viernes, 5 de octubre de 2012

cinco y seis

Ayer lo dejé en la avenida cotidiana, las casi trece horas sumatorias a la agenda sabatina saben a historia siempre inconclusa buceando muy de mañana con las branquias mutantes, trepando a las máquinas subversivas de norte a sur, de este a oeste hasta el inicio de la noche urgido por mitigar quebrantos desde el barrio jardín de sus aún cortos años mis hijas; la vuelta -como fiel peregrinaje entre la vida negada y la nueva en su estreno temporal sin fecha exacta de vencimiento-; vamos por las lecciones homework; vamos a estar más cerca de la dama de los vinilos en su día festivo, como en casa, como mandan los corazones melómanos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario