Es el quinto día de esta semana, a ciencia cierta no sé
qué tan productiva fue, la madurez aún no alcanza
la navidad amenaza y veo pasar los adornos luminosos
viaje constante como viejas películas repetidas
frío, humedad, luego resolana, más viento
ya llegó la oscura, chifa para llevar
pienso en el inocente puerco listo para darle vueltas
comida con televisión de sabor nacional
mi pequeña larva me mira con sus enormes ojos
ella concentrada también en una realidad virtual
yo la miro desde el sofá y la quiero una vida
naranjada para acompañar este rocklento peruanazo
-mañana nos vemos Matilda-
cierro la puerta, camino de regreso por la ruta de siempre
una vecina de aquellas y su linda sonrisa pálida
saluda a la noche y a este viajero incógnito
que retribuye con una mirada escapista su fulgor femenino
atravieso el pasaje sin igual -como todos los días-
sumergido en diario peregrinaje cibernauta
exploro, congelado, escribo
no siempre resulta lo mismo
esa es parte de la gracia
de estar sentado cada silenciosa noche
cada experiencia inédita
la búsqueda implacable sin/con respuestas en el tapete
acabar no es fácil
despedirse, tarea complicada
suena la conexión directa del inquilinato
marcando los tiempos asesinos
dedicado a tu anónima figura
va este entrevero de expresiones indecisas
de prosas maltraídas
necesarias para un fin violento.
viernes, 3 de diciembre de 2010
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Genial! Me recuerda al viaje en tranvía del personaje de Pérez Galdós, que sumido en su fantasía crea a su derrededor un escenario. Ce la vie!: así la vivimos, desde nuestra perspectiva. He ahí la importancia de poner una sonrisa como plataforma, acompañado de una buena actitud,así y sólo así garantizaremos nuestra felicidad!!!!!!
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