crónica de furia de titanes criolla

de vuelta al barrio linceño -al taller donde comenzó todo esto-; temprano un desayuno de sabor nacional para las compras de la nueva batalla sabatina; así, a una cuadra del cuartel general una señora 'xyz' se detiene abruptamente delante mío y como un cuasichoque por cualquier vía expresa hago un amague para no chocar su humanidad por la retaguardia; la mirada -con ojos de medusa- del saludo por a...delantado a mi madre me sacaron de cuadro (yo devolví esa 'gentileza' girando mi cabeza como Linda Blair en ' El Exorcista ') pues esa ' furia de titanes criolla ' se respira en el ambiente como una marca registrada de agresividad, violencia e intolerancia muy peruanos (¿qué pensaría, qué le iba a robar, qué le iba a hacer algún tocamiento indebido?, ¡ intringulis chingulis ! -me decía Anteojito-), al borde del mediodía una misión hasta el km 123 en una playa sureña secuestrada por la clase privilegiada para romper los esquemas gustativos de unas niñas porque pueden; nos ganó la noche y fierro a fondo para retornar de una buena vez al centro de operaciones -otra tierra conquistada por la magia de la sazón aprendida ancestralmente y por nosotros-; paradero final: chifa de la treinta y seis, última conversa con la mayor antes que mañana -dos tías -no muy viejas- clavan sus miradas agrias y metiches por que creen estar en la sala de su casa o en un chifa VIP -valga la ironía-; voy a disfrutar de mi último plato de la noche con la lectura del día que me deja un extraño sabor a ciudad anti, a capital huachafa, a gente acomplejada y a la defensiva que cree que la persiguen o que no soporta compartir un espacio público que creen suyo por el simple hecho de pensar mal de al lado o porque aborrecen a cualquiera que no se parezca a ellos, sea limeño de generación por generación, provinciano o marciano de alguna colonia cuartomundista emergente, mañana te espero domingo para que me trates mejor que ayer...