Mañana ya es prácticamente navidad
¿qué sentir, qué pensar acerca de aquella contrastante fecha?
ayer era otra efervesencia cuando niño
ahora no sabría ubicarla en su exacta dimensión; haré un intento:
en la vorágine mercantilista, en los rancios villancicos asesinos de mis oídos
en los regalos cuando podías, en la cena prodigiosa (quizás el elemento más bacán)
en los fuegos artificiales del mercado pirotécnico cada vez más cercanos a armas de guerra
en aquel niño de cinco años de su hogar la calle vendiendo su desesperación
en mis hijas que ya no están como antes
en el laburo de hoy con mi hermano enrumbados hacia la corazonada soñada
en la ausencia del chino Kique y su estela legendaria en el tiempo
en mi añorada infancia en Chaclacayo y mis días psicodélicos hippilines
en los juguetes que mi viejo me compraba con tanto esfuerzo y cariño
y yo los destruía con una ávida rapidez
en los años infantiles y adolescentes cuando la lectura era más pueril
a pesar de ello hoy la celebro sin fanfarrias y con la mirada serena
solo sé que conforme va pasando el tiempo ese espíritu anterior
cada vez más se aleja y la esencia de lo que quisiera de ella
es un espejismo al final de la carretera
mañana casi es navidad y la esperaré sentado
cabeceando -quizá- para depredar la sabrosa cena
y después llegar a la cámara de hibernación
pensando en los que están afuera que se mueren por estar aquí
tan solo por unos instantes
ya casi es navidad y solo sé que debo trabajar.
jueves, 23 de diciembre de 2010
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