martes, 26 de enero de 2010

La verdad inexistente

Cuesta encontrarla, se ríe de nosotros y duerme en sigilio en su sábana de tornasol.

Me paso la miserable existencia recordándote, vagando, buscándote en escondrijos taciturnos.

Inmediatez es la que quiero y no aparece, the change is over, no puedo resaltarte ni en cursiva, mucho menos en negrita porque ya lo eres.

Atrapado sin salida, le robo la risa sarcástica e insana a Jack y cumplo con decirte que anhelo verte en el boulevard de tu sonrisa.

Más atrás me espera Alicia en el país de la vergüenza, este país qué es tan contrastante, mierdoso por su patética e inmunda fauna de políticos extintos.

Regreso de la batalla anunciada, no ha habido vencedores ni vencidos, ha sido una partida justa, tablas por ahora, tengo que remediarlo más adelante.

¿La hora del brunch,lunch o qué diablos toca alimentar a mi inquietante espíritu?

No creas, yo sigo con lo mismo y ser hipersensible no es pecado en estas épocas; más bien me libero y no tengo mayor problema en declarar mis sentimientos al viento.

Y sé que a nadie le importa, pues a mí me importa un carajo, nadie escribe nada hoy, será porque no tienen nada que decir, yo continúo con mi alma herida, ahora encostrada -UCI- hasta regenerarse y cambiar de título.

A la espera de una pronta respuesta estoy, tengo que marcharme y proseguir con mi extraño destino, así ha de ser, dale que dale hasta aplacar esta eterna letanía.

Apurar el paso, hay que cerrar, transmutarse nuevamente y ser un watchmen chicha, en eso estoy y en eso ando.

Te espero -en el lugar de siempre-, en la quinta banca de la pérbola perdida, en el malecón de tus ansiedades mejor guardadas, al costado del farol resplandeciente que me dice que aún hay más que explicar, que perdonar, que decir, que manifestar.

No hay nada que reprochar(nos), empieza el juego nuevamente y ansío conversar contigo, solo eso, the time is talking...

Martes 26 de enero, verano de 2010

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