jueves, 25 de marzo de 2010

MASKED ATTACK

Apareció de pronto, brotó del manto oscuro de la noche.

El silencio se tornó en un grito desesperado por el encuentro jamás sucedido.

Es verdad, aunque duela decirlo, tal vez ya no haya más cartas que redactar.

La miseria es parte de su alma envenenada por lamentos oscuros y malintencionados.

Se acostumbrado a eso y la fatiga le persigue como un gato endemoniado.

Demon nigts, sacúdete de toda la mierda del mundo, tú eres más que eso;

¿pero en verdad te lo crees?

Mira por su ventana indiscreta y ve la vida pasar como aquel indigente

que carga su pesado costal de sentencias recicladas de temor.

Vive ausente muchas veces de lo que ocurre a su alrededor,

no quiere ver la realidad, le aterra.

A pesar de llevar la careta puesta, gruesos chorros de sudor lo emboscan

y una vez más es un hombre pequeño en este mar de ansiedades y desfiladeros abortados


Le fallaron los cálculos otra vez, la ilusión se le ha escurrido de las manos

como tantas veces que ha creído que el bienestar son chanchos voladores

aterrizando en tu basural etiquetado por promesas hipócritas y palabras malditas

Vaga n veces en su propio laberinto y se refresca en la prosa mal dicha

o en la poesía infeliz que se entierra en países inventados por su hambre

de locura y surrealismo barato.

Más es menos y la dicha de toda esta operación errada se parece al llanto

más callado de su palpitar lejano.


Ya está cansado de esperar y teclear como un animal poseído por este insomne oficio.


Bienaventurados los que creen, faith no more.


Se redime en sí mismo creyendo con eso que solo basta para empezar otra vez,


no le preocupan las comas ni los puntos aparte o seguidos


si todo es la misma huevada porque nada es como antes y las golondrinas olvidadas


jamás regresarán para cantarte el último lento de su vida.


Está terminando su crimen, no es perfecto pero es de él


del personaje de la sordida figura como las calles que habitan su diario discurrir


se avecina otro día, nada programado ni coordinado, se prepara para saltar.


Desaparece tan violentamente como vino, del eterno bosque de tus sentimientos


atrincherados en el búnker de la memoria escolar, soñada, imaginada, inocente


fresca y feliz, eso es ya una película repetida.


Lástima que terminó el festival de hoy, ha de guarecerse de sombríos arrebatos


y minúsculas caricaturas que le gritan a viva voz:


Ya está bueno, duerme de una buena vez.


Vacío, silencio absoluto.


¡CLICK!


KILL WILL

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