sábado, 31 de julio de 2010

Declaración

La quiero, tal vez desde mi incómoda posición me es imposible decirlo (toda una huevada a estas alturas de mi insolente y azaroza vida).

¿De qué manera?, ni yo lo sé, no tengo la mayor idea de desentrañar tamaño laberinto y podría ser el inicio del fin.

Así que es mejor no decir ni pronunciar palabra alguna más, el retiro a las huestes de invierno podría ser la salida más propicia y decorosa, total en tantas batallas que he librado;una muerte más no le hace daño a nadie.

Soy lo que soy, un payaso sumergido en las redes encantadoras de su apabullante femineidad, quizás a ella le cause gracia,¿a mí?.........

REFLEXIONES

Debía tener seis a siete años,había un concurso de dibujo o como se le llame,-en mi añorado y desaparecido colegio Los Cedros de Chaclacayo- estaba en primer año de primaria -creo- y recuerdo que dibujé según la fábula clásica del Pastor Mentiroso; el lobo comiéndose a las ovejas, ni por mi inocente cabecita pasaba la idea de tentar o ganar premio alguno.

Al día siguiente, en la formación de la mañana; la Miss Herminia -O.de Antallo- (así firmaba la entonces directora) anunciaba a los ganadores del concurso: un pata de apellido Garcilaso (grandazo el huevón)-mucho mayor que yo- (estaba en quinto) que dibujaba -de la puta madre-; compartió el primer lugar conmigo.

Me quedé más que congelado (el huevón me miraba con cara de pistola)y ese fue el primer acercamiento a las artes -me salían las caricaturas tipo Walt Disney, influencia de la época obviamente-...

No paré de dibujar desde que agarré el lápiz y los colores -Mongol, alucinante experiencia al mojarlos- y en toda la primaria hasta en la secundaria -hice unas caricaturas a todo el salón del tercero 'A'- con su pie de imprenta más que mi amiga de carpeta,Charo Lock Gavidia me impulsó a realizar;los mismos que fueron obsequiados -a manera de pergamino-al término de aquel inolvidable y último año de estudiar en un salón mixto en el San José de Monterrico; allí también comencé a realizar algunos escritos de corte humorístico-.

En cuarto y quinto de media las caricaturas a los profesores y a los compañeros de clase eran como el pan de cada día; así como las pintas en las paredes del 'lonsa' y mis dibujos finales en mi camisa de quinto de secundaria (¿¡porqué diablos la botaron!?).

Después, cuando me metí a prepararme para postular a Artes en una academia de prestigio del medio; hice un collage -como hueveando- y recuerdo que un profe quería comprarme mi 'obra'; yo como buen huevón, se lo regalé ni mayor reparo.

Lo que sigue es otra historia...

miércoles, 28 de julio de 2010

HOLIDAY

Tras nueve días de incesante despliegue laboral, el descanso como premio obligado.

Se siente extraño estar '¿libre e independiente por la justicia y la causa que Dios

defiende?'; ahora en estos días rojiblancos que quedan para replantearse tantas cosas.

Luego de la noche de ayer del murciélago; hasta dormir más de la cuenta resulta un sueño

inverosómil que cumplir -me pellizco- y me la he descobrado así como chambeamos entre

ocho y trece innombrables horas, hoy he dormido por el 'sueño atrasado', no quería

levantarme con este frío de mierda.

Al laburo doméstico: tender la cama, Sapolio para la torre de servicio a punto de

caerse, lavar y tender la ropa acumulada por el soul sacrifice,

-somos la grasa de las capitales-, gran verdad que me ubica un escalón por arriba

del zócalo(¡más abajo no puedo estar!) de la gran pirámide de supervivencia,

limpiar el baño,a la ducha, arreglarse para que parezca que te amo Perú.

Ya es casi mediodía (a la mierda), hora de ir por Matilda, pasar por la Gestapo, la visa

de salida; ya estamos listos y como dos reos que corren tras cumplir su condena nos vamos

en búsqueda del paraíso de la perdición: cebichito con chicharrón de calamar y su

chilcano más.

Rico, ahora unas pelis para matar la tarde, un dulcecito por aquí y de regreso a la jato.

A media película quedo, una siestecita para bajar el combo, Luana se va a la compu y a

estar con sus abuelitos.

Al morir la tarde me despierto para ver unos conciertos -en vivo-; la flaca se va a

tomar un lonchecito con los T-Rex.

Mientras la música fluye aprovecho para preparar/me un reparador caldo de berros con

pollo, Luana ha regresado, tengo que dejarla al internado que se llama su madre.

-Ta mañana, nos vemos.

Vuelta, a darle duro al caldo; más pelis y al término, a navegar por caminos virtuales.

Mañana a preparar la agenda del veintinueve, es 'santo' del chino y una salida

barranquina por el valor de una amistad comprometida por los años.

Cierre de la edición por decreto supremo: tipéese, guárdese, publíquese,

archívese y duérmase.

martes, 27 de julio de 2010

El mercado de Salamanca

Queda a unas siete cuadras de mi casa, pasando la avenida Circunvalación, atravesando el clásico arco de piedra -recientemente reformado-.

Bien voy por la ruta saliendo de la casa por la reja de Virgen de Fátima de frente bordeando la comisaría o como algunos días al salir del trabajo rodeo la avenida El Aire hasta llegar al paradero de la Trinidad; cruzo la gran avenida, cruzo la reja y de allí por un pasaje hacia el tanque gigante de agua me encuentro a unos cincuenta metros.

En realidad, existen cuatro mercados colindantes: todos son pequeños pero bien abastecidos y surtidos, el más antiguo está al costado del segundo y el tercero de igual manera al lado del cuarto (prácticamente están situados en orden cronológico).

El hecho es que aparte de los puestitos de venta que hay en cada uno de estos, están rodeados de tiendas de abarrotes, galerías, pequeños restaurantes, panaderías, dulcerías, licorerías, peluquerías, librerías, salones de belleza, ferreterías, florerías, sangucherías,cebicherías, cabinas de internet, casas de cambio, banco, bares, y todos los etcéteras.

Prefiero muchas veces hacer las compras y caminar un poco más que ir al de mi barrio que no tiene tanta diversidad y oferta de precios como en Salamanca y evitarme ir dos veces a ambos mercados.

Un día cualquiera, una noche cualquiera -por ejemplo- si quiero prepararme un chaufita de pollo o pavita -para salvarme del apuro- voy donde mi casero, Makario -el verdulero- que me puede vender un pequeño atado de cebolla china desde treinta céntimos; el arroz, el aceite, los huevos, el sazonador -donde Frank, el mayorista de abarrotes que tiene unos preciazos; y finalmente la carne en la avícola del amigo Dofo o en la sucursal de San Fernando (el siyau, la salsa de ostión y el aceite ajonjolí los compro en la calle Capón del barrio chino).

Así podría antojarme tomarme un emoliente donde el tío de la 'U', comerme unos anticuchos y pancita en la tía Juanita; comprar el pan donde mi pata el 'flaco'; comprar unas películas en DVD (copias, por supuesto, dile sí a la piratería) a Lucho, en fin.

Me da tiempo y espacio para armar mis menúes mentales y cocinar económicos platos que me salvan del apuro, a mi bolsillo -muchas veces 'lacio' y casi sin balas.

Es también plan perfecto para seres solitarios que quieren 'matar el rato' y hacer una pequeña travesía entretenida conversando con la tía de los picarones, comiéndose una leche de tigre a dos lucas cincuenta con su chicharrón de calamar más(pota off course), 'hueveando' con los caseros 'cagones' de los embutidos y de la bodega Chelita; tirando para el equipo de nuestros amores y de nuestra alicaída pelotita.

De esa manera paso alguna parte de mi descompensada existencia en idas y venidas por esas calles salamanquinas, para dar una vuelta, aplacar un pequeño antojo o solucionar un encargo de último momento (especialmente de mis menores hijas).

Mañana -tal vez- almuerce con Luana un cebiche de pescado con calamar frito y su chilcano de cortesía o simplemente hacer unas pequeñas compras para cocinarnos de acuerdo a la realidad de estas fiestas patrias.

domingo, 25 de julio de 2010

Balada del murciélago

Invadido por un impulso irremediable vuelve a la carga como todas las noches,

dejando atrás el día que mañana volverá a ser más de lo mismo,

proseguirá en su loca carrera hacia el desfiladero -como ni el mismo lo sabe-

ha sido/es una semana intitulable, sórdida, atosigante, infernal, despiadada...

cruza en cada amanecer con espectros fumando su soledad, bajando la vida en un sorbo

mintiéndose asímismos, son felices en su psicodelia atormentada, se cubren con etiquetas

de aguardiente malsano, de tristeza chelera, apoyados en el mismo muro cada noche los ve

a su salida, el saludo de faite y un adiós siempre inquieto, se aleja presuroso

para sentarse a componer temas insospechados, libres por una noche que se acurruca

de frío por esta llovizna incesante que mata cualquier intento de salida

ya va el caballero de la noche a montar/se en su prosa incomprensible

Demon Nights tampoco quiere quedarse atrás e intenta tomar por asalto la escena virtual

no es su turno hoy -a guardarse para otra peli que este no es su momento-,

ya no sabe qué día es hoy ni su reloj mediático funciona, trabajar para vivir

o vivir para trabajar, ese es el dilema existencial

un día particular sabe igual a ayer y ahora, hay que terminar el último trago

para secar esta marea de palabras disparadas al viento sin dirección alguna

a dos días para que se acabe la temporada en el caldero del infierno

solo espera el feriado largo para colgarse boca abajo y dormir para escapar

no hay recompensas, guarda su creación en el último cajón de su inconciencia

no le queda otra y desaparece entre los archivos perdidos de este diario virtual

es domingo, mientras la ciudad duerme despliega sus alas por Lima, ciudad gótica

se aleja hasta donde termina el mar, más allá de las tres veces violada

ciudad de los reyes, no he vuelto a saber de él, solo dicen que ahora duerme

no se sabe dónde, no se sabe cómo, no se sabe cuándo, alguna otra vez sabremos de él

estoy seguro como que la luna es un queso de cabra seductor y tú anónimo lector,

un alma perdida entre la incertidumbre de tu última mirada.

miércoles, 21 de julio de 2010

El chino Kique: un acercamiento biográfico

A solicitud de una amiga de carpeta -de la secundaria- de mi desaparecido hermano, trataré de contar acerca de su vertiginosa vida –, la misma que vivió intensamente, con sobresaltos, coraje, hidalguía, amando y odiando pero por encima de todo con un gran sentido humanístico y social; reivindicando la apuesta por el cambio, viviendo los mejores años de su vida tras un ideal: la lucha por un mundo distinto.

Kique desde muy pequeño fue un niño modelo, -muy sano diría- obediente con sus padres, estudioso e inteligente, siempre ocupó los primeros puestos desde jardín hasta culminada la primaria (cada clausura anual recibía diplomas y medallas en ‘honor al mérito’).

Era el término de la llamada década prodigiosa y con ella el mundo sufriría grandes cambios y revoluciones de toda índole: la revuelta estudiantil duramente aplastada por el régimen francés de Charles de Gaulle,mayo 69 en París; el movimiento hippie con el power flower, los Beatles, los Stones, principales abanderados de la invasión inglesa y la revolución musical; Woodstock el concierto de rock de máxima expresión de protesta y libertad juvenil, la revolución sexual: los anticonceptivos, la liberación femenina, la aparición de una moda liberadora y atrevida.

Y el no menos trascedental conflicto armado de Vietnam con los norteamericanos y la lección que recibieron tras la derrota y el retiro de sus tropas.
Los movimientos políticos de Martín Luther King y Malcom X por la igualdad y los derechos de los afroamericanos; los asesinatos de los presidentes norteamericanos John y Robert Kennedy; la tendencia del mundo joven hacia la justicia y el orden social principalmente en Latinoamérica se gestaron la lucha ideológica y la aparición de grupos armados en la guerra de guerrillas –aquí en el Perú con el joven poeta Javier Heraud y su lucha armada desde la selva- siguiendo la línea trazada por la revolución cubana de Fidel Castro y el Che Guevara.

El fortalecimiento y crecimiento del mundo comunista a través de los principales países –Rusia, China y Alemania- que conformaban la llamada cortina de hierro y la guerra fría contra los Estados Unidos, Inglaterra y los países aliados del bloque capitalista.
Nuestro país no estaba exento a esa realidad y en Latinoamérica los gobiernos militares veían como un peligro y amenaza latente el avance de la corriente comunista en la juventud que ponía de manifiesto su disconformidad y rebeldía en las universidades y los partidos políticos de oposición.

Es así que durante el oncenio del régimen militar del tristemente célebre general Juan Velasco Alvarado reprimió todo brote de rebelión y manifestación de descontento popular, encarcelando, deportando y desapareciendo o ejecutando a los llamados enemigos del régimen controlando todos los poderes del Estado bajo una dictadura militar represora sin límites, viviendo al margen de la ley sin libertad alguna; así también bajo un modelo económico nacionalista nos aisló del desarrollo global, con la expropiación, nacionalización de las empresas extranjeras y devolución de las tierras a manos de los trabajadores las empresas nacionales quebraron porque las cosas estuvieron mal hechas y no se preparó a la clase trabajadora para asumir tal reto.

Recuerdo que cuando vivíamos en Chaclacayo nos cambiaron de colegio durante la primaria -prácticamente entre gallos y medianoche-; nuestro colegio se llamaba Los Cedros, era un colegio mixto pequeño, modesto, pero a mí me gustaba al margen de sus contradicciones, propias de la época y sus limitaciones; el caso es que en la familia de los dueños que dirigían el colegio, uno de los hijos, el profesor Kike –quien era mentor de mi hermano- estaba perseguido por los militares por su afiliación aprista, eran tiempos de alto riesgo para la juventud rebelde que se oponía al gobierno.

Mi madre aducía la razón del cambio por deficiencias en el sistema educativo del colegio (que en parte era verdad, años más tarde comprendería que fue por temor, por la adoctrinación política que pudiera/mos absorver y por no tener mayores vinculaciones con un colegio que tuviera problemas con la ‘justicia’ y el Estado).

Al año siguiente pasamos al Winetka, un colegio de varones, libertino; es allí donde nos sentimos más liberados del modelo educativo y de ‘valores’ que recibimos de nuestro anterior colegio, los muchachos –tanto en primaria como la secundaria- usaban la cabellera más larga, lejos de ese corte militar tipo alemán (¡alucinen la moda fascista/hitleriana contradictoria del momento!) adiós al fijador en crema y a la Glostora, qué liberador fue ese cambio.

Era la onda hippie, así como en la película Melody, era la influencia de la época, para nosotros dejarnos el cabello semilargo fue toda una postura, un paso a la rebeldía, un cambio radical en nuestras inocentes y aún cortas vidas.

El cuestionamiento que podrían hacerse tal vez es ¿porqué hice toda esa introducción bastante política y social de aquel entonces y qué tiene que ver con mi hermano Kique?; mucho, porque esa influencia indirecta –si bien un tanto lejana por la corta edad que tenía- serviría como punto de partida hacia su comportamiento y desarrollo como individuo político y activista cultural lo que le daría más adelante una visión más cercana y sensible de la realidad del país.

Tras haber estudiado desde jardín hasta el primero de media (ese era el término de entonces), Kique así como el resto de nosotros pasamos al San José de Monterrico en Lima, colegio mixto de mayor nivel e infraestructura, un colegio particular de nivel clasemediero pitucón (nosotros no éramos hacendados ni terratenientes pero nuestros viejos siempre se preocuparon en darnos la mejor educación haciendo grandes esfuerzos y sacrificios).

Asimismo, luego de haber vivido algunos años en Pueblo Libre, Jesús María y siete años en nuestra añorada casa del jirón Nicolás de Ayllón 674 en Chaclacayo; nos mudamos en el setenta y cinco a Lima, al ‘ecológico’ distrito de San Luis, hasta la fecha la residencia actual de nuestros viejos y guarida extrema a la fecha del que escribe y narra.

Ya desde el segundo de secundaria hasta el último que estudió nuestro buen Quiquito; si bien mantenía buenas calificaciones no era prioridad ser el primero o estar entre los primeros, ya no más, estaba en otra, en búsqueda, viviendo su edad, la frescura de la adolescencia; las pendejadas con los compañeros de clase, la amistad con los patas de verdad, la música siempre presente en nuestras vidas, la curiosidad por el sexo, las primeras jileadas, las primeras hembras, las primeras huascas…

Aquellos días eran tiempos de cambios, de transición de la dictadura militar a la ‘democracia’, la Constituyente –con un desfalleciente Haya de La Torre y los sobrevivientes políticos tanto de derecha como izquierda-, los toques de queda, las marchas populares de la CGTP, el SUTEP, los paros nacionales; el regreso de Belaunde Terry para asumir los primeros cinco años de un gobierno débil que se dedicó desmesuradamente en construir viviendas descuidando otros aspectos más urgentes y necesarios para la población.

La proximidad del APRA para ganar las siguientes elecciones presidenciales del ochenta y cinco bajo grandes expectativas depositadas en una joven promesa política: Alan García Pérez (quien durante su primer mandato se encargaría de escribir cinco años de historia negra en la política peruana).

Al dejar las aulas sanjosefinas Kique se prepara para ingresar a la universidad y para ello estudia en algunas academias de prestigio de aquel entonces; postula y logra ingresar con buena puntuación a la universidad de Lima en la especialidad de Ingeniería Industrial; estudios que seguiría solamente por dos años, de allí decide convalidar cursos y trasladarse a la ‘Richi’ para estudiar Arquitectura.

Es allí donde hace grandes amistades con amigos de su facultad y empieza a nacer en ellos otras razones más importantes que el solo hecho de estudiar una carrera y obtener un título profesional.

Empiezan a crear cosas, a sentir que su país necesita cambios fundamentales y transformar las viejas estructuras en otras nuevas pero con un pensamiento renovador, transformador, revolucionario.

Deciden empezar desde su facultad, tomándola prácticamente por asalto. presentando teorías, opciones y cuestionamientos del sistema universitario, educativo, cultural, político, económico y social en el que el país está sumergido.
Creen en el arte como creación transformadora de la sociedad que puede convivir tanto con la arquitectura y otras carreras ligadas a él.

Nace el Esquisse del Bestiario, una especie de pronunciamiento político/cultural –en la misma facultad de la universidad- donde muestran opciones de creación colectiva que van desde la arquitectura con propuestas nuevas con sentido social, convocan a poetas, pintores y músicos que iban desde la música urbana de Juan Luis Danmert hasta el rock subterráneo de Leuzemia y Narcosis, principales abanderados de la movida musical limeña.

Es en ese primer happening/concierto con tintes contraculturales que empiezan a crear confrontación política con la gente que asistió a ese primer manifiesto.

Posteriormente deciden trasladarse a su nuevo centro de operaciones y es en la Carpa/Teatro del puente Santa Rosa de la avenida Tacna que comienzan a gestar proyectos culturales –apoyados por el municipio limeño- donde llegan a convivir diversas manifestaciones artísticas como la poesía, pintura y música; que va convocando al público en general y a generarse toda una onda nueva en los jóvenes que buscan crearse de espacios alternativos básicamente para expresarse a través de estos medios artísticos.

Luego de algunos años, el proyecto es cancelado por cambios políticos y llegan a mudarse al distrito de Jesús María donde el grupo se va haciendo más radical en su pensamiento político, hay un deslinde entre ellos, quedando pocos miembros para autodenominarse Los Bestias, grupo activista cultural.

Los tiempos cambian así como los gobiernos, Alan García culmina su desastroso gobierno que nos sume en una espantosa crisis política/económica y social; cabe señalar que bastaron tan solo cinco años para que el partido aprista saquee el país de una manera tan inmoral y escandalosa (¿para eso la espera de más treinta años para gobernar así?).

Un total desconocido logra apoderarse de la presidencia de la República, es así que Fujimori con su nuevo partido Cambio 90 arrasa con los partidos tradicionales y se queda gobernando por más de diez años que casi fueron quince, el resto lo sabemos todos.

Desde la época republicana de este país la injusticia social y la corrupción han ido incrementándose vertiginosamente por culpa misma de sus gobernantes, la sociedad en su conjunto y el sistema que los alimenta.

Basta con echar una mirada a la vida en provincias –en especial los lugares más apartados donde pareciera que Dios se hubiera olvidado de ellos, la ley no existe o nunca llega y la justicia se imparte por propias manos de la población-, así como en los barrios populares de Lima provinciana.

Es desde el gobierno de Belaunde, Alan García hasta el de Fujimori que empieza a gestarse la aparición de grupos armados radicales que van tomando acción y haciéndose notar su presencia con la diversidad de actos cometidos en la ciudad y el campo.
Empieza una guerra sucia entre el Estado y estos grupos beligerantes con la consecuencia de los actos de lesa humanidad, violación de los derechos humanos , así como grandes daños materiales y pérdidas humanas.

Son años de violencia extrema, de terror, de miedo, de caos general.

Los Bestias asumen una postura radical similar a estos grupos extremistas y así comienzan su labor propagandística en los trabajos que asumen, deciden cambiar de nombre por los NN (colectivo cultural finalmente conformados por el ‘chino’, Áxel, el ‘Yuyo’ y el ‘chato’), acuden a la Tercera Bienal de Arquitectura en La Habana, Cuba y a su regreso continúan con su tarea de articuladores y activistas culturales; cabe destacar que los NN empiezan a realizar grabados de propia autoría y por encargo logrando obtener obras de gran factura lo que los coloca como uno de los mejores talleres del medio y estar a la vanguardia durante los años que vinieron trabajando juntos .

El tiempo se encargará de separarlos: Kique pasará los últimos años de su vida en Brasil –casado y con un hijo-, Álex actualmente maneja y dirige un taller de grabado de prestigio; Alfredo luego de haber vivido varios años de encierro se dedica por completo a la pintura y el grabado, ahora vive de eso; Carlos está recluido en un penal de máxima seguridad en Puno sin fecha ni destino que le augure ver la luz.

En el 91 Kique cae apresado por miembros de la DINCOTE supuestamente por encontrársele con material propagandístico subversivo, permanece apresado cerca de un mes y medio pero por falta de pruebas logra su liberación; parte al exilio –por seguridad propia y por voluntad de mis padres-a Sao Paulo.

Mi tío Roberto, -hermano de mi viejo- y quien radica por más de cuarenta años en ese país- lo acoge y aloja noblemente en su casa con conocimiento de causa.

Mi hermano tras unos meses de vivir con él deja su casa y parte a vivir a la periferia de la ciudad, Capao Redondo, un barrio marginal de mucha pobreza y violencia cotidiana.
Viviendo en situaciones muchas veces límite, se las arregla y va haciendo amistad con los habitantes del lugar (pese a la diferencia cultural, étnica y lingüística), aprende un poco el portugués, más ‘portuñol, creando sus espacios artísticos culturales, instala un pequeño taller de grabado (serigrafía) y va enseñando a niños, adolescentes y personas mayores su experiencia de vida, ganándose su respeto y cariño por las personas que llegaron a conocerlo, a ser sus amigos y a quererlo mucho por el valor humano que denotaba mi hermano.

Algo que Kique siempre ha tenido de especial es que tenía una personalidad apabullante, la gente que llegaba a conocerlo bien llegaba a estimarlo y a cogerle un cariño muy profundo por ser como era y no tenía ningún problema de hablar con cualquier persona sea esta cualesquiera su condición social, color o credo; esa era una gran cualidad (pero eso sí, le gustaba confrontar ideas aunque no esté de acuerdo con la persona que tenía al frente, siempre tenía las cosas claras), heredada del patriarca fundador del clan Wong, mi abuelo, mi tata: Wong Pac Pen, don ‘Rafae’, papá de EWC, mi viejo.

Así va ganándose la amistad de la gente que habita ese lugar y Kique empieza a hacer/se imprescindible en sus vidas por su actitud ante la vida, por su compromiso social, por su total desprendimiento, por su solidaridad con los más necesitados, con los más olvidados, con los desposeídos, por ser como es.

Sin embargo, el destino le plantearía pruebas aún más difíciles que sortear; estando los últimos años en Lima –antes de su partida hacia su exilio- ya se sentía un poco disminuido en cuanto a su salud, a pesar de su vitalidad puesta a prueba de balas, la vista le cansaba –usaba gafas desde que ingresó a la universidad- sufría de esporádicos y terribles dolores de cabeza, -migraña decía él- que lo ‘tumbaban’ y lo dejaban postrado sin energías para realizar con normalidad sus actividades diarias.

Es en Sao Paulo que ingresa al hospital estatal para hacerse un chequeo médico y le detectan varios tumores –‘benignos´- en el cerebro; la causa de los males que le aquejaban.
Los médicos, excelentes profesionales y mejores personas diagnostican que urge realizar una intervención quirúrgica de emergencia para tratar de extirpar el mal, evitar que los tumores no crezcan ni avancen porque podrían convertirse en malignos de tal manera que podrían poner en riesgo la vida de mi hermano.

Los galenos –asimismo- advierten y no garantizan nada ya que es una operación de alto riesgo por la zona tan delicada donde se ubican los tumores y que podía comprometer tanto la vida del paciente como las funciones vitales que controla el cerebro llámese los cinco sentidos y otros como la memoria, los reflejos, los movimientos de los miembros tanto inferiores como superiores, el habla, entre otros.
Mis padres viajan de emergencia para hacerse cargo del tema y ayudar a mi hermano en este difícil trance.

La operación se realiza tras largas horas en el quirófano, Kique se recupera en cuidados intensivos y el doctor –uno de los mejores del medio- responsable de la intervención anuncia que mi hermano tuvo suerte esta vez, extirparon casi un cincuenta por ciento de los tumores pero no la totalidad debido a su ubicación en zonas que han llegado a comprometer su memoria, el habla y su función motora; lo que requería de una terapia de rehabilitación, era como si hubiera vuelto a nacer, tenía que aprender y a comenzar de nuevo (una prueba durísima por cierto).

Kique recibe tratamientos de irradiación (baños de cobalto), quimioterapia, hasta lleva un tratamiento con su propia orina, se vuelve vegetariano por necesidad (él ya era semicalvo una vez salido del colegio y ahora prácticamente se la había caído la totalidad).

Durante su estancia en Brasil Kique llegó a recibir tres operaciones al cerebro y mi madre –quien nunca lo abandonó hasta que se recuperase- nos cuenta que era muy doloroso para él, tenía miedo de morir o quedar en condiciones lamentables, cada operación era un vía crucis, una apuesta al destino, una ruleta rusa, un salto a no saber dónde, prácticamente siempre se despedía silenciosamente en cada intervención porque no sabía si iba a regresar, las lágrimas se le escapaban durante todo este proceso.
Mi mamá jugó un papel determinante antes, durante y después de los procesos operatorios, en las terapias de rehabilitación de mi hermano, era su compañera perpetua, la fiel progenitora que nunca abandona al hijo cuando este más necesita del apoyo y afecto que ningún ser del mundo podría darle o igualársele, es parte del desentrañable misterio de la vida.

Lo que Kique no sabía qué era lo que le aguardaba, una sorpresa tan grande que cambiaría radicalmente su norte, su corazón y la oportunidad de llevar una vida feliz junto al gran amor de su vida.

Es en las terapias de rehabilitación donde conocería a la mujer que estaba esperando y la que se convertiría posteriormente en su amiga incondicional, su amada/amante, su confidente, su compañera, su esposa.
Dulcimar (Dulce ) era su terapista (le dicen allá), -terapeuta aquí- que al principio –según ella misma lo cuenta- lo trataba como cualquier paciente, incluso al comienzo le molestaba un poco, dado que Kique comenzó a fijarse en ella y comenzó a ‘afanarla’ pero ella no le daba pie –aún-.

Poco a poco fueron congeniando, conversando mucho, compartiendo tantas cosas en común: la música, la poesía, las artes, los ideales, la vida misma que los hacía cómplices de tanto por contar, por sentir lo que les estaba pasando y que estaba tomando forma de algo que atrapa, atormenta, emboba, aturde, emociona hasta el tuétano, cuando el corazón se agita y palpita por la persona ansiada, eso que dicen que se llama amor.
Así tras un tórrido romance se casaron al poco tiempo.

De las enamoradas que le llegué a conocer a mi hermano (bueno, de Kique si bien podía decirse que no le faltaban mujeres tampoco podría titularlo de mujeriego, jilero sería más acorde con su estampa) me acuerdo de tres mujeres especiales, cada una en su contexto, en su tiempo:

Lily –‘la loca’- con quien estuvo los primeros años que vivimos en el barrio (ella, buena gente –hoy casada- aún vive en la misma casa rosada, en La Trinidad, cerca a la reja que da a Circunvalación).

Mapi(ta), estuvo años con mi hermano durante la época universitaria hasta que terminaron por intereses opuestos, mi mamá la quería como a una hija y añoraba que termine casada con mi hermano, luego de andar por los rincones más alejados de la tierra, convivió varios años con alguien pero jamás se casó, regresó para mi matrimonio y de allí siguió viajando, luego la volví a ver para no saber más de ella desde hace unos diez años, la extraño y la recuerdo.

Michelle, fue la penúltima –antes de su partida al Brasil, antes de conocer a Dulce-; guapa ella, también estuvo buen tiempo con él y pasaron muchas vivencias juntos, buenos y malos tiempos (especialmente cuando andaban juntos como uno solo, en los últimos años previos a los sucesos que ambos vivieron durante su detención); y a veces una cara bonita no siempre es lo que parece ser; algo que me decepcionó grandemente de ella es que cuando Kique estaba allá en Sao Paulo (pasándola mal), me la encontré después de tiempo, me saludó muy fríamente, es más, ni me mencionó ni mandó saludos para él, como si fuera que nunca lo hubiera conocido y lo hubiera borrado de su mente, alucinante pero esclarecedor a un tiempo.

Algo que para mí fue y continúa siendo una experiencia inolvidable la del viaje soñado que realicé –a Sao Paulo- exactamente durante el mundial de Francia 98.
Para esto tanto mis viejos como mis hermanos Aldo y Jose ya habían viajado para allá, yo era el único que faltaba y mi tía Lily (el Ángel de la Guarda) hizo posible ese sueño anhelado, simplemente no existen las palabras adecuadas para decir lo que debería ser, quedo corto y mis pensamientos asumen lo que mi corazón expresa, las gracias por toda la vida y más allá de la eternidad.

Aquellos cuarenta días fueron imborrables e impagables; el encuentro con Kique a quien no veía desde aquella noche oscura del año noventa y uno que partió triste y silenciosamente rumbo a su exilio, el conocer en persona a la que sería su esposa y mi cuñada –Dulce-, a su familia, reencontrarme con mi tío Roberto, el gran tío Roberto con un corazón inmenso, mi tía Vilma y mis primos.

La realidad avasalladora de conocer una cultura diferente, la metrópoli con toda su modernidad e influencia europea y americana pero sin perder su autenticidad de país sudamericano: alucinante e increíble.

Las conversas aleccionadoras, largas y ‘desahuevadoras’ pero francas con Kique y Dulce, las andanzas recorriendo las calles paulistas, el conocer la familia, sus amistades, cocinar gustosamente para ellos y también para mi tío; fueron cuarenta días de cariño contenido, de magia, de la alegría de ver/lo a mi hermano contento pese a su estado actual (ya era un discapacitado, medio cuerpo lo tenía paralizado, la memoria le fallaba) era de veras feliz, algo que jamás llegué a notar ni siquiera aquí en su propio país; ¡cuán cierto es eso de que nadie es profeta en su tierra!

La despedida fue y sigue siendo algo muy significativo para mí, para él, para ambos (teníamos las lágrimas contenidas por tantos años, por este regalo del destino que mi cuñada comentó con la verdad que solamente sus palabras suelen hacerlo: ¿porqué no lloran, acaso por el hecho de ser hombres no tienen qué llorar?,¡ hombres!..

Y de veras que para mí fue una despedida de verdad, así lo sentía cuando me despedía de mi hermano rumbo al avión; aquella fue la última vez que vi a Kique, a los dos años, en el dos mil fallece en un accidente de tránsito.

Debo confesar ese hecho como algo inexplicable (saquen sus conclusiones), yo me encontraba saliendo de una clínica en San Isidro, era agosto –si no me equivoco- del mismo año del suceso, y estaba comentando con mi ex esposa que a Kique no le gustaba que escupa al suelo, ni en la calle (yo lo estaba haciendo en ese momento) y estaba pensando en él, a los pocos minutos me llama mi papá urgente –muy compungido- que vaya para la oficina que… Kique había muerto, quería verme.

Llegué rápidamente y lo primero que hice/hicimos –mi viejo y yo- fue abrazarnos fuertemente (algo que no sucede entre nosotros por la compleja relación que llevamos).
Ya más repuesto me comentó que el tío Roberto lo había llamado y fue a reconocer el cadáver de mi hermano, al día siguiente mis viejos viajarían para su funeral.

Qué explicación hay en todo esto, ¿acaso mi hermano con mi último pensamiento hacia él se estaba despidiendo de mí, y que con mi viejo logremos reconciliarnos para llevar una relación más fraterna y llevadera?

Lo dejó allí, es algo que llevaré conmigo hasta los últimos días de mi existencia.

El enigmático círculo de la vida nos da siempre lecciones, nos muestra varios caminos: cuando alguien muere, otro nace y así pasó con Kique; tras una desdicha emerge una esperanza.

Su paso por estas tierras dejaron una huella, una semilla que germinó en el vientre de Dulce y dio a luz una nueva vida: Pablito (el tiempo ha pasado, ahora tiene nueve años), hijo que llegó a ver (creo –pienso yo- que ese debió ser su último deseo de mi hermano, sabiéndose enfermo, con la consecuencia de sus actos, que su enriquecedora vida se estaba deteriorando y extinguiendo).

Tanto Dulce como Pablito llegaron a visitarnos además de haber conocido tanto la tierra de su padre como la familia que tuvo que dejar atrás por el rol que le tocó asumir.

Este próximo veintinueve de julio Kique cumpliría cuarenta y nueve años; en su memoria qué mejor tributo que el de hacer un repaso a su ambivalente recorrido; con tu permiso déjame obsequiarte este flashback:

En Jesús María, nuestros viejos tenían el negocio de chifa por reparto a domicilio (hoy delivery) había un ‘paisano’, un chino grande y robusto (el cocinero) se carcajeaba cuando maté a tu pollito de un botellazo fuiste corriendo a acusarle a mi mamá.

O cuando estábamos jugando en el patio interior de nuestra anterior casa en Chaclacayo, te resbalaste y tu mentón fue a dar contra el borde de los asientos de cemento, se te abrió una heridota, se veía la carne ensangrentada, como la pulpa de un melocotón.

Jodíamos al guardián del parque y toda la mancha: tú, yo, Aldo, Beto Varona y Beto vecino corríamos como endemoniados para escondernos dentro de la casa y el huevón jadeando de cansancio por la tremenda carrera mirando para todos lados nunca nos ampayaba mientras nosotros lo veíamos desde nuestro escondite cagándonos de la risa.

Ya en nuestro actual domicilio en Villa Jardín, una vez trataste de defenderme de un negrazo, un cobrador de micro que me estaba sacando la mierda a puñetazos por haberle roto las lunas del micro a hondazos.

¿Recuerdas cuando cambiamos las pintas en una pared de la avenida Canadá que decía: ''El APRA al Poder'' por ''El APRA al Joder''(para la campaña presidencial de mil novecientos ochenta) y una mancha de ‘búfalo’ bajaron de un auto con cadenas y botellas para desgranputarnos; corrimos y nos escondimos con varios patas del barrio en una construcción; a ti te agarraron porque eras más lento que una tortuga –solo te dieron una patada en el ‘huesito de la alegría-; luego había un carro que daba vueltas y vueltas; pensábamos que eran esos huevones que no se iban, al final resultó que eras tú
–con el Malibu Súper Sport Chevelle 1977- de nuestro viejo buscándonos, un cagüe de risa.

La última: cuando te fuiste y nunca pude abrazarte como se debe, jamás llegué a decirte cuánto te respetaba y admiraba, mucho menos que te quería, entre otras cosas; la relación de cosas que nos unían y a su vez también otras tantas que nos distanciaban (bueno, ambos hubiéramos dicho que no existe el mundo perfecto como buenos Wones).

Este es un intento, tan solo lo poco o mucho que puedo dar/te a través de mis palabras traducidas en estas líneas virtuales.

El próximo año –para el aniversario de bodas de oro de mis viejos- vendrá la comitiva brasileña: con mi tío Roberto a la cabeza, Dulce y Pablito; tú estarás también presente porque aunque no te veamos ni te tengamos cerca; ya sabemos que el pensamiento, la fuerza del amor y el cariño que existe entre todos los que tuvieron la suerte de desfilar por tu álbum vivencial; será suficiente para contar contigo en ese momento que será imperdible y difícil de olvidar.

¡Salud contigo Kique!

jueves, 15 de julio de 2010

For a special turttle

Atribulado ante amistades que daba por perdidas, ahora vuelve una tan intensa como la vida misma.

Entre ser un cuento de hadas o un milagro de la vida, replantea sus actos y se entrega con el corazón abierto dispuesto a vivir la experiencia como si fuera una final.

Sabe que podría estar de regreso, bajando la cuesta que alguna vez creyó trepar y solo quedó a medio camino, acalambrado por pasiones encendidas y aventuras incompletas.

Los años idos pasan rápidamente por su mente como viejas películas clásicas que nunca se cansará de ver, así fueron amigos, desde muy jóvenes y en el despertar de la adolescencia se perdieron por caminos separados.

Tuvieron que pasar cerca de veinticinco años para volverse a ver, aún no, eran entonces un par de extraños que parecían haber estado ausentes de lo poco que les quedaba.

Así por extraños designios del destino él le escribe a su buzón sin esperar mayores recompensas, ella responde positivamente, una carta llama a la otra y así sucesivamente hasta ahora las palabras fluyen limpias de corazón como si fuera el cariño contenido de dos amigos que se reencuentran después de la guerra.

Tan solo algunas salidas sirven para afianzar este compromiso de amistad sincera e histórica.

Quiere esta vez recuperar algo del tiempo perdido y no volverle a perder el rastro, aceptarse tal cual son, con sus imperfecciones y atributos, lo que pase de aquí en adelante nadie lo sabe.

Quería decirlo esta vez con sus palabras salidas del alma y dedicarle estas líneas a la niñita de su cole,a la musa inspiradora, a la mujer de su presente imperfecto.

Todo esto resulte tal vez insuficiente para expresar lo que siente por ella e intenta a través de este vano oficio justificar su incompleta existencia.

Salud por ello.

martes, 13 de julio de 2010

EL NEGRO MANTO y el escribidor ausente

Así como todos los días, atardeceres, anocheceres y amanecidas son una realidad palpitante que lo hace sucumbir y a su vez vivir en sobresalto perpetuo como una película pirata vista hasta la saciedad.

A veces cree que ya nada importa como quedarse absorto ante la agenda cotidiana, como ahora ante la pantalla multicolor que no es más que el enlace entre el abismo y la fantasía.

Castiga su delgado cuerpo que ha visto tanto y poco desde su pequeño balcón, ¡ah, el mundo!, con los ojos enrojecidos del insmonio enloquecedor y presa de la vorágine que es parte de una sentencia que él mismo se la ha buscado.

En su transcurrir iluso se afianza a la esperanza de ser otra vez lo que nunca ha sido.

Ya no sabe nada de amores abandonados a su suerte, mucho menos de la calidez de un abrazo que le parecen viejos recuerdos enterrados en su cofre aterrador y doliente.

Como un ejercicio incomprensible, esquizofréncico, paranoico -casi masoquista- vuelve de vez en cuando la vista hacia lo poco que le queda de su fatigable existencia, tecleando va el zombie de las noches clandestinas, escurriéndose entre pasajes prohibidos, rebuscando lo impalpable, así parece ser sabiendo a cuestas que mañana ha de levantarse temprano como un mecanismo irracional que tiene que destartalar su alma cansina y estrecha de corazón.

Continúa su pergrinaje entre las sombras y no halla más que ruinas y valles saqueados de dolor y angustia, se ha acostumbrado a eso y la escritura no es más que una terapia insatisfecha que sabe dónde puede terminar sin mención honrosa alguna, es el costo, el precio de una vida entregada al olvido, a goleadas permanentes, de pérdidas irreparables.


¿Para qué mirar la hora, si todo tiene el mismo color? y la nada es como the song remain the same, it´s always.

Fija su mente en el vacío, no quiere desesperarse más de lo que está, encontrarse consigo mismo algunas trajinadas 'noches literarias' es su propio premio y la recompensa de cada maldito día componiendo las mismas canciones insensatas.

Queda poco tiempo para volver a su cámara de hibernación,al sarcófago demencial,a la tumba de su lecho, desordenada porque siempre es tarde para pensar que hay otra cosa.

Recapitula la escasez de sus pensamientos, no hay mucho que escoger y poco que ganar.

Duda si estos últimos meses son parte de una irrealidad psicodélica en technicolor, ha encontrado -por esos accidentes del destino- o a él, a la psicoterapeuta ¿perfecta?, a su nueva psicoanalista, a la 'loquera' mística, tal vez ahora, a la amiga perdida en el tiempo y el espacio, ¿será la única, the last dust in the wind?

No quiere saberlo, encontrar aquella respuesta podría tener un efecto perturbador, inquietante y tal como ella le ha ausculatado analíticamente, son los demonios que habitan su interior y que de vez en cuando los saca a pasear por el parque de los recuerdos, de la desesperanza, de la realidad que no es más que una pesadilla cotidiana y se ha acostumbrado a convivir con ello, es parte de su sur, de su destino implacacable.

Hay que rebobinar el carrete, el acto llega a su fin, es otra tragicomedia más en su laberinto de pasiones malnacidas y ejecuciones infestadas de inmundicia, de dolor que ya no es dolor, de no sentir nada, de vivir por vivir, de dejarse ir, de evadirse por las huevas, de nortes maltrazados, de engaños permanentes, de naufragios sin adioses, de despedidas anunciadas.

Ha recorrido más allá de lo insospechado y la pequeñez de su desvalorizada vida no es más que aquel beso extraviado en el desierto de tu negación sin recompensa, sin happy ends, solo eso, no hay más.

In to the return?, es la pregunta de los cincuenta mil céntimos.

lunes, 12 de julio de 2010

Ahora en el Bolivariano

La segunda cita lo ponía tenso, ansioso, sobresaltado, impaciente.

El día llegó y tras la jornada laboral a pagar las cuentas del alma.

A recoger el regalo prometido: -salió mejor de lo esperado-.

Rápido a casa a ver lo que restaba del magro clásico, perdimos esta vez.

La hora avanza, hay que alistarse y como si fuera la primera vez, retocado en HD.

Rumbo al paradero, los malditos micros se pasaban -no sabía cuál lo dejaría más cerca-.

El tiempo no perdona, no va a llegar a la hora señalada, ya es de noche, un taxi nomás.

En veinte minutos bajó puntualito en el Queirolo, como siempre,

muchas bocas chupando hasta en la entrada.

El mensaje de rigor, no llega ella, mientras se sienta en una banca afuera de la iglesia.

Otra pareja que cree que el amor salvará al mundo prestos y radiantes rumbo al altar.

Decenas de invitados escaneados en Photoshop muestran sus mejores trapos (¿habrá tono?).

Ya no sabe qué hacer, camina de un lado a otro, se mea de frío,

se encaleta en una esquina para esperarla.

Está en camino, el taxista es un hueverto y Rose está con la hora de Johanesburgo.

¡Al fin parió Paula!: -hola, disculpa la demora, ten por mi retraso.

El caballero de la noche le entrega su obra que es parte de su legado.

Ingresan a la antigua taberna, es algo tarde, todas las mesas ocupadas, ni en el altillo.

A buscar otro hueco, el de al lado no sugiere mucho, -vamos al de la vuelta,

es un poco carioca pero debe haber más espacio.

-¡Ah, el Bolivariano, hace tiempo que no vengo por aquí!

Entraron, el primer ambiente resulta más acogedor, una jarra para comenzar.

-Vendemos en botella,-corrije la azafata, -está bien, una Cristal.

Así se inicia la esperada conversa, ahora la puede mirar

a sus lindos ojos del Medio Oriente.

Tras varias botellas, la vejiga, la próstata y el baño

se unen para la fiesta de los chorros mágicos,

ella también tiene lo suyo y no se queda atrás.

Hablaron de su viaje por tierras gauchas, las fotos digitales dan cuenta de ello.

No pueden dejar de hablar del pasado escolar, de sus intrincadas vidas,

de su añorada amistad de púberes, de la suerte de haber/se reencontrado,

la emoción los embarga y no importa la hora,

es así cuando la noche estalla en sus corazones.

La diva sugiere e insiste en comer algo para asentar mejor el lúpulo.

El piqueo de la casa llega a su destino

y la fuente es saqueada mayormente por el predador.

Han transcurrido casi cinco horas, para esto él le enseñó su obra que era para ella.

No lo podía creer, pensó que era una broma, no lo es,

se lo da con el mayor de los placeres.

Ya es hora de retirarse y también la hora de correr o pagar sus pecadillos.

Un cigarrillo a la salida, la mira acusiosamente, se mantiene guapa

y su porte es más que un poema de un juglar en medio de esta noche encantada.

Ahora ella se despide con un espontáneo abrazo que Kill no lo esperaba.

Se van por caminos separados, su última mirada es para ella que se aleja rápidamente.

Prefiere caminar un poco, divagar y perderse

entre las largas cuadras que separan su memoria del ocaso de la noche.

Ya es de madrugada, de vuelta a casa y esta vez Demon Nights no aparece, está dormido,

anulado por la ausencia de pasión y desenfreno, el cansancio gana esta vez.

Se arroja en su cama desfalleciente pero....entre el goospel,

el jazz y el blues de Ray; acaba con el último cápitulo de esta noche,

mejor que la anterior, así lo cree, así parece, aunque parezca una película incompleta

como la vida misma, duerme su último suspiro,

silbando su soledad, respirando su existencia.

sábado, 3 de julio de 2010

de Lima a Córdoba

Existen razones para estar lejos, así como las distancias son eternas y miserables.

El frío reina estos dominios, la humedad de tu mirada

se pierde entre el llanto del cielo inconmesurable y gris.

El fútbol parece que lo es todo y nada a la vez.

Entre el tango o una chacarera vas palpitando nuevas miradas,

los paisajes son bellas historias que contar, aquí esta cumbia repiqueteante que

destartala mis oídos cuales vuvuzelas asesinas de tantos goles inciertos,

de alegrías extranjeras,de lamentos por la vuelta a casa.

Los bares, las calles, la gente, la música, otra cultura

ahora atrapa tus sentidos más preciados y está cerca el camino de regreso

tras esta inquietante aventura porteña.

Los días han sido más de lo mismo por estos lares, el laburo angustiante

es acompañado por puchos de ida y vuelta, mis hijas lo son todo,

lo único que importa, lo que me anima a seguir por estas calles agrestes y dolientes

el campeonato mundial está llegando a su fin en medio de resultados contrastantes

el planeta se detiene por instantes cuando rueda la redonda, alucinante

mañana también a la carga, como todas las mañanas friolentas y oscuras

caminaré una vez más entre los cantos de pájaros temblorosos

entre caminantes que no levantan la mirada, entre perros defecando,

orinando y ladrando su soledad.

Lima tratará de guarnecerse, Córdoba debe ser un cementerio así como Buenos Aires

y todo el país(no quiero aguarte la fiesta).

Es hora de partir, buen sueño, tómate un mate a mi nombre.