miércoles, 10 de febrero de 2010

La última al cierre de este jueves insensato

Todavía puedo oler tu perfume que jamás he olido -porque imaginármelo no cuesta nada- y la noche aún es propicia para enchufarme hasta el tuétano en este, mi mundillo ilógico.

Las versiones diarias no han cambiado, continúo en este ir y venir, en el devenir de mis días y la irrelevancia de mis actos.

Transpiro y digo -que se puede, que no es tarde, hay que decidirse y hacerlo-, la batalla ha de empezar nuevamente, la guerra aún no está del todo perdida.

Quedan pocos minutos antes que se desconecte el sistema y me deje en el limbo, en el aire, suspendido, colgado y absorto.

Ya pues, hay que terminarlo -de una vez por todas- mañana hay que salir temprano como todos los días de este interminable camino de rosas negras.

Se hace tarde, no hay más que decir, adiós Lima, adiós ninfas, adiós extraña amiga.

Lima, verano del 2010

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