martes, 22 de febrero de 2011

Dime, ¿qué hora es?

Cada mañana, cada tarde, cada noche se hace eterna, cada madrugada interminable

así las cosas siguen su curso insostenible, trato de torcer de bitácora (no existe el norte)

ocho días -y contando-, hoy tampoco pude hablar con ellas, los horarios del destino...

yo saliendo, ellas llegando, yo 'urbaneando' por las avenidas de mi suerte

por la selva andan, bajando por la ceja de mi preocupación constante (persisto)

la red no se ha movido, los teléfonos mudos de noticias perdidas por las ansias infinitas

lechuzas blancas no han sobrevolado los buzones repartidos por continentes virtuales

es igual quedarse anclado que viajar por la constante cachinera de choferes somnolientes

la onda calórica abrasa a la población, tomaremos eternas colas -on the rocks- para no caer como caracoles disecados

febrero a la mitad de mi corazón, entradas y salidas al baño de los deseos

a la espera del milagro -combo/ espectáculo/creación- termino esta llamada de miércoles

juego con tu risa, aplaudo el llanto del payaso, doy una moneda al indigente de la cuadra veinte

lavo mi rostro por otra noche más, a la carga de mi peregrinaje cotidiano

NON JE NE REGRETTE RIEN...



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