La contraseña me quería jugar una mala pasada
solucionado el bache virtual prosigo con mi nocturno encargo
los días están más que extraños, indescifrables como tú
y tu tierna mirada, la que escapa a cada gota estallada
de silencio cómplice, de sentimientos malinterpretados
por alguna dicha inexistente que juega una vez más
en los angostos pasajes de tu pelo suelto y salvaje
inútil es poder decir que no me acuerdo
recorriendo la profundidad de tu voluptuosa piel
me arrodillo ante ti y espero tu venia para poder abrazarte
las caminatas atemporales por los eternos valles de nuestra inconstancia
es historia pasada, la que vendrá resulta perturbadora
viejos atardeceres golpean nuestros corazones intrépidos
otra fuga nos espera, ¿será posible otro estreno bizarro clandestino?
más abajo de los acantilados dormiremos llenos de olvido
lejos de aquellas miradas impuras y enervantes
flotaremos en otro río, en otra nación, más allá de lo prohibido
lamentablemente me pellizcas y vuelvo en mí otra vez
parado frente a ti como un tótem indolente
la conversa está por concluir y los sendos vasos
llenos de remordimientos flagelantes no me atraparán
tú por tu lado, yo en reversa me desvío del camino
me devaneo y despierto en mi lecho inconsecuente
hora de lavarse la cara, mañana hay que trabajar.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
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