La estación no es lo que parece, hace cuatro que está mutando
la noche se llevó la sordidez del silencio cómplice
los juegos prohibidos son parte del fuego adictivo
la mañana estirada
por recuperar el aspecto de Dorian Gray
dos en uno en el modesto restaurante de doña Paquita -un clásico de los fines de semana solitarios-
trayecto de a china infructuoso
el lunes a boca de jarro por el pago con las justicias
trámite taquicárdico pro inicio de los siguientes cinco años
la etapa secundaria la formará en lo que será, si valdrá o no es tarea para la casa
abrazo su mágica frescura por la tarde con helados y postres para nuestras miradas en technicolor
vegetando frente a la caja audiovisual hasta la despedida a la puerta de su casa
para verla de lejitos, para alejarme entre el pasaje atemporal, para quererla callado y resignado
el temblor de seis segundos inquieta, las profecías son parte de esas películas aún sin estrenar
retiro obligado para encarar lo indeseable, mañana no sé si será...
domingo, 29 de enero de 2012
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