viernes, 16 de abril de 2010

La 'U', los Baltazar y dos camellos

Fue un día de sol abrasador, -eran más o menos las cuatro- venía cansado de la chamba, paré en casa de mis hijas para saludarlas y entrar un rato al internet para revisar mis correos.

Mi concentración se vio interrumpida con la llamada de Birri:
-Habla Lucho, ¿qué fue?
-Oe Cepillín, para ver el partido en mi casa, el partido es a las seis, hay tiempo, lo voy a ver con Renato, mis primos también van a venir.
-Es a las cinco y media, un pata me dijo, ¿puedes decirle que pase por mi casa para ir juntos?
-Ya, trata de llamarlo, le voy a decir de todas maneras, nos vemos.
-Yanto.

Salí de la casa tras despedirme de Isaboe y Luana (una jateando, la otra haciendo sus tareas).

Le mandé un mensaje al 'diablo', traté de llamarlo -su equipo estaba fuera de servicio-, me fui a mi casa a dejar mis cosas y con las mismas fui al chifa de la Canadá para almorzar un menú.

Ya eran como las cinco y veinte, de regreso a mi casa para ver qué hay en Fox; estaban los equipos de Lanús y la U listos para saltar a la cancha, alerto y mensajeo a Lucho: ya están saliendo...

Otro mensaje más: Si es que Renato no puede -porque no llegué a comunicarme con él- y se complica la cosa, lo dejamos para la próxima, hablamos.

Arrancó el partido, la U salió vehementemente, quiere imponer su dinámica -Lanús responde de igual manera- el partido es abierto, los primeros veinticinco minutos el cuadro crema puebla el mediocampo y toma el control del cotejo, Lanús ataca también pero desordenadamente y sin claridad.

Suena el fono: -¿Vas a ir de todas maneras, no?(es la voz del 'diablo').
-Sí, ya comenzó el partido, ¿a qué hora vienes?
-En unos quince minutos.
-Te espero.

Faltan contados minutos y Renato que no venía, otro SMS: ¿a qué hora vienes?
Respuesta de mensaje: acabando el primer tiempo voy para tu casa.

Al comienzo estaba dudando si ir o no ir, primero porque todavía andaba medio cagado del estómago, es día particular -de hecho que tomamos algo-,estaba algo cansado y también porque Lucho es bravo y no sé a qué hora regresaría a mi casa.

Terminó el primer tiempo y luego de unos diez minutos más de retraso llegó el 'diablo' en su bólido dominó.
-Vamos a recoger primero a mi cuñado -Javier- antes de ir donde Lucho (pone música de Kortatu para animar el viaje).
Recogemos a Javier, salimos cueteados para ver el segundo tiempo; pasamos el cruce de Javier Prado con San Luis -hay un traficazo-.
-Es que hoy es el concierto de Mobi y no sé de quién más (afirma Renato).
Avanzamos violentos, casi en un abrir y cerrar de ojos estamos en la jato de Lucho.
Saltamos al point, abre Lucho: -¡Oiga Cepillín! (nos recibe entusiastamente).

Nos instalamos presurosos en la sala -donde el Birri tiene una pantalla impresionante, perfecta para este tipo de acontecimientos-, ya había comenzado el segundo tiempo.
Adentro estaba Aishe (esposa y dueña de Lucho) y 'Johnatan Maycielo' (su cuñao camello) mostrando un collage de fotos -en su Laptop- de épocas pasadas cuando concurríamos en masa a ver a la U con Lucho, Renato, mi hermano -Aldo- y otra gente que se ha extraviado.

Le decía a Renato que la U se había salvado en el primer tiempo -un jugador del Lanús le había asestado un cabezazo al poste-.
Estaban tomando whiskonsi con hielo, tomamos también nosotros.
Tocan a la puerta, van llegando sus primos, es Césitar, llega con un six pack (el menor de los primos Baltazar) -un verdadero Ben 10 cuando se convierte en esos roperos monstruos-.
El partido continúa, la U trata de controlar el mediocampo, Lanús ha tomado la iniciativa, el partido es movido pero de bajo nivel técnico.
Ahora llegó Cato (Germán) -el hombre pez, más bien se parece a uno de esos aborígenes clones de Avatar-.
Luego cae Félix, con su voluminosa figura y cintura de cámara de camión, ahí viene Bozzly (Gerardo), con una estampa entre Buddy Holly con Elvis Costello pero 'hinchado por la cortisona'...
Ya estamos completos, somos nueve bastardos sin gloria.

El partido está terminándose, los cremas realizan variantes, entra el chato Rui Díaz y en una de las últimas jugadas del partido casi hace el gol de su vida y el de la clasificación.
Galliquio, Reiner Torres, Toñito Gonzáles, Rabanal y el arquero Fernández son lo más destacados, el resto ha pasado desapercibido.

Es en las postrimerías del encuentro que el 'orejón' Fernández se lanza más que espectacularmente, figuretazo se deja caer fingiendo una falta, se queda en el piso para hacer hora -¡qué huevón- y uno de Lanús lo quiere levantar toscamente contra su voluntad.

Allí se arma toda una trifulca y se enciende la llama de la bronca -que debió durar unos tres a cuatro minutos-, fue lo más entretenido del partido porque ambos ofrecieron un fútbol de muy bajo nivel técnico, después lo qué pasó y las consecuencias lo sabemos todos.

Ahora chelas por whiskies, comentando el rincón del box que fue el encuentro, zapping...estamos -en el cable- viendo algo de historia del rock, después cambio a la realidad nacional: Al fondo hay sitio -unos se quedan para ver, otros nos vamos al patio para prender la parrilla e ir preparando lo que los primos Yaipén, perdón Baltazar han comprado: chorizos, alitas y corazoncitos de pollo.

La chancha: diez lucas por chimba y cinco más para un jonca de chelas.

Me quedo conversando con Lucho mientras el carbón va agarrando calor, Bozzly se nos auna y uno a uno van saliendo el resto de punteros.

Los chorizos con los panes bagette es lo primero que le dan curso, luego los corazoncitos y después las alitas.

Está rica la parrilla, las mandíbulas hablan ahora, no hay palabras.

Entre sendas chelas heladitas, los cigarrillos de rigor, la conversa y la joda, se va pasando una velada entretenida.
Otra ronda más, la última -quedamos unos pocos, la mayoría se ha retirado, mañana hay que trabajar pues- para ensalzar tan amena charla sobre el fútbol, los compadres, Javiercito, en fin.

Llega el último paracaidista de la noche: Rhiad (también cuñado de Lucho y hermano de Johnatan), más conocido como Kukín, -panzón él-, vino de una noche de copas (para variar),de Mobi -dice-.

La hora ha avanzado rápido y llegamos a la 1:30 de la madrugada, ya es hora, los ojos se me entrecierran, nos vamos con el diablo y Javier; Lucho me dice -a vuelo de pájaro- que a lo mejor me pasa la voz para jugar el próximo miércoles, a ver...

Medio trapo, medio picado -no me acuerdo cómo me dejaron-, llego a mi casa, intento escribir algo en la compu, nada, se me cierran los ojos; así es que al sobre que mañana será otro día (estoy tan cansado que me tiro encima de la cama tal como inicié el día).

Caigo de sueño pero pensando en la noche inmensa que tuvimos, la unión y camaradería del clan Baltazar -la pasión que los une-, la larga amistad que tengo con Lucho y Renato, el partido del casi, -como siempre- de esta U de Reynoso carente de todo argumento ofensivo, de los camellos, que tan diferentes son -como lo somos Aldo y yo,pero el mundo qué sabe de empatías eternas y de desencantos cotidianos.

KILL WILL

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