miércoles, 31 de marzo de 2010

Mi querido celular

Me quedé profundamente dormido tras ver entre ojo, pestaña y ceja como caían pesadamente las persianas de mis fatigados ojos.

Eran aproximadamente las seis de la tarde y Morfeo me envolvió con sus anestésicos brazos.

La televisión se quedó prendida -mal endémico de la humanidad del siglo veintiuno- en Fox Sports; estaban jugando el Ínter de Porto Alegre contra Cerro Porteño de Asunción por la Copa Santander Libertadores (quién pone más se atribuye el nombre de la empresa auspiciadora al del certamen).

Me desperté luego del primer tiempo; ya iban en 47' del segundo y el marcador permanecía cerrado, así fueron transcurriendo los minutos y los goles brasileros llegaron, tras sendas fallas defensivas paraguayas el partido quedó a favor del Ínter por dos dianas a cero.

Apagué la caja hipnotizadora para terminar cosas que había dejado pendientes.

Fui al tercer piso a realizar mis labores tanto en la cocina como en la lavandería y empecé a buscar mi celular, no lo encontraba, daba vueltas como huevón y nada.

Bajé a mi cuarto, seguí indagando, mirando aquí, mirando allá, bajé a la cocina del primer piso de mis viejos, mi mamá estaba viendo sus telelloronas de siempre: -Has visto mi celular', no lo encuentro.
-No, no he visto nada, busca bien, haz memoria por donde has estado (hace algunos años que me estoy olvidando dónde dejo las cosas, ¿será Azhaimer prematuro?).

Antes de venir a la casa había pasado por la panadería y una bodega del mercado cerca a la casa.

No, no creo que lo haya dejado allí,¡ta mare!, voy a tener que regresar por allí(la última búsqueda), revolotié por la cama y el pendejo estaba tapadito debajo de mi frazada (bueno, también tiene derecho a descansar).

Qué alivio, ya me estaba dando por vencido; si el celular hablara, cuántas veces se ha sacado la mierda, le ha entrado agua, harina, sal, qué se yo.

Últimamente ha estado un poco enfermo, se apagaba solo, se colgaba, pedía chip nuevo el condenado,escribía SMS y me dejaba a medias hasta que le practiqué un tratamiento apagándolo ciertas horas, cargándolo solo por las mañanas y poco a poco ha ido reestableciéndose hasta tenerlo nuevamente conmigo.

Ya creo que son tres años que vive conmigo, es inseparable, guarda todos mis contactos y es amigo cómplice de mensajes entrañables, tristes, alegres, y mis secretos más preciados.

Qué inútil me sentía con su ausencia, con su pérdida, con su extravío, me sentía desarmado; prácticamente es un órgano más en nuestras dependientes vidas.

Termino el día con esto, respirando más tranquilo, hasta mañana querido 'cerdular', buenas noches.

domingo, 28 de marzo de 2010

DE REGRESO A CASA

Hace algunos días tras la áspereza de las palabras mal dichas, quedé compungido y así sin mayores esperas que tu bolero de vuelta regresaste entre miles de correos extraviados.

Con las vueltas de páginas ahora enterradas en tu tiempo y en el mío, vuelo hacia ti otra vez, con la energía de un albatros bohemio que se arrecuesta timidamente en la poesía más pura y en los encantos de tu edad madura.

No te esperaba este domingo soleado y solitario, venía de regreso del laburo agobiante antes de echarme a descansar pensé en ti y en tu diario discurrir.

La balada soñada, el rocklento intenso, el blues melancólico y desolador; no son más que tibios homenajes que se opacan ante la atenta mirada de tus inmensos ojos moros.

Lo que importa es que volviste, Demon Nights esta vez se queda vigilante y tanto tú como yo sentimos que la oportunidad existe y que aún hay tiempo para redimir nuestros pecados y nuestras obsesiones más perturbadoras.

Es tarde, lo sé, pero eso ya no importa ahora; en la soledad de la noche y la calma más gentil te veo, te presiento que estás cerca y que esta vez no te vas a marchar lejos de mi angustiante teclear y de las composiciones exhaustas de tanto cariño depositado en ti.

Ahora sí, me escabullo -por solo un instante-, retrocedo para tomar valor y decirte que sí, quiero ser tu amigo perpetuo, que te he extrañado y que los ángeles caídos no van a buscarnos para rendir cuentas ante nadie.

Me marcho contento, sé que tu estancia va a ser duradera y que de nuestros errores sabremos qué esperar uno del otro.

Solo espero volverte a ver y quedarme conversando contigo con unas cervezas al viento en aquel lugar entrañable donde el espacio y el tiempo se conjugan en hermoso equilibrio (aunque estas sean palabras ya dichas).

Nos estamos viendo en la esquina de tu mirada.


Villa Jardín, lunes veintinueve de marzo de 2010

sábado, 27 de marzo de 2010

LA LIBRADA

Así se llamaba el restaurante que operaba en una modesta casa en el centro de Tumbes.
Era el 2005 -si no me equivoco-, yo estaba de regreso de Quito, tras una fallida aventura laboral de tres meses que no prosperó; retorné a esa calurosa ciudad donde me esperaban mis primos, la familia Flores Reaño.

Ese restaurante -como la mayoría de casas del lugar- estaba hecho mayormente de madera y material noble; era un negocio familiar donde trabajan tanto los padres como los hijos; una señora gorda era la que cocinaba, sus hijos atendían a los comensales y ayudaban dentro de la cocina, el esposo era la imagen del 'huarique'.

Era un poco más del mediodía, la temperatura agobiante, fácil estábamos en más de treinta grados, el día estaba como para refrescarse con unas chelitas bien 'al polo'.

Yo llegué a la cita en los clásicos mototaxis -muy usados tanto en provincias como en los distritos populosos de la gran Lima-, una 'china' de Leoncio Prado a La Librada.

Ya estaban esperándome mi primo y gran anfitrión -el entonces coronel Hernán- y un par de uniformados, que eran sus amigos y compañeros de trabajo.

Los saludos de rigor, las cervezas Cristal -en la mesa- lucían heladitas y provocativas para darles el curso respectivo.

Así en una amena conversa y con sendos vasos cheleros de los concurrentes, el maíz más de maíz chulpe frito; fueron llegando los apetitosos platos ordenados por el anfitrión.

Cebiche de cachema para comenzar, luego de ir terminándose de forma acelerada llegó el plato estrella de la casa: sudado de cabrilla.

Servido en un gran plato blanco ovalado, el pescado entero lucía imponente flotando en un mar de jugo aderezado se revoloteaba en ondulantes yuyos y rodeado de sabrosas yucas blancas sancochadas.

Probé la primera cucharada (con cuchara es la voz, así se aprovecha mejor con eljugo), simplemente ¡buenazo!

Hace algún tiempo atrás probé uno de similar sazón, en el Centro de Lima, en el Jr. Apurímc cuadra dos, era de unos piuranos, pero este es y ha sido el mejor que he probado en mi vida; la cabrilla le saca varias branquias de ventaja al mero -en esta preparación-, siendo este un pescadazo.

Las horas avanzaron y se pidió una fuente más de sudado, no podía ser de otra manera; las chelas iban y venían, los boleros, los pasillos y la música criolla animaban la reunión y nuestros corazones; pero como era día particular Hernán y sus patas debían volver al sagrado deber: la mendiga chamba.

Nos despedimos con fuertes apretones de mano y cálidos abrazos; la gente estaba empilada, daba ganas de quedarse allí y seguir empeñando el codo pero la chamba es la chamba...

Ellos se fueron, yo debía retornar a la gran casa amarilla en Leoncio Prado -donde mis primos me acogieron con generosa amabilidad- para seguir alojándome por algunos meses más antes de mi partida definitiva a la capital; me esperaban grandes y emotivos momentos con ellos; pero esas serían otras historias por contar.

Por ahora, soñé despierto con ese sudado maldito de cabrilla en La Librada (hueco recomendable para los visitantes) con la barriga llena de satisfacción y la esperada presencia de Milita, Franchesquita y Hernán André, me sentía en familia y con el cariño de hogar que es difícil encontrar en estos días.

Tumbes, abril de 2005

jueves, 25 de marzo de 2010

MASKED ATTACK

Apareció de pronto, brotó del manto oscuro de la noche.

El silencio se tornó en un grito desesperado por el encuentro jamás sucedido.

Es verdad, aunque duela decirlo, tal vez ya no haya más cartas que redactar.

La miseria es parte de su alma envenenada por lamentos oscuros y malintencionados.

Se acostumbrado a eso y la fatiga le persigue como un gato endemoniado.

Demon nigts, sacúdete de toda la mierda del mundo, tú eres más que eso;

¿pero en verdad te lo crees?

Mira por su ventana indiscreta y ve la vida pasar como aquel indigente

que carga su pesado costal de sentencias recicladas de temor.

Vive ausente muchas veces de lo que ocurre a su alrededor,

no quiere ver la realidad, le aterra.

A pesar de llevar la careta puesta, gruesos chorros de sudor lo emboscan

y una vez más es un hombre pequeño en este mar de ansiedades y desfiladeros abortados


Le fallaron los cálculos otra vez, la ilusión se le ha escurrido de las manos

como tantas veces que ha creído que el bienestar son chanchos voladores

aterrizando en tu basural etiquetado por promesas hipócritas y palabras malditas

Vaga n veces en su propio laberinto y se refresca en la prosa mal dicha

o en la poesía infeliz que se entierra en países inventados por su hambre

de locura y surrealismo barato.

Más es menos y la dicha de toda esta operación errada se parece al llanto

más callado de su palpitar lejano.


Ya está cansado de esperar y teclear como un animal poseído por este insomne oficio.


Bienaventurados los que creen, faith no more.


Se redime en sí mismo creyendo con eso que solo basta para empezar otra vez,


no le preocupan las comas ni los puntos aparte o seguidos


si todo es la misma huevada porque nada es como antes y las golondrinas olvidadas


jamás regresarán para cantarte el último lento de su vida.


Está terminando su crimen, no es perfecto pero es de él


del personaje de la sordida figura como las calles que habitan su diario discurrir


se avecina otro día, nada programado ni coordinado, se prepara para saltar.


Desaparece tan violentamente como vino, del eterno bosque de tus sentimientos


atrincherados en el búnker de la memoria escolar, soñada, imaginada, inocente


fresca y feliz, eso es ya una película repetida.


Lástima que terminó el festival de hoy, ha de guarecerse de sombríos arrebatos


y minúsculas caricaturas que le gritan a viva voz:


Ya está bueno, duerme de una buena vez.


Vacío, silencio absoluto.


¡CLICK!


KILL WILL

Mal dìa para la escritura

Ayer fue un día de miércoles; de la agobiante batahola laboral al contacto casi interdiario, la lechuza blanca no trajo grandes novedades aquella tarde.

Mi amiga virtual estaba extrema, nostálgica, hasta algo fatalista y depre; percibía que tal vez no haya tenido un buen día o tal vez entendió que la razón de mi rastreo hacia la conquista de la amistad que algún día tuvimos cuando púberes era solamente parte de un juego literario que estaba procesando para mis propios intereses y que era eso lo que estaba buscando desde que comenzé a escribirle.

Estoy perturbado,inquieto,no la entiendo, no sé que se imagina de mí, que estoy en otra cosa; lo único que quise -desde aquella vez- cuando me determiné a encontrarla en la red; era hablar, conversar con ella y tratar de volver a ser amigos, nada más.

He pensado en no escribirle, a ver qué está pensando, si llega a explicarse que quería exactamente decir con eso y su proyección hacia la siguiente fase de vida,
-todavía muy lejana- ser una sexagenaria, una habitante de la tercera edad con sus secuelas martirizantes.

¿Qué efecto habrá causado en ella aquella velada literaria/musical?
¿No estuvieron convenientemente escogidas o surtieron como catalizadores asesinos de su alma enigmática y sensible a algo que no sé a ciencia cierta qué pensar?

Vago en la oscuridad y me revuelvo en el limbo, no la encuentro, ¿no sé quién es ella en realidad?

Tal vez recién la estoy descubriendo y ha mostrado nada más una muestra pequeña de su atormentada personalidad.

Después Mr.Hyde tuvo una agria discusión con la innombrable.
Es su tormento, pero quién en realidad logra descifrar la compleja naturaleza hembral(aquí estoy innovando una nueva palabra, un concepto que amalgame a tan extraño especímen).

-Soy la daga en la herida, -dijo John Malcovich- tras su magistral papel en aquella extraordinaria versión del hombre ambivalente que somos todos nosotros los machos endemoniados.

Esta vez el enmascarado no aparece en este capítulo de esta serial, no hay venganzas por cobrar ni alimañas a quién desollar, la escena de la tarde le ha quitado toda emotividad al creativo; las musas están ausentes esta vez.

Solo es una larga vereda que recorre los infinitos rincones de tu pensamiento más desolador, el crepúsculo se avecina y no habrán más malecones hermosos qué presenciar.

Tú has sido la causa de este sentimiento vacío que acalambra toda mi humanidad (si es que queda algo de ella aún).

Me desconecto de esta nueva entrada, voy a matar esta historia de una buena vez.

martes, 23 de marzo de 2010

OJOS ARABESCOS

Como casi por un accidente del destino estaba en mi persistente búsqueda virtual.

Así, sin nada que esperar encontré tu foto archivada en la memoria impalpable.

Nada haría presagiar mayor fortuna que la de hallarte en el laberinto de otros dominios.

Sin mayor explicación que la amistad entrañable de los años idos, me quedé un buen rato contigo aunque no podía llegar a contemplarte, mucho menos aspirar a darte un gran abrazo y celebrar este encuentro.

Estás bien, te veo bien, los años han sido generosos contigo tal vez porque nunca dejaste de ser como eres, como te conocí y ahora estamos conectados y nuestros caminos opuestos ya no son ajenos.

El tiempo ha pasado y hay tantas historias que contar, tal como es la vida misma: una tragicomedia, un reality, una novela escondida en el último cajón de tu recuerdo.

Ya sabes quién soy, quién fui y no sé a ciencia cierta quién seré (eso lo dejo en manos del destino).

Me invitas a visitarte, tarea difícil para soñarla en la próxima película que sea nominada como mejor guión extranjero una noche lejana y oscura.

Brindo finalmente por tu aparición rutilante, y ahora te siento más cerca a pesar de los miles de kilómetros que nos separan.

Gracias por ser una seguidora, no me lo esperaba, como no espero ver caer el sol cada tarde que me dejo caer como una hoja seca más en este paraíso olvidado por Dios.

El enmascarado ha vuelto a atacar otra vez, Demon Nights hunde una vez más su creación entre letras entreveradas por pasiones clandestinas y escapa -como es habitual en él- a los bajos instintos que lo persiguen como el sol quiere poseer a la luna en un eclipse perpetuo o el mar dice que la arena es suya y copula en ella con su espuma salina hasta que la resaca limpia todo indicio de combate.

Vuelta a la realidad y teclea en tu nombre el último canto perdido desde San Luis a California, este pequeño regalo es para ti, acéptalo como una pequeña muestra de mi afecto eterno, cándido, tembloroso, sobresaltado, cansado pero mío al final de cuentas.

Abrigo la última esperanza de creer poder asistir -con puntualidad oriental- a la llegada del tren de las seis; la estación va a estar repleta de almas perdidas, pero sabré encontrarte porque tu fulgor me va a decir que eres tú, mi amiga perdida en el
otro lado del mundo.

El portal está por cerrarse y tengo que volver antes de que sea demasiado tarde, adiós -por ahora- mujer de ojos arabescos.

Ya casi es la hora, bye bye California / buenos días Lima.


KILL WILL

viernes, 19 de marzo de 2010

Demon nights

Tras el último disparo, descargó su temblorosa arma

carga, rastrilla y enfunda, preparado nuevamente para el próximo atentado.

Vuelve como un zombie enajenado amparado en la oscuridad de la noche

vuelve al cuarto callado para dejar caer su fatigado cuerpo sobre su solaz lecho

lacerado y estigmatizado por incontables cuentas pendientes con el destino.

Ya casi es fin de semana, la ausencia de su musa inspiradora en la red

repercute en su alma cibernética de lamentos profanados.

No hay mayor música estruendosa que la del silencio,

tan solo el canto de los grillos veraniegos aumentarían increscendo los decibeles

de esta sinfonía nocturna por ella y para ella.

Intentar dormir resulta en vano

al igual que su insomne trabajo

padece de la misma enfermedad cotidiana.

El lamento de una sirena extraviada irrumpe perdida en la calle jamás nombrada

parece ser de un barroco patrullero

o tal vez sea aquella exhausta ambulancia en agónica carrera

por encontrar el camino a casa.

Es más de medianoche y conciliar el sueño

le resulta más difícil que ofrecerle una serenata surrealista

sin domicilio y sin destinatario

el delivery no es más que un acto fallido.

Se disipan las ideas

y el ansia lo envuelve todo

mañana otra vez a la caldera del diablo

cierra el telón y se cubre de olvido

la pasión no existe, tribular es como el pan de cada día.

Traga la última saliva que le queda

y así despojado de toda inmunidicia

queda desprotegido ante ella

cual combatiente herido y sin mayor arma que la de su palabra

se despide lentamente para alejarse como el fantasma que es

anhelando contemplar por última vez su bello rostro llamado deseo.

sábado, 13 de marzo de 2010

-Entre líneas-

Cuando nuestro tiempo llegue a su final

no sabré qué hacer, qué decir, cómo actuar.

No está demás pensar en esa posiblidad

porque nada dura para siempre

y las cosas buenas -a veces- no resultan lo que queremos que sea

que haya sido, lo que no pasó o lo que imaginamos que hubiera ocurrido.

Cuánto me hubiera gustado haberte conocido en otra situación

en otra época, en otro lugar.

Pero no podemos volver atrás

¿dónde estuviste todo este tiempo?

Así es que trato de que esta todavía breve historia

transcurra lo mejor posible para mí, para ti, para los dos.

No más palabras, aprovechemos estos instantes

viviéndolos con la intensidad de nuestros corazones y la experiencia de nuestros años

como si fuera la última vez

siento que debe ser así, ya es hora.

El tiempo no es una larga lista de espera.

Hola,adiós Rose.

TRECEAVA NOCHE

Al alcanzar la negrura de la noche

con su solitario manto soy un peregrino más

en esta psicodélica ciudad

de decadentes ruinas y melancolía barata

más vídeoclips en mi eterna monotonía

de derroteros por doquier y taquicardias ambulantes.


No encuentro mayores registros que me indiquen

las coordenadas precisas de tu presencia lejana

apareces como miles de decibeles hambrientos por ti

mañana estás y ahora te vas

quisiera saber más de ti pero no puedo

hay algo que creo no entender de ti

imaginarme quiero, la realidad es cruel

voltear la página de tu mediática historia no es fácil

involucrado estoy en estos pequeños amaneceres

y vago cual bello cernícalo volando bajo tu sombra

tal vez sea tarde para creer que esto es posible

soñar es como pensar que la inmediatez de mis pensamientos

algún día se encontrarán en la última banca de tu recuerdo.

jueves, 4 de marzo de 2010

One day in my life

A estas alturas me imagino que estáis durmiendo, chambeando o pasándola con tu media naranja española.

Me levanté temprano, un duchazo speddy, son las 6:50 a.m., la afeitada de rigor (¡con la barbaza que tengo!), hay que vestirse de corto, resulta más cómodo y ventilado para soportar la temporada veraniega.

Ya estoy en la otra casa, son las siete y quince, Luana tiene que apurarse si no vamos a llegar tarde al cole, toco la puerta, abre su madre: -Apúrala que está con una paciencia...
Subo las escaleras y mi flacucha hija me sale al paso con un cacharrín que se parece a la japonesa del Aro.
-Apúrate que ya estás tarde, arregláte rápido.

Baja a la cocina toma su desayuno al vuelo, leche con plátano frito más su pan con huevo.
-Ya vamos que son las siete y veinte.

Se despide de su vieja, arrancamos cual caminata olímpica, cargo su pesada mochila (¿porqué tantas huevadas le piden para que las lleve a diario?).

Llegamos a la Circunvalación, hay un traficazo, los carros pasan y pasan, nadie va a cedernos el paso; aprovechamos una parada repentina para zurcar semejante mar de fierros rodantes.
Ya estamos al otro lado de la orilla, cruzamos la reja salamanquina, apuramos más el paso, sorteamos mojones de perro interpuestos en las veredas como peligrosas minas antipersonales.

Ahora a cruzar Los Quechuas, ningún maldito chofer se detiene, tenemos que jugárnosla como Wallace en Corazón Valiente, atropellamos con todo, seguimos nuestro camino por las veredas rotas por la municipalidad de Ate: disculpe la molestia, estamos trabajando para servirle mejor (pura campaña del alcalde, para que la gente crea que chambea, ahora que está de salida, ¡hue...nazo!).

Estamos llegando con las justas al cole (ya son las 7:40), la miss Martha -una tía con la cara de Cruela de Vil, pero buena gente- está cerrando la puerta para que los tardones se apuren.
-¡Corre Willy, corre Luana!, unas madres que están a las afueras y nos conocen nos arengan cual rush final a la meta soñada.

-Chau mami, que te vaya bien, nos vemos más tarde.
Mi hija ingresa antes que cierren las mazmorras, desaparece rápidamente como si un dragón se la hubiera tragado.

Camino de regreso a la casa, dormir un poco para recuperar energías y estar entero a la hora de la chamba.

Tras dos horas me despierto, a lavar el servicio, la ropa, tenderla, calentar el combo, guardar el otro para llevar, esta vez es saltado de pollo con verduras con un poco de lentejas que sobraron del día anterior, más su sopa Ajinomen de gallina y la chicha bien helena para asentar el almuerzo.

Son las doce, me echo en mi cama para ver algo en el cable, medio cabeceando llego a la 1:30, hora de partir: lavado de carabina, cepillado de chiclet's adams, algo de perfume, listo.

Cargo mis pertrechos, salgo de mi búnker, ha salido un solazo, a tirar plancha, el mismo camino de todos los benditos días, ya no lo describo porque eso ya ha sido escrito en anteriores capítulos y sería aburrido.

A la caldera del diablo, ya estoy aquí (tampoco voy a hablar de esto, en el blog grabado está).

Solo me importa salir, se acabó la jornada (son las nueve de la noche), me despido de los combatientes y la dueña del recinto.

Camino con retorno, otra vez en la otra casa: -¡toc, toc, toc!.
-¿Quién es? (una dulce y tierna voz me pregunta)
-Yo hijita, yo.
Abre Luana, ¡mua, mua!
-Ya me voy, estoy de pasada, solo dile a tu mami que mañana vengo a recogerte, todo sin novedad, hasta mañana.
-Hasta mañana papito.

Ya estoy en mi trinchera, entro, están mis viejos comiendo en la cocina, los saludo, me saludan, me quito al segundo piso para dejar mis cosas y comer algo en el tercero.

Recibo una mala noticia, no sé cuán mala ha de ser, mi corazón es rubio y está curtido contra las penas: another brick on the wall, es un tema personal prohibido para narrar.
Ahora estoy escribiéndote, no sé porqué y para qué, solo lo hago para compartir mis vivencias que servirán para aburrirte aún más o entretenerte por un rato y creer que la vida existe más allá de mis pensamientos -a veces absurdos, patéticos tal vez, qué más da por hoy-.

Apago el monitor, salir del sistema, ya me voy, a dormir como un vegetal más plantado en la huerta perdida, click derecho.
-THIS IS THE END- (gracias por la gentileza Jim).

KILL WILL

martes, 2 de marzo de 2010

EL ÚLTIMO DOMINGO EN EL JUANITO

Salió presuroso de su casa, no quería llegar tarde (a veces la puntualidad lo obsesiona), quería verse bien y tampoco fallar a la cita acordada.

Hace calor -pero no tanto como otras veces-, tras veinte minutos de espera, se impacienta y pregunta a un marcador: -Hola, ¿la 19 pasa los domingos(es la primera vez que lo toma, alucinante) y sabes si pasa por Barranco?
-Sí, la última que ha pasado ha sido hace 10 minutos, no tarda.

Así estira su delgado brazo y monta a la nave del olvido para sumergirse en una travesía urbana que lo trasladará a su objetivo mediático.

Mensajea a su entrañable amiga, calcula que llegará en unos cuarenta minutos,la unidad avanza rápido, no hay tráfico lo que hace más placentero y menos agobiante la ruta.

Casi en un abrir y cerrar de ojos está cerca del lugar, pero se distrae en un cuasi choque, no pasó nada, un mototaxi casi colisiona contra un motorizado del serenazgo, solo fue un susto, tanto la voluminosa cobradora y los pasajeros voltean al unísono para espectar lo sucedido, la curiosidad y el morbo a veces pueden más, solo que esta vez nadie cobra ni nadie paga.

Se pasó unas cuatro cuadras de la Bolognesi, ya entró a Chorrillos.
-¡Baja en la esquina!
-Solo en el próximo paradero señor -sentencia la gorda-.

Pie derecho y baja al vuelo, camina apresuradamente, a lo lejos divisa un 'faite', se va a cruzar,va a pasar cerca de él.
Mientras intenta encender un cigarrillo,el individuo le pregunta conchudamente:-Amigo regálame un cigarrito.
-Es el único que tengo compadre(le devuelve la mirada también conchuda).
-¡Ta bien!, se ríe y se aleja con caminada achorada (por la pinta y el dejo era un 'colocho' más en este 'rico' país).

No pasó nada, así ya llegó a la Av. Grau, la plazuela está cerca y el punto de encuentro también.

Son las cinco, el carro hizo media hora, vuelve a mensajear:-Ya llegué.
-En 5'llego (tras quince minutos dando vueltas, yendo y viniendo impaciente contempla el paisaje urbano).

Pastrulos cuidando carros, palomillas esquineros, raperos urbanos tarareando una canción, locas descarnadas, casi calatas, dando rienda suelta a su exhibicionismo extremo, hay una pequeña feria artesanal y de comidas típicas, había movimiento para ser domingo, más allá en una pérbola una pareja de clowns atraen y distraen a una treintena de visitantes.

Tras 25', la hora Cabana: llegó la niña que fue y ahora se ha convertido en una bella mujer, ingresa al Juanito.
Está tras de ella, no quería entrar antes porque no quería esperar sentado mirando las musarañas y mucho menos quedándose tomando solo mientras la esperaba.

-Hola,¿cómo estás? (no es el tema de The Sacados).
-Hola -replica ella- y tras el beso de bienvenida buscan sitio.

-¿Está bien aquí?
-Sí, está bien (escogen una mesa frente a la barra y al televisor(están pasando un partido de vóley local).

La mira, se contemplan y comienza la esperada conversa, él pregunta si venden cerveza en botella grande,solo hay chica y en jarra, pide una jarra para comenzar.

Recién puede verle a los ojos, es otra, está cambiadaza, ya no es nunca más Candy Chui, más bien tiene un aire a la guapa de Josefina Barrón, tiene un estampa avasalladora.

Así fue pasando la tarde en risas, sonrisas, amigos comunes, lugares comunes, recordando el pasado, las cosas que les gustan, lo bueno, lo malo de la vida, repasando el devenir de los días, reflexionando y sopesando la vieja amistad y ahora están frente a frente para decirse tantas cosas que nunca se pudieron decir porque el tiempo no sabe de esperas ni de encuentros inesperados.

-No vengo desde el noventa y cinco -por lo menos- dice el pata de la delgada figura.
-Yo, la verdad sí venía cuando me separé, era asidua concurrente a este tipo de lugares -replica ella-.

Después de tres jarras más, los corazones vibran y la química fluye, el feeling...
El bar está casi lleno -regular movimiento para ser domingo-, las mesas con comensales engullendo los clásicos sánguches de jamón de la casa, otros bebiendo ingentes litros de cerveza pero todo en un ambiente de jolgorio infinito, así siempre ha sido aquí, por eso es que escogieron este huequito acogedor.

Para variar, él se encuentra al paso con una vieja amiga pintora, el abrazo de rigor y se marcha a la mesa de sus amigos, no hubo tiempo para presentaciones, pues su otra amiga estaba pegada al celular.

Ya son las once,¡a su mare, cómo pasa el tiempo!
Piden la cuenta, japanajá.
Antes de despedirse, ella le pide un último paseito por la plazuela, se sientan en una banca, él hace un breack obligado, la próstata le pide eliminar por el caño el lúpulo y la levadura concentradas en su pequeño reservorio.

Corre y busca un arbolito caleta, hay que apurarse, antes que haya moros en la costa, pasó un serenazgo, se le quedó mirando y se fue,¡ta que leche!

Vuelve como un rayo para seguir conversando y sacarle el jugo a la noche, que está más que acogedora; un tío vendedor de caramelos les interrumpe -con la pinta parecida a Melcochita-, logra convencer a la diva y le compra un poco de su mercadería, se aleja alegre y riéndose.

Retornan a lo suyo y tal vez no recuerdan los últimos temas de la noche, sin embargo no interesa, ha sido una tarde que se consagró en una noche memorable, lo valioso ha sido volver a reencontrarse, creer que la amistad está salvada envuelta en una mágica noche de verano.

La despedida, ahora sí, se confunden en un cálido y emotivo abrazo (hace tanto que él no sabe qué es un abrazo, recordarlo ha sido emocionante y muy significativo), los seres se desenredan, ella sube a un taxi, -¡la próxima tu invitas!, le grita levantando la mano del chau, no del adiós, sino del hasta siempre, emocionado y empilado el 'joven centenario'.

Él también busca otro taxi, se malean, quieren quince a veinte lucas.
¡Tan bien huevones, creen que uno vive en el Callao!
Hasta que uno atraca por ocho razonables soles, sube dejando atrás lo acontecido, cansado pero contento llega a la reja de la nostalgia e ingresa a su refugio.
Ha sido una buena noche, mejor de lo que esperaba.

A veces los milagros ocurren y éste ha sido uno de ellos, jamás olvidará/olvidarán aquella noche del domingo veintiocho de febrero.


San Luis, medianoche del miércoles tres de marzo, verano del dos mil diez