser, una 'zappada' memorable.

Frank 'T-Rex' tiene que despedirse pues deberes familares le aguardan, -nos estamos viendo 'Willy Sabor'- (ya me aplicó para variar); mientras el 'Tibu' y el 'Pato' van en búsqueda de unos besos de moza para los yunaites; Poquito va hacia el marcador para la salida hacia el relajo para estar más cómodos.

Margot se fue pero regresa, subimos al 'patocar' para ir a la fuente de soda de al frente hay sitio; tomamos posesión del lugar para la llamada de la diva; quedamos cuatro gárgolas sanjosefinas.

Richard vino sazonado por una pisqueada que estaba caliente, se fugó para estar con nosotros en nuestro reino por la amistad sellada en directo.

Retorna Margot,todos estamos contentos de vernos las caras, recordando añorables pasajes de nuestro pasado escolar, trajo fotos para saber más del álbum vivencial; las gafas ayudan mejor a reconocer a aquellos personajes perdidos en el tiempo.

La conversa se hace fluída, nos conocemos mejor por una noche más, club sándwich, colas y tragos exóticos helados para animar este encuentro nocturno.

Quién se iba a imaginar que nos íbamos a hacer amigos por la vía virtual; paradojas del destino no fueron en el colegio, fuera de él y luego de muchos años nos encontramos con historias similares, con químicas que muchos alquimistas quiseran encontrar más allá de la piedra filosofal.

El pato está un poco averiado estomacalmente y bueno, sus evacuaciones troyanas hacen cuack; se va para sumegirse en su tarea nocturna de conversiones por encargo, hasta la próxima.

Los últimos tragos más cigarrllos adornan los últimos minutos que nos quedan por departir, anécdotas valiosas, reencuentros insospechados (mis patas de la sexta ,-clase 79- espero que sepan comprenderme y no malentiendan mi posición).

La despedida que nadie quiere, el 'Tibu' hace hincapié de lo fabuloso de esta cita con el destino (gracias otra vez por venir y por la molestia del encargo, no pensaba en realidad, su consideración me emociona muchísimo).

Chau 'Moria', nos veremos en la página de moda, abrazo con el visitante de lujo, refuerzan venidas futuras, impensado, adiós 'Poquito' bro de historias comunes, vidas paralelas con mi hermano Kique y sus amistades valiosas; el arte nos ha hermanado esta noche (March 2011, ¡Oh, qué noche!).

Me alejo lentamente de ellos y dejo atrás el florecimiento de una gran amistad, hasta mi paradero con finales felices, mañana es un día importante para nuestras expectativas laborales, hasta mañana gárgolas, les deseo unas buenas noches.

Bycicle races in the coming my way

Era un atardecer caluroso -como todos los que suelen ser desde el inicio de la estación-; y salió cueteado

como alma que lleva al diablo, pedaleando en la montañera verde (prestadita nomás de un vecino de la cuadra).

-Cuatro y treinta- desde la cuadra veinte de la Militar del peculiar barrio linceño sorteando baches, abuelitas,

niños intrépidos, perros calletanos, carros por doquier hasta llegar al cruce con Paseo Parodi

(siempre un traficazo, una postal interminable); le gana a los motorizados, dobla la esquina y atraviesa

el grifo de Pecsa -uno de los más baratos en la venta de combustible-; se aguanta como todos los demás vehículos

(en contados minutos ya está en la Javier Prado).

A esperar que la 'guardia Serafina' termine de dar pase a los que circulan por la avenida corredor,

los choferes se impacientan, al igual que los transeúntes que están al lado del ciclista que lo único que desean

es llegar a su destino -como todos-; ademán de manos, la tomba los deja pasar, arranca con todo

y es el primero en llegar al otro lado de la orilla -está en San Iisidro-; pasa a una docena de personas

esperando en el paradero de costumbre, zurca el pequeño parque divisorio -por las ciclovías es la voz

para darle sin parar-, tres cuadras rumbo a Las Camelias, todo a la derecha, frena en seco

pues the red, red wine lo detiene -en medio está la Juan de Arona- y el convoy interminable de carros que pululan

por avanzar cual desfile de autos no precisamente alegóricos en indesmayable vértigo de Lima ciudad,

de atosigante embotellamiento cotidiano, de miserable pérdida de tiempo, de un aparente orden en una vida

de caos y desfallecimiento por tomar la acera, ganar el asfalto, maldecir a choferes virulentos, esperar y esperar...

Green day -ahora es su turno-, hacia la media cuadra de la siete y de allí a 'cuadrar' al avispón verde antes de subir

al onceavo piso, avisa a la encargada para cobrar en una oficina de féminas light y de tías naftalinadas;

una 'señorita' de las cuatro décadas lo recibe para entregarle el cheque en cuestión, cancelar, firmar y fugar;

-Hasta luego señorita- (se despide de la tierna secretaria -con sus lentes nerd-), rápido al ascensor hacia el primero,

monta su caballo de dos ruedas -como Wild Will Hitcoock-; alienta a su noble córcel con cadena, (a la carga mis valientes)

le saca la 'huaracha' a los semáforos, no cree en nadie, pasa en sentido contrario de los peatones, invade las veredas,

vuela -Free Willy-, salvaje hasta llegar al cruce de Navarrete con Javier Prado; otra vez sometido a la autoridad

tomberil de las tombas limeñas (es una huevada este paso); al partidor, the red and green, violenta su pedalear,

asesina las miradas que lo miran, zurca lo que era el cine Alhambra -hoy convertido en un vil casino/tragamonedas-

a la espalda a la panadería por las ciabattas pa los sanguchinos bravos pa la tienda de al frente del local del laburo

en un dos por tres vuelve a tomar su bitácora de carrera contra el tiempo; es en ese instante que estando

a la mitad del parque enjaulado para supervivencia verde, y en las noches cuna de los pastrulos agonizantes;

el viento acaricia su delgado rostro, siente la brisa, se siente libre de toda culpa, una cuculí está en medio

del camino, (la va a atropellar), no, ella logra sacarle los segundos vitales y cual milagro de película;

vuela y peina su rostro, pasa por encima de su cabeza, en aleteo incréible sus alas rozan la cabellera

del jinete pálido (no lo puede creer, jamás sintió algo así, no podría explicarlo; inconmensurable

la naturaleza es sabia y el hombre un eterno aprendiz de ella)...

Pasa la Iquitos, llega en un cerrar de ojos a Risso, Militar y llegaron, aún se quedó pensando en aquel

inusitado episodio, vuelve su rostro hacia el cielo, sonríe, llave, local, guarda su vehículo en la caballeriza;

a preparar los sánguches, va a terminar su día, tiene que hacer, una vez más la visión grabada en su mente,

como Elliot pedaleando flotante hacia la luna (sin ET), con la palomita besando su estoica vida.

S/T

Es algo tarde para mí -como siempre-, los estigmas condenatorios no se detienen, el acoso es incesante, la pesada rueda del infortunio gira en torno mío, me arden los ojos -en eso estoy claro-.

Golpe tras golpe asumiendo mis miserias más extremas voy rodando como una bola de heno seco al mejor estilo western de un pueblo fantasma en una película de Clint Eastwood (insuperable "El Tony").

Muchos dicen, muchos murmuran, tantos hablan a hurtadillas sobre mi estado permanente, sobre el muro de mis lamentos malentendidos y peor incomprendidos (eso me tiene sin cuidado y asumo mi rol de figura solitaria en la oscuridad más negra)

No hay mucho que decir esta vez, doy paso a la fatiga, me rindo por hoy, al lecho en el cuarto callado.

Adiós a ti, me encripto de una vez por todas, caminando entre mis pasos subo las escaleras hasta el torreón más alto, para dejarme ir e involucrarme con el sueño anhelado hasta el fin de la noche suprema, con lazos vozpropianos, enigmático voy, cansado estoy...

Un miércoles de marzo

Recién llegado de la avenida Canadá para ver a sus crías toca la puerta con la clásica contraseña

Isaboe sale por la puerta de servicio, encaleta su aún tierno rostro tras las gafas de ojos de abejorro negro;

está con su típica alergia que la bajonea un tanto, saludo nocturno y cápsula para combatir la antipática

-No hay nadie, todos han salido -asevera la alérgica-.

Entro a la casa que un día fue familiar, las cosas han cambiado radicalmente, unos se fueron y jamás regresarán,

otros se quedarán para labrar su propia historia.

Tomo la sala y me apodero de del control remoto para matar el tiempo en la caja multicolor (hay Copa Libertadores).

Cerro contra Santos animan la estática noche marzuaria mientras avanzan los minutos hasta la llegada de Luana.

Mi hija se guarda en su fortín intentando aplacar su proceso viral.

Zappeando entre una peli del C 20 y Fox Sports llego al segundo tiempo, empate de ida y vuelta, ya vamos en 15'.

Dan las 9:30 p.m. y llegan los de la calle dos; abro para abrazar a mi dulce gusano de seda -sigue linda y creciendo-

nos quedamos juntos en el sofá riéndonos (cómo se parece a mi estado de ánimo -cuando soy bueno soy el Dr. David

Banner-); hasta que acabe el segundo tiempo comemos; penal para Santos y a cobrar -faltan veinte y se acaba-

(mientras ella juega yo la miro pensando cómo llegamos hasta estas instancias: ¿qué pasó, qué falló?...)

falta un minuto y los paraguas empatan con la pena máxima, devuelven la cortesía a los brachicos, el estadio enmudece

fin del cotejo, a la tienda a comprar artilugios rápidos para engañar al estómago y volver para preparar la instantánea

sopa en 5' mientras enfría miramos la TV por última vez; ya a la mesa para compartir cariños mutuos

Langoy con su infusión más para asentar la noche que termina para nosotros, no hay para más, ella para su cuarto

con el abrazo apretado hasta mañana, yo de regreso a la batiguarida para terminar con esta miniserial de one day in my life

composer, writting, save, close, exit; otro día más en el paraíso...

The Classic Collection

Kique coleccionaba estampillas -tenía un 'huevo'-; eran días en los que recibíamos mucha correspondencia, recuerdo que hasta íbamos con cierta regularidad al Correo Central del Jr. de Conde Superunda con Camaná -en el nuevo Centro histórico de Lima- , los sàbados y domingos creo que conseguía más 'caletas' (hoy con la tecnología informática esos son como románticas botellas arrojadas al mar; mi vieja quién nunca puedo ajustarse a los cambios de la teconología; aún continúa escribiendo cartas y mandando postales, cosas del orinoco).

Seguíamos en Chaclacayo e intercambiaba con sus patas del cole (Los Cedros y después Winetka), con Eli Subiría, Abel Bedoya; la verdad que los más 'chancones' y cerebritos andaban metidos en esos pasatiempos (cuando nos mudamos a Lima y cambiamos de colegio -con la preadolescencia- le aburrió y todos nos metimos de lleno con el descubrimiento del rock a comprar discos compulsivamente; ya no sé si llegó a regalar sus albunes -tenía varios- o los vendió; había 'plata' en esos cientos de sellos postales pegados con la lengua.

A mi me dio por coleccionar llaveros -de todos los tipos-; los colgaba en un soporte de madera (debía de tener unos doscientos por lo menos), luego también llegué a juntar monedas y billetes de diferentes partes del mundo -¿para qué-, para que después se llenaran de hongos y los botara; aún tengo guardadas monedas antiguas y billetes de intis; mi mamá dice que eso de comprar o guardar cachibaches o chucherías los he heredado de mis abuelos (el centenario Wong Pac Pen y la 'mamita' Rosa, viejos de mi viejo).

Aldo -entre tanto- coleccionaba cajetillas de cigarrillos, las tenía pegadas en varios soportes de madera colgados en las paredes de su cuarto (llegó a tener como quinientas; bacanes, de distintas partes del mundo); yo veía cómo las recogía: en las fiestas de adultos, en los cines, en el aeropuerto, en la calle...

Cuando nos cansamos de estas insólitas colecciones con el adentramiento al mundo musical, con el descubrir de la música de la época (baladas, nueva ola, rock n' roll) gracias a un vecino mayor que venía desde Lima a pasar las vacaciones en Chaclacayo: Enrique Guerrero -el culpable de nuestra inacabable afición-; comenzamos a comprar discos como locos, íbamos los fines de semana a las Galerías Boza a Discocentro de Héctor Rocca -y en algunos casos a Discos del Mundo-; en aquel entonces el mercado del disco prácticamente estaba monopolizado.

También íbamos al consultorio dental -del Jr. Carabaya- de mi tío Tito Mezarina, un gordito bonachón, criollón, del rico barrio del Rímac, pendejo entre los pendejos, igualito a 'Benito' de la pandilla de Don Gato (ahijado de mi viejo y simpático personaje que se las sabía todas, además tenía un tornamesas en su consultorio donde hacía escuchar sus discos mientran abría la boca a sus pacientes y les clavaba esas agujas retorcidas 'dizque desinfectadas', -¡qué bravo!-

Así es que cuando comprábamos nuestros discos nuevecitos, él era el juez y verdugo para calificar nuestros aún noveles gustos musicales pues él escuchaba harta música; esas épocas quedan como parte de nuestra formación musical que recuerdo con mucho cariño e inagotable nostalgia...

Viene la tormenta pero la calma reposa en ti

No es fácil esgrimir versos baldíos que algún día te lleguen a cansar, tal vez podrán irse a casa

las tardes veraniegas son hermosas y a su vez pueden resultar infiernos incandescentes

de la mano de la hermandad cunde un corpúsculo de ilusión que poco a poco va teniendo nombre

la cuenta final ha caído y con ella miles han muerto por la causa inconclusa

me reagrupo nuevamente para renacer de los esombros nuestros como el pan de cada día

me sorprendes y creo/quiero saber la respuesta que esconde tu corazón

ya sabes (estoy seguro), platonismos sin destinatarios, lenguajes del silencio

aquel poeta oculto sabe algo de la letanía de tu voz callada

la platea anónima exige prosa, relatos, anécdotas; I'm so sorry...

no escribo para satisfacer placeres negados, tampoco para el Pultzer, no

la llama que mueve mi espíritu inexacto, extraño, conocido, absorto, ambivalente

me conduce por dónde quiera que no te encuentre, así soy yo, un grito en el callejón agreste

un pétalo de un jardín botánico sin fertilizante, espinas condenatorias nadan en el fondo de tu alma triste

ya creo, ¿tú no?, -como siempre- no interesa el tiempo, en absoluto, todo es relativo

la marcha de los corazones olvidados te saluda hacia tu ventana reprimida en medio de tu glaciar mirada

me encanta tu pelo (aunque no sea tuyo), ansío tocarlo solo en las películas

musas viajan, terribles y hermosas suelen serlo, no basta la mejor canción posteada

el corregidor y el carnicero son un viejo cuento invasor

ya culmino, nunca es tarde, pronto es nada

marzo ya esta aquí, nos veremos en el holograma, en el mismo software, por el camino virtual

tranquila que aún no desisto, tampoco estoy entregado, hay misiones que cubrir

ya no cuento los días, solo el placer de tus ojos esquivos enarbolan estas notas

en tu nombre perdido, por la culpa de abrazar lo prohibido, te espero en silencio.

Después del Arco Iris (a ti y a nadie en especial)

Saldremos corriendo como locos hacia el malecón de la memoria arrasada por los años idos

jugaré con las ondulantes puntas de tu pelo crespo enredado en la hierba con sabor a ti

las palomas se vestirán de paz sobrevolando la ciudad gris como minúsculos puntos

en el firmamento cinema veirité, caminaremos cogidos de la mano por aquellas escaleras

al filo del acantilado por el verde borde

sin mayor excusa alguna que la de tu presencia fresca y tierna llena de recuerdos atiborrados

visitaremos las tumbas de nuestros antepasados, dejaremos flores con incienso

ofrendermos un cofre acumulado de cariño, brindaremos por la raíz de nuestra historia

recitaremos poemas, tocaremos un último blues antes de marcharnos

me despertaré una vez más de entre el cansancio, interrumpiré los pocos sueños que me quedan

imaginaré que todos los días son feriados, sin ir a trabajar, escuchando música

bebiendo y pescando preparando mágicos potajes de nuestras manos

más allá de las dunas, girasoles collares colgarán entre tus sensuales hombros

te alcanzaré al doblar la esquina para tomar el último tranvía al morir la tarde

creeré -one more time- en la llamada de tu pecho encendido

será la llave que colme este deseo afligido, desvastado de olvido

en mi alma no queda más que la única finalidad de verte sonreir

disfrutando de estas instantáneas mi mente se clavará en la tuya

sin mayor título que estas líneas en tu nombre imperecedero y sublime

la imaginación se impondrá a la realidad solo en estas contadas notas

desenfundaré mis mejores palabras para darte varios tiros al centro de tu corazón

frágil y absorto, vulnerable y bañado de apabullante castidad me iré por donde vine

solo te preguntaré si me habrías escogido, solo me cuestionaré el no haber sido

después del arco iris ya nada será igual, el verano azotará mis días aislados

vendrán tal vez, después de cruentas batallas la victoria la cantarán los Kinks

la suma de todos mis/nuestros esfuerzos vendrán a nosotros nuestro reino

ataviados con nuestros mejores trajes beberemos la vida a borbotones -como si fuera el último día-

después del arco iris te recordaré por la inmensidad de mis días, y ya nada será igual.

How do you feel ?...

Entre noches vagabundea el alma inconclusa, dejándose llevar por el viento trémulo del norte

se concecta en cyberespacios interminables, abraza lápidas ajenas, huye de vez en cuando

mitiga su dolor bajo delgadas capas de cariño niña, la llama de su amor hace tanto extinta

ella aún quiere su revancha, prefiere atrincherarse en islas lejanas para no darse por visto

semana extraña esta la que se fue, mañana -nunca sabe si lo es-, el verano continúa

las playas son meros recuerdos, ha estado hace poco pero en temas laburantes

ansía una raspadilla para aplacar iras ajenas, hablan mal de él

incluso a quiénes creía conocer, así blanden su espada sin mayor aviso, con rabia contenida

por creer que lo conocen sin haber preguntado acaso eso que les jode no es de su incumbencia

a tres días del ocaso sin divisa ni el menor atisbo de esperanza mayor que su dolor quedo

sin embargo todavía parte de la hermandad -cree en él- y esta cerca a él

los demás son lo de menos

unos tragos no bastarán para comprar falsas amistades

imposible asistir al encuentro programado, ya se enterarán

los días calurosos azotan su solaz existencia, sed de miserias cotidianas, horneando anhelos

la muerte de febrero aflora, ya nada es como antes

no hay, sin embargo cobran peaje -inaudito-

la historia ha de virar a babor, screaming for vengance

van pasando los días sortea vorágines asesinas (¿hasta cuándo?)

no hay grillos esta noche, ni feroces máquinas infernales, ni borrachos abrazando su surrealidad

tampoco el pito del guachimán de la cuadra (seguro que está cabeceando)

el último suspiro antes de la ominosa cadena arrastró

like a rolling stone...

Writting with myself: Los profesores que me enseñaron mucho, poco y nada ...(2)

Dimos el cambio, -el gran paso- tras cinco largos años de haber estado anclados en un colegio particular mixto que fue decayendo por sus valores trastocados y su pedagogía en franco declive más los problemas políticos que estaban acarreando importantes miembros de la plantilla profesoral (inventando un derivado).

Siempre en Chaclacayo, era el año de mil novecientos setenta y tres, ya en cuarto de primaria en un colegio de varones, el Winetka era particular, para muchachos de familias clasemedieras y pituconas -eso era por lo que se veía en los apellidos y los 'caramelos'; bueno, la verdad que no veía muchos chicos trigueños ni de tez morena, la Lima de antes no tenía los rostros de la migración y claro, antes había mayor segregación, separatismo, marginación y clasismo, los tiempos de la dictadura militar y el fascismo daban lecciones de estilo de vida retorcida a nuestra querida sociedad-.

Aparte de ello, llegaban 'joyitas' exportadas de colegios vecinos del Santa Rosa y Champagnat -de Chosica-; eran la crema y nata de los engendros expulsados de esos centros educativos (allí me comencé a dar cuenta que el poder del dinero compra hasta conciencias, sus padres pagaban más para que los acepten, ¿si no cómo?).

Por consecuencia la "conducta inconducta" era la etiqueta de este mi nuevo cole; los más pendejos, los más maleaos, los incorregibles, los repitentes, los más viejos, los prontariados; en suma, los más fuertes mandaban en cada salón que habitaban, algo así como un centro correccional para menores de edad.

Antes de que el entonces presidente de la República, -el tristemente célebre tirano y dictador general Juan 'chino' Velasco Alvarado- impusiera su uniforme único escolar obligatorio en todo el país; ya veía marchar a los más grandazos de secundaria (aún estudiaba en "Los Cedros"); ta mare que los veía viejazos con sus mamelucos verdes (parecían reos de prisiones juveniles) levantando la pata bien alto con sus 'chancabuques' (desde allí me gustaron los botines, recuerdo con gran nostalgia y profunda emoción mis primeros botines negros comprados en Bata Rímac, llevaban dentro una brújula y la suela tenían un montón de huellas de animales que se dejaban ver en la tierra, bacán ) llevando los condenados el pabellón bicolor...

Yo cursaba el cuarto año de primaria, me parece que éramos cerca de treinta y tantos muchachitos; como siempre en las pasadas de listas yo era de los últimos según el orden alfabético; el profesor Villar era un patita de pelo ensortijado con un bigotito tipo Leoncio Prado, de acento provinciano por su dicción con la L, la R y la S (siempre fui muy observador o fijón como quieran llamarle).

Me gustaba su didáctica, se dejaba entender, tenía paciencia, no era muy devoto de meter golpe, pero era firme y claro, tenía buen humor, nos trataba bien, aparte nuestro salón no era tan movido como otros que allí sí que les repartían rico; tanto el salón (quinto)de mi primo Beto donde les metían correazos a los más malditos con varias vueltas alrededor de la cancha de minifútbol, el salón de mi hermano Kique (primero de media) sí que eran joyas perdidas en el templo de la perdición.

Además el cole era también un internado; mucha gente que venía de Lima se quedaba 'practicamente encerrada' todo el día, qué fea wa, era como estar presos, algunos lloraban amargamente porque fuera de ello ni siquiera sus padres ni familiares le vistaban, estaban abandonados meses de meses, eran personajes tristes en verdad, yo los veía cómo me envidiaban cuando salía para la calle.

El próximo año antes de nuestra mudanza a Lima iríamos a estudiar a un mejor y más moderno colegio, esa es la historia que seguirá en la próxima clase, me arden mis ojitos pardos, a hacer la tutu memé..

Noche de última

La llamada se encuentra perdida en la rebusca, dinamitaré los últimos vestigios arrimados en aquel recuerdo baldío

la inocencia una vez más brotará de mi desigual estirpe, torceré la desdicha de tu útima mirada

que no es más que otra página arrancada de entre mis labos, vino y poética -es lo único que me queda-

ya nada salvará aquella quimera veraniega, las flores resecas gemirán de olvido mientras yo regreso a casa

cansado de lo mismo, oportuno viajero vino en un hablar telefónico (no creas, yo no soy así)

mientras persigo tu sombra inquieta y perturbadora la noche asesina mis pensamientos más sublimes

el eterno vigilante seré por culpa de aquel encuentro motivado por letras malescritas de tanto cariño contenido

o quizás una alamandra en tu nombre valga la pena recordarte, el "Santi" y 'Mingo ' son por hoy mi impulso nervioso

ya no quiero hacerme más preguntas, las respuestas sobran en el pasillo obsesivo (pausa)

vuelvo a mentir/me -one more time- sé que la última de tus miradas me seducen

y la voluptuosidad de tu figura encantadora ya no la veré más por estas tierras

pasión y amor es lo que hace falta a esta balada en tu memoria, tributo a un blues perdido

por las orillas de tus inmensos ojos negros, la última palabra tuya será juglar en el templo de mi desdicha perfecta

ya vaga, ya se exalta, sin complejidad alguna malgasto mis mejores días en vano

cursilíneo/fatal por esta parte del camino, finalizando para mis adentros retrocedo para decirte

que la última versión aún no ha sido escrita, igual temeré, igual te imaginaré de lejos

como la mejor composición platónica en tu mejor performance, nos es lo que parece ser, tan solo imagínalo.