martes, 31 de agosto de 2010

Perdida por tres horas y la migraña de al día siguiente

El día de ayer, tras el término del almuerzo familiar de mi viejo y dejar a las chicas jamás pensé que iba a suceder algo tan dramático como insólito -hasta tal vez incomprensible y absurdo-.

Yo me iba a reunir con mis patas del cole -Lucho y Rubén-; así el 'cabezón' me vino a buscar para encontrarnos con el 'birri' en la intersección de la Canadá con la Rosa Toro.

Paralelamente Isaboe había pedido permiso a su madre para salir a la casa de LG -su enamorado- en su domicilio de la Calera de Monterrico, algo que ella no suele hacer ni que Liliana le dé permiso -eso después me llamó la atención- (dejé a las chicas a las 5:30 p.m.).

Bueno, yo ignoraba todo eso; así partimos los tres caballeros de la noche con destino a la Aviación (paradójicamente cerca a la Calera) para encontrarnos con el 'mono' Estupiñán quien se iba a sumar al grupo para conversar, picar algo y tomarnos unas chelas; como siempre con el único pretexto de vernos y no perder la costumbre de frecuentarnos.

Así ya estábamos en un hueco picando algunos anticuchos y pancitas (que estaban regulares no más, dicho sea de paso) y dándole curso a las latas que gentilmente Lucho invitó y a las botellas nuevas, eran las siete y treinta; me llama LG preguntando por mi hija -la comunicación era pésima, solo atiné decirle que llame a su mamá-.

Al rato llama Liliana -entre nerviosa y preocupada, diciéndome que Isaboe había salido a las cinco y treinta; LG la llamó previamente preocupado por la hora y la ausencia de mi hija.

Todos nos preocupamos, las llamadas continuaron, esta vez con su madre llorando, LG: que no llega hasta ahora. Anda a la casa, ahí nos vemos-.

La reunión no daba para más, la cuenta y a quitarnos porque la prioridad era otra.

Un taxi, Luchimba se queda en el camino; Rubén gentilmente me acompaña hasta la casa del papá de Liliana -quedamos en que después le llamaría para informarle la situación-

Liz -mi ex cuñada, su hermana menor- me llama, acordamos en encontrarnos en la casa; encuentro a Liliana sollozando, llamando a medio mundo (pensando lo peor); la calma es lo esencial en estos momentos, no todos reaccionamos igual frente a determinadas circunstancias (trato de calmarla, enfriar el ambiente que ya se vislumbrava tenso).

Llegan sus viejos de Luis Gerardo, Liz al poco rato (después llegaría su hermano Aland con su esposa Janet -como dije antes, Liliana llamó a quienes creyó podían ayudar, solo faltó Batman)transcurren algunos minutos; LG cuenta que tiene registrado una última llamada (8:00 p.m.) perdida en su cel, era de Isaboe desde un público (para colmo de males su cel está muerto).

Irónicamente y como final de Hitchcoock -llama su hija Vanessa dando la feliz comunicación que Isaboe había llegado a su casa, al parecer está bien, no sabemos más (eran las ocho diez de la noche)-.

-¡¿Pero ustedes están aquí, Isaboe qué hacé allá?!, -pregunta Liliana, incrédula y fuera de sí.

Le explican que acababan de recibir esa llamada mientras se dirigían para acá-

Confirmada la ansiada respuesta -que todos queríamos escuchar- Liliana rompe en llanto, su hermana la abraza, todos respiramos más tranquilos; quedamos en ir rápidamente para allá -a recoger a Isaboe y averiguar qué pasó- con sus padres de LG.

A la salida de la casa nos encontramos con la mamá Pinta (mi madre), buenas noticias, ella preocupada pero calma -así es ella-.

Vámonos al toque, llegamos en menos de media hora (extraña e inédita manera de conocer su casa, la visita era para setiembre, en fin); Isaboe está sentada enla sala(entre asustada y asombrada por la suerte de nuestros rostros -enojados y preocupados-).

Yo tal vez sea seco, tal vez no muy cariñoso, ni demostrativo, hasta tosco -afirma siempre su madre, quizás haya sido/es haberse criado en un hogar machista con muchos hombres, no puedo remediar eso-.

Es así que mis primeras reacciones (al verla aparentemente sana y salva a mi hija) fueron de increpación, quería saber qué había pasado en realidad, una verdad que me convenza y me deje satisfecho por todo este infeliz trance en el que nos hemos visto involucrados -propios y ajenos-las pasadas horas llenas de angustia y alta tensión.

Isaboe es un poco fría y contó que se demoró media hora en llegar de la Canadá a la Aviación y que cerca de dos horas para llegar a la Calera -no pasaban micros, los pocos iban llenos y había perdido total noción del tiempo; le preguntó a una tía, allí es cuando llama a LG.

LG que no le cree -ese es un problema que ellos tienen que resolver; él es muy celoso, parte de su inseguridad, de su falta de madurez, hasta se imagina que le engaña con otro compadre-.

Yo le creo a mi hija, lo que es totalmente increíble es la castidad apabullante, la inocencia, la falta de reacción, de comunicación, de correspondencia, de sensibilidad, de calle, de respeto, de despreocupación de ella hacia todos nosotros (¿habremos sido así nosotros, es esto parte de una generación irreverente y posmoderna que no cree en estas 'huevadas' llamadas valores?).

Carolina -la mamá de LG- perdió el pasaje para ir a cerrar un negocio a Chiclayo, no podía viajar viendo así a su hijo que se sentía culpable y responsable por Isaboe y por el cariño que le guarda toda su familia (el destino quiso que Isaboe vaya para allá y no LG, como siempre suele recogerla), Luis Humberto -padre de LG- es más pragmático y calmo, sin embargo lo sentí incómodo y escéptico por el argumento de Isaboe (reitero que ese es un tema que tienen que resolver estos dos jóvenes que dicen que se quieren pero que por su inmadurez están enfrentando muchas complicaciones propios de su inexperta vida).
Luego del acribillamiento de cuestionamientos hacia Isaboe (ella no quiso responder más), enrumbamos hacia la casa de su madre, llegamos.

El esperado encuentro, el abrazo interminable, el llanto de sentimientos encontrados entre madre e hija.
Las gracias hacia los padres del enamorado, algunas discrepancias por las palabras fuertes de LG hacia Isaboe, la protagonista de esta búsqueda implacable que resultó corta -enhorabuena-.
Por mi posición frente a la situación; bueno, pude ser duro, desaprensivo pero no irrespetuoso, siempre digo lo que pienso, mis palabras no siempre son bien recibidas, eso lo sé, no podemos agradar a todo el mundo -así sea mi hija- (así somos de dispares sus padres, -una madre sobreproteccionista y nerviosa, criada a la antigua usanza pero más cariñosa que este narrador de cuentos con/sin sentido).

Desenlace feliz, volvió el alma hacia todos nosotros, calabaza cada uno a su casa.

Al día siguiente hoy, en la jormada diaria -parecía un día como cualquier otro-, no es sino hasta pasado el mediodía (después del almuerzo) que empiezo a ver chispitas, borroso, me siento mareado.

Algunas horas después aparecen las naúseas, voy a buitrear al ñoba, le pido al dueño (my uncle) que me compré algo para la migraña (hace más de diez años que me dio una crisis parecida).

Ya no puedo más, el dolor de cabeza es insoportable y perturbador, me siento débil, los muchachos aconsejan que me cambie y me vaya -llega Lique, el hijo del dueño-, pido permiso para retirarme, me lo da mascando sus dudas, me voy.

Entro sigiloso a la casa, para no hacer ruido, voy directo a mi cama para echarme, le digo a mi madre que estoy con migraña, me va a preparar un caldo de gallina para que me pare más tarde.

En el transcurso de la tarde llamo a mi ex, me hace el servicio de alcanzarme unos Panadol fuerte -de 500 mg-, le agradezco; jateo entre los dolores que se alejan un poco, un mensaje más para 'Winny turtle' (me alienta, desea mi pronta recuperación -su hermano también está algo 'femo'-y que le cuente la razón de mi actual estado, más tarde se enterará, de eso estoy completamente seguro).

Isaboe llega a ver cómo estoy, me compra una sopa Pac Pow -para mi almuerzo de mañana-, Luana también llama y que me mejore -dice la pequeña maravilla-.

Pasó algo, me siento mejor, me empujo el 'calderón', algo de cable y de allí a sumergirme a este, mi obsecado, vehemente, obsesivo y compulsivo interés por contar lo irrelevante así como lo rescatable que pueda tener esta mi extraña y azaroza vida.

Ya es mañana y es otro día también, buenos días a todos.

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