Se la llevaron, la noble telematch que un día fue mía, que acompañaba la cotidianeidad de las palabras
necesarias durante este tiempo sin tiempo, para matar la rutina imbécil, para creer en la magia oculta
se sostenía -mal que bien- (su dueño, un indeseable, un hijo del olvido); amén de milagros ensimismados
me colgaron, tendré que robar/me ilusiones perdidas por tu aliento despistado
por tus ojos -in blues-, la música también ha sido cercenada de golpe, un certero puñetazo a la ilusión
por ahora -y no sé qué tanto-; vagaré sin guión alguno, sin planes que ofrecer
mi inconceptuable tercero no entiende de estos menesteres, ni de carencias escribanas, qué mierda
solo ellas -pocas por cierto- imaginan la intención de estas horas huérfanas
debo escurrirme entre la noche, escapando de la vigilia egoísta, de las miradas decapitantes
no me dejaré ver como antes, ya nada será igual, incompleto y errante
ignorando las últimas frescas, adiós conversa coloquial, chau enlaces inmediatos, - no more Mr. Nice Guy-
mientras el laburo espera por mí, sin escapes virtuales
la fiebre en red es un caldo tibio, los infinitos viajes -every day- serán un recuerdo malpagado
ya debo, intrascendente reality
no hay primaveras en Lince, solo una resolana tibia que me llama
un presente marchito, espero la señal de la largada
dijo la voz de Lanús; ¿porqué no somos?...
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lunes, 16 de enero de 2012
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