Encontróse de nuevo rodando la misma serie
el mismo camino de retorno entre la oscura avenida
la máquina rodante, sigilosa a paso de cortejo fúnebre
el pago por la travesía urbana, vuelto de cinco más boleto de despedida
adentro -como siempre- las miradas extraviadas sin ningún punto fijo
cada uno va contando los minutos que le quedan
por discurrir por paisajes inertes y repetidas crónicas de vida.
-Bajo en el siguiente paradero-, rojo para verde, ya llego
pisada fuerte al asfalto, Alice no cuenta nada de su silenciosa mirada
paraderos enquistados echan raíces para volverte a ver cada vez que pases
dejando un poco de ti en esta atosigante ciudad
sus remanentes suenan como viejas rockolas al final de aquella cantina atendida por Toniño
somnolienta y sórdida -portando su ojo que ya no ve-
cruzo hacia la siguiente orilla dribleando automóviles fugaces
atravesando los barrotes de la reja prisión para continuar con mi paseo nocturno
-Ford ha colgado sus respuestas-
ya mis fantasmas asesinos acechan incluso por mis aquellas hueveadoras rutas virtuales
no hallé a la tortuga ecuestre esta vez, solo un mensaje en la botella
dejó escapar el suave rumor de su encandilante presencia que no llego a tocar
fotos añejas de álbunes familiares dejó el vate norteño como un abrazo que habita hoy en un town
entre el mercado cerrado y el bullicio de las tiendas del barrio parto el paisaje en dos
me alejo lo más pronto de esa inusitada feria de personajes estereotipados
que prefiero no compartir
a una cuadra del pasaje estoy y Plant me dejó pensando
que si puede ser posible aquel concierto esperado
-vaya uno a saber- si es lo correcto amarrar historias paralelas
inciertas por interrupciones de mi extraño oficio
ya no contemplo más mis melómanas pasiones -everybody knows-
la casa tomada, golpeo tres veces la puerta con la clave que mis cordones umbilicales ya saben de memoria
mi niña mutante pregunta y abre la puerta de su inquieto/juguetón corazón
abrazo por siempre, pausa a la vida congelada en imágenes eternas
que se entrelazan en el jugo mágico por caminos separados
ya me marcho, -tenía que verla- contemplarla por unos instantes
hasta el cierre del portal entre líneas posibles
la veo de lejos y vuelvo mi rostro hacia ella
sigo mis pasos entre conteos al borde de ataques estresantes
para detenderme de vez en cuando
apuro el ritmo -está en camino- no entiendo porqué
debo seguir en este crucigrama sin finales de espera
la última llamada es un juego indescifrable
le dejo algunas migajas de la plusvalía, estoy atrapado
vista al final, conclusión con esta largada nuestra
hacia el cuarto callado, ya debo, ya es hora, apago las luces...
jueves, 21 de abril de 2011
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