Con los ojos enrojecidos de no saber si la hora es cierta para conciliar el sueño
discurro entre dos portales
un día en Santa María -km 50- volamos como galgos infernales, en una hora por la ola verde
la carga lista para saborizar almas inquietas con la herencia ancestral más la cuota nuestra
disparamos a su paladar
un triunfo acumulativo, no tanto hasta que el ansia se vea reconfortada por los pagos a la tierra -y a la mía-
sol/neblina/nubes/resolana; cuatricomía estacional, así se engríe el clima limeño
las seis horas peruanas listos para el cobro y la despedida hasta la que venga, cargamos, ya nos vamos
cabeceo, entremiro, sobresalto, y despierto en Lince para la bajada de Militar, incursión exitosa
la musa de la cuadra veinte es un espejismo en este valle urbano, criollo, pendejo, barrial
ahora nos sorprende con la gratitud hecha más por mi hermano (yo soy nuevo en el asunto)
placeres a nuestras bocas, pronta salida -ya fue suficiente-, la marcha en camino, se cierra la trinchera
una gaseosita para la pausa urgente, -trapiches humanos- la cuenta de la semana y la conversa con la cumpleañera
hasta pasado mañana (ella no descansa), pa la combi, viaje insmomne, noche en muere
aún me alcanza para estar un ratito con mi gusano de seda
le doy lo que puedo, mañana habrá un tiempito porque restan aún dos días más que librar
debo recogerme para encaletarme en el descanso reparador
viajo solo por instantes, la peregrinación es ineludible pese a la advertencia
coordinaciones por SMS, ya quedamos
jueves nada santo, solo laburo y letras perdidas en la memoria
perfomance adictiva, feriado laborable, me acuesto en tu recuerdo para no ser.
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domingo, 24 de abril de 2011
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