domingo, 5 de enero de 2014

Después del cumpleaños

Recogiendo el día atrás en los tiempos agridulces quisiera que sea algo más que una escena de película. El sol absorve mis sentidos, mis pensamientos vanos viajan -cual fiel costumbre-, despertando un verano más que sacude el trajín de la noche taller noble maestro allá avenida del demonio de los andes, allá familia quién quisiera tenerla. Ineludible quéhacer de los años recorridos que sin embargo no me reconfortan estando más de un mundial azaroza vida por delante palmarés sólo para mis ojos. Dos sorpresas por un día que pintaba como simple y aislado que fue apabullado por el cantar 'happy birthay to you'(me la creo y no); en la chamba cotidianeidad con el cariño provenzal, con la compañía hermandad sociedad para no morir desterrado en el más extraño olvido cruel y despiadado. No quería hacerlo, -arrepentido o no- la llama(rada) de su alegría fiel y constante (mi amiguita de los cuentos en el Tomasal ahora en musa mujer, poema imposible, hembra con apellido de guerra) que quiso sea mía pudo más que mi habitual pesimismo desbordante; ayer me gustó la vida, hoy mucho menos pero siempre vuelo en sueños etéreos como canción imposible de componer. La magia estuvo de fiesta ayer en el barrio que me trae recuerdos felices en la edad de la inocencia, acompañándonos desde su estancia por la rambla hacia su batiguarida somos antes para intercambiar confesiones de estación, cómplices desde hace ya un buen tiempo, tiernos malditos. Fueron cayendo como paracaidistas -sí con contraseña-: la pianista del ayer con un regalo impensado perfecto balazo al corazón, hoy aunada a la noche excusa sus ojos son dos hermosos faroles que alumbran el más oscuro de los pensamientos. Por ahí llegó el maestro del arte y la vida, del clan la conexión de los ojos rasgados y los apellidos no son sólo amarillos y ancestrales,la nueva crema con tocada de puerta musical en su aleccionadora simpleza hay mucha historia y riqueza en su vida largometraje en technicolor que aprender, soy un aprendiz con el oído abierto quiero saber más (faltaste china, te la perdiste). La señora de la casa con nombre sacrosanto -en su dulce mirada veo a todas las madres del mundo-, la madre del anfitrión/piedra angular de esta cofradía inconmensurable imperdible por una cita más de celebración por la vida. Venida del norte sin américa, la menor de la familia de los muebles nombre 'paraíso de los dioses' con su imagen de heroína de manga presta al abrazo eterno de interminables noches musicales en la bohemia indeludible fa mayor. Ya pues,(la puntualidad no es peruana); la culpable de armar un festejo improntu, una celebración de buenas a primeras, se hizo esperar -back is black-, la musa no araña pero encanta, falta el látigo y la silla para domar a las fieras de ojos pecaminosos y caletas; ella es, coetánea promoción de la vida Melody. Estamos completos (el gordito en el sur y el coyote hondureño perdido sin acción; volverán las oscuras golondrinas): no somos los siete samurais ni los siete magníficos; siete son suficiente y así empieza la cita con el destino de los corazones ensimismados, unidos por la vida que queremos que no siempre es pródiga en anhelos inconquistables pero que mejor suena al pie del cañon o erguidos como un árbol que se resiste a caerse. Elixires de la vida, música -alive, piano Poquitobar-, pinturas en escenografía permanente, conversa entrañable, comida de los dioses para mortales supraextasiados, las horas marcan el destino final, abrazos apretados, besos adioses no para siempre, gracias por otra noche cúspide, hasta la próxima por siempre y para siempre...

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