lunes, 10 de septiembre de 2012

Al maestro con cariño

" Lo que realmente importa es la fatalidad de escribir: sólo la fatalidad distingue a un poeta de alguien que escribe poemas como un simple pasatiempo ". (Eduardo Chirinos) Ayer mirando el cielo gris limeño -que quería ser sol antes que resolana- como tantas veces batiéndome entre las brasas ardientes por distritos opulentos para el salario en el sétimo día desde más de tres años persiguiendo las ilusiones contenidas. Así, mientras los comensales disfrutaban de su reunión familiar llegó la llamada inesperada -pero grata- alimentó mi sed, mi cansancio, mi hambre atrasada;mis ansias siempre insatisfechas. Tu voz -en off- en frecuencia modulada de locutor para largosmetrajes, de narrador de historias supremas, de conmovedor leedor de poemas de leyenda; de mejor conversador (don esquivo a mi naturaleza escapista) tal vez próximamente sea la que dé vida a estas líneas guardadas para aquel proyecto que sigue siendo un sueño postergado por el pesimismo y la desidia mías. Diez minutos en la azotea que abrazaron la amistad plena hace más de una treintena de aventuras escolares que fuera de las aulas se reencontraron por esta magia de las redes virtuales desde aquel día para mirarnos tiernamente a los ojos como viejos soldados que regresan del frente de combate jurándose fidelidad eterna. Aleccionadoras palabras que reposaron en mi alma inquieta y vagabunda como premio dominguero para colmar mis preguntas sin respuestas, para aprender de su sabiduría apabullante y sencilla con la vida, para desentrañar lo inentrañable, para alejar mis fantasmas cotidianos que son parte de mi radiografía vitae. Ya máster de la pianola, pintor de su historia de vida, gracias por mostrarme su corazón, De Vitto...

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