Los días pisan las miradas y las cuentas no alcanzan para sumar todos nuestros pesares
el señor gringo parece que ya se instaló para iluminar nuestras mañanas y hacer menos pesada las retrocargas
hace cuatro días que no supe de ti (me animé a fonear;) trajiste noticias inéditas que se fueron para reposar en calma
respiras mejor -no es tiempo aún para el barquero-, asumiendo nuestros roles cotidianos apuramos el paso
para creer que la vida es más que sobrevivencia
ya arrancando la semana se apuntan para la aventura nuestra de conquistar paladares en nombre de nuestra historia
el mes tampoco espera y aprieta los agujeros de mis desgastados bolsillos para asegurarla sin tregua alguna
la navidad me invade de nostalgia, me alienta, me asusta, me retrae, me apena y me revienta también
los reyes vagos los veo todos los días parados en la misma esquina achorada y pendenciera
la ciudad entra en hueveo, ya nadie quiere estudiar ni trabajar, bacán sería vivr para no trabajar
vivir para no pagar, vivir para ser libre, vivir para destruir paradigmas, vivir del aire suena utópicamente rico
los aprontes parecen ser mejores que ayer, a la espera del giro antes del próximo mundial
no, antes del último año -este que acosa sin verlo todavía- antes que nos eliminen pero muriendo en la arena
la noche se empacha de historias tristes; ¿o quizás ya esté harta de ellas?
días sin dedos que contar, mejor iolvidar el viejo calendario
asumo lo indecible, me la creo porque si no sería la canción insípida que no invita siquiera a silbar ni tararear
los últimos pasos por las escaleras silenciosas se pierden con aquel ladrido vagabundeando las calles desiertas
me quito calmo por las palabras dichas en tiempo de blues (tuyas por supuesto)
los dedos anónimos se escurren entre las paredes de la mala memoria
a nueve y paro de contar...
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lunes, 16 de enero de 2012
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