viernes, 8 de octubre de 2010

Una tregua más, sí importa

Amaneció nublado -como lo han sido estos últimos días-

el combatiente se despercudió de su vigilia de anoche, de quemar sus últimos cartuchos

quería dormir más pero no pudo, -como diría John- los juegos mentales my friend

la impaciencia por la conversa decisiva con el dador de leyes

mañana, sí o sí; ¿hasta cuándo seguiría su pasantía laboral?

solo espera que se haga justicia y que la suerte le guiñe el ojo una vez más

feliz sería si el sabbath terminaría y no habría más regresos lapidarios

hoy barrió, limpió sus días oscuros, lavó sus manchas infinitas, recogió y guardó la mala siembra

salió a su periplo que tanto le gusta, discurrir por su entrañable mercado salamanquino

las compras para el desayuno y preparar el almuerzo ferial para sus niñas

al regreso, el patriarca salía de su baticueva por la respuesta positiva

así fue, -todo bien por ahora-, él ingresa a su madriguera y el bólido parte hacia un destino ignorado

al mediodía recoje a su pequeña ninfa, la que le hace brillar su alma inquieta y trajinada

vamos que se hace tarde, retornan a su hábitat cotidiano, a su ecosistema diario

una película buena para verlos juntos, como dos seres que se aman

sucumben al momento pleno, echados en la calma y libres de toda pena y culpa

-suspendidos en el tiempo, yacen entrelazados en su refugio interior-

Tracking; tiene que preparar el almuerzo, ella se queda a terminarla

sube a elaborar el menú de hoy día: arroz chaufa de filete de pierna de pavita

una hora entre que el arroz cocine, picar los insumos, freir y revolver

ya está, ya acabo su peli también, hora de alimentar al león

cada uno a su puesto de combate, los platos humeantes dispuestos en el partidor

así devoran lo que se hizo con tanto placer, las miradas filiales llenas de tanto amor

como Espósito y su Irene, el juego de la pasión a través de los espejos del alma

una infusión calientita para ayudar a la digestión, para él más café es el complemento ideal

bajan luego de la batalla de los cubiertos, a ver el partido del mago y sus nuevos aprendices

discreto, trámite de aburrimiento, rival sin mayor fuste, las cabeceaditas así lo aseveran

el marcador no interesa, la pequeña se va a 'ludopatear'

en los juegos en red del computador subterráneo

la tarde avanza, ahora salen a comprar lo que falta para el lonche

pan, turrón de estación, limones pintones y a sacar la vuelta para la casa

en el camino se tropiezan con su ex y su nueva familia, también está la mayor

saludos van, saludos vienen; otro reencuentro con el pasado

una vieja amiga del barrio, la niña de La Madrileña es una señora madurona

se alegra/nos alegramos de vernos -tú hijita es igual a ti- dice ella, adiós

otra vez al búnker, ella a sus juegos, él a el pan con pavita

nuevamente a comer juntos -como solíamos hacerlo antes-

-rápido que tengo que dejarte con tu madre

se lleva algunas pertenencias del que fue un día su cuarto

más algunos pertrechos comestibles que le harán falta

llegamos, nos arrojan las llaves, es parte de la etiqueta familiar de la tierra de nadie

-Hasta mañana hijita, /chau papi, te quiero mucho, -yo también mami, yo también...

érase un día feriado en la vida del pseudoescritor, un mes morado del año de su renuncia

y de una nueva aventura con colores distintos, en busca de la repesca, del chorreo anhelado

hasta mañana my friends, una tregua justa y necesaria nos viene bien a todos.

Buen fin de semana hermanos dolientes.

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