lunes, 11 de octubre de 2010

LE BELLE CAMILLE

La conocí hace algunos años a través de mi entonces cuñada

cuando los años aún parecían capaces de sostener las cuentas del alma

esa historia ya culminó, lo cruento ha transcurrido pero aún no cesan los fantasmas ocasionales

alguna vez traté con gente del viejo continente muy amical y cálida,

desmitificando icebergs insoslayables

(he conocido "americanos ice cream insípidos" -crudos por cierto-)

así llegó a este enigmático país, al barrio que ahora ha hecho suyo

de primera impresión parecía ser una 'femme fatale', vanal, frívola, hasta plástica

poco a poco la fui conociendo, entendiendo, queriéndola por su avasallante personalidad

es la tercera visita que nos hace a pesar del avance incontenible del tiempo

vuelve a nosotros como un integrante más de esta cuasi familia

que ya no lo es más, nada será como antes -lo que un día fue ya no será-

canta el baladista que perdió la voz en noches de insomnio y bohemias agonizantes

blanca como el yogurt, delgada y esbelta, de cabellos ondeantes y rubios como el mejor ron

tiene unos hermosos ojos del color del lago más profundo del mundo

y su grácil barbilla es una coma enrulada con olor a campiña francesa

es una Barbie -alucina mi Luana-, no -digo yo- la clásica muñeca gringa anoréxica

es un ícono de culto de la industria de lo superfluo y no hay más

te fuiste otra vez con la promesa de regresar como el hada madrina de aquella criatura

que espera tu venida para celebrar juntos la alegría de estar reunidos en tu presencia

francamente dichosos de tenerte entre nosotros, con tu sonrisa envolvente

con tu mirada de ninfa fabulesca, con tu sencillez abrumadora

dos años han de pasar volando y me quedo con el recuerdo de tu compañía encantadora

con el último abrazo del adiós melancólico, con tu cariño intitulable

que la suerte y la dicha sean contigo querida Camila, ces't la vie.

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