jueves, 31 de enero de 2013

confesiones de verano para ti

Los días veraniegos asesinan de sudor y agobio sediento a ciudad gótica, capital gris, metrópoli ensimismada de caos cotidiano y (des)orden de una modernidad que quiere ser lo que tal vez podría imaginarse, pero en una realidad que hierve como olla de presión social seguimos como país mutante emergente en vías, siempre en vías que desvían el norte para volverse sur; así paso los calendarios del nuevo año con la media centuria encima, con mis sueños contenidos, quemándome para la grasa de las capitales; la culminación de la jornada laburo con chaus de personajes convivientes de un story board distinto y parecido -day by day- las calles dibujaron paisajes de películas insospechadas; la noche es fresca para la juerga de muchachos inquietos que quieren sorbérsela de un solo trago; ese cuadrúpedo negro tirado -esperando al siniestro barquero llevárselo- a un lado del pasaje caminata no es más que la despedida de una vida de perros sin justicia, con olvido; la llamada a la hermandad de los años álbum, es un premio delivery, sin palmares pero con cariño premium; imposible acudir al llamado de lo que está fuera de la justa medida (su alegría no es mi alegría); la vida no siempre reparte en cantidades iguales, aprieta; luego existes...

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