lunes, 30 de agosto de 2010

HOLIDAY

Es -FERIADO- (¡qué alivio!), y como no hay sin suerte, estamos aquí sentados en preferencial para dedearle a las teclas que nos sumergen por paraísos mediáticos antes de retornar a la concreta pesadilla llamada realidad (la puta).

Me tocaba chambear pero el destino quiso que esté presente un 30 de agosto más en el sinuoso calendario de nuestras miserables vidas; the reason: el 'santo' de mi viejo, el patriarca, el druida, el gurú, el nuevo tata del clan Wong (EWC).

Y como no podía ser de otra manera, la gran, la perfecta excusa para juntarnos la familia nuestra para compartir los placeres culinarios que mi apoteósica mamá Pinta prepara con el amor y cariño depositados y acumulados por toda una vida al lado de Kike (así prefiere que lo llamen, antes que abuelo y otros sustantivos no menos placenteros para él que lo relacionen con el avance incontenible tiempo -su rollo-).

El treinta de agosto también es el día de Santa Rosa de Lima, de la controversial policía peruana y cumpleaños de mi añorada abuelita, la mamita Rosa (progenitora de mi padre).

Hace más de cuarenta años que ella celebraba -con el resto del clan Wong: los Reaño, mis otros primos hermanos- en su histórico bar/restaurant 28 de julio; grandes almuerzos, grandes jaranas criollas, donde 'caía' el guitarrista -de leyenda- criollo, Óscar Avilés junto con otros amigos y familares directos de mi mamita provenientes del alma viva de los populares Barrios Altos, La Victoria y el Callao.

Ocasionalmente se celebraba de igual forma en casa de mi tía Carmen Wong (hermana mayor de mi viejo) quien también goza de una mano privilegiada para las artes de la culinaria; pero hechos que no valen la pena comentar; nos alejaron como familia, anduvimos por más de veinte años distanciados y perdidos en el tiempo.

Tal vez exista la posibilidad de juntarnos nuevamente, la verdad, no la encuentro, ¿alguien la tiene?

Se acerca la hora del almuerzo, el tiempo se me viene encima, tengo que recojer a mis hijas.

¿Llegaremos a la estoica y desfalleciente tercera edad?, solo sé que hoy la pasaré con mis hermanos, sus hijos, mi querida vieja y alginos personajes insignes -muy íntimos-; sumaremos un punto bonus a este día especial que acompañado de este sol naciente se asoma como interesante.

A la salud de don Kique Wong Crespo y sus setenta y siete agostos ambivalentemente vividos (¿quién soy yo para desentrañar tamaño cúmulo de experiencias vividas?).

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