jueves, 27 de febrero de 2014

Storyboard (¡ay miércoles!)...

Claroscuro (6:00 a.m.) el día terciando la semana verano que no asume el sol que se pintó tricolor antes que corneta tricicleando la vida sirva el pan de su frente, sin luces ni sun. Contra la ventana me despierta vaga y extraviada –cuculí le llamó, cuculí le llamó, cucú, cucú, cucú, cucurrucucú-; periódico al estilo yanqui, sus titulares se estrellan todas las mañanas contra el piso adornando miserias diurnas que empapelan de entrada la segunda cuadra del maestro Barbieri (el decano cumple su rol de envolver naturaleza muerta perfecta entrega miserable país). Rutin time every day antes del desayuno blues, facebookeando los días, el Yaris del patriarca arranca la mañana de su tándem solitario y puntual –mi vieja duerme su existencia como ranchera de Pedro Infante (cien años no pienso en ti)-, el jugo esperará la vuelta muy fresco y quieto dentro de su cámara tarea para la casa desde hace cuánto. Perfume de la esfinge castilleja siempre me recuerda que debo alabarte en silencio a sabiendas que mis devaneos suspiran de oasis platónico por la gracia de tu presencia inquieto poema, alucinado romance en outside (es la salida a la calle jungla capital). La radio dos mil –modelo anticucho me sirve para mis fines suficiente hablo-: De Niro en La Molina, el reencarnado ‘joven’ shaolín para después será la promesa que acompaña al corazón. La veredas hierven de estación, caminata en siete trepordeporte mediano dinosaurio enlatado hasta las avenidas en cruz, los seres anónimos dibujan extrañas revoluciones por minuto como si fuera “ esta será tal vez mi última canción que yo canto para ti” del long play de la Lucha en su lucha; mientras colorean el collage de las mañanitas que no cantaba Viko el rey transpirando el paisaje urbano muy cerca al inmenso elefante burocrático ministerio, igual museo mausoleo, antes José Olaya pescaba todas las mañanas su angustia de héroe superlativizado por venciendos caricaturizando las clases primariosas para no olvidar, militares del quinquenio por más cuartos saqueados hasta el rescate de atahualpas etnocidiados. (Control g), al banco –no precisamente para asaltar una ventanilla-, el giro llegó y con él mi recuerdo eterno al hermano arteculturoso –Richy corazón de león-, exit sorteando la estación del tren y cientos de zombies capitalinos hasta la Canadá, el hedor nos consume en una china hasta el barrio jardín (cúster despreciable de cada día te maldigo). La casa de la Almudena siempre me trae recuerdos -black and white- por encontrarme una vez más con cómics chiquititos; mi tierno gusano es la razón de toda esta serial imposible de aprender, su mirada es larga como ella misma, la melancolía es un rocklento por dentro –que acompañan sus momentos grises que son casi siempre todos sus momentos- no hay heat of the moment. Los viles comprobantes de pago –si fueran a la pachamama-, su madre que fue era de ayer, ahora juega su última apuesta en vida de otra vida que anuncian historias para coleccionar. Otro banco que asaltar con su pulcra fachada de agencia del usufructuo a nombre del poderoso mafioso de la rinconada que se carga al país con el sudor de su frente en cuentas del gran caimán o en la suiza cómplice y anónima –‘business son business’-. El colegio es la nueva parada –sin arca comunal ni casualidad, no recibiré nada aunque pase por ‘Go’-, la sala de espera adentro es una condena de a poquitos, el tiempo pasa atropellando los pensamientos de cada uno (las monjas son así). After hour al second floor con la directora de los pingüinos hispana congregación para la cafeteada –repeat, repeat after me: “que no vuelva a pasar”-, ya está, ya fue, ya la tragué. Break pasaje salamanquino saving exchange, otra vez float on, graciela no es su nombre pero suena a sacada de sombrero sin conejo blanco muy cerca de aplacar taquicardias contenidas. Regreso hacia el laburo, el mediodía acosa el sobretiempo estimado, la bitácora in return, ya no sé cuántos sudores en nombre de quién y para quién, en nombre de porqués. La rutina no cuenta para la cuenta, the dark side of mi mueloon lista para la autopsia, Meloxical receta telephone line Liliene a sobrevivencia yuxtapuesta que será de ti. Mañana ella cerrará el capítulo replay que servirá para remendar su pequeña vida –aún sus catorce lunas siguen siendo castas e irresponsables, cómo nos parecemos-; gusano tierno es la factura por pagar por las cuentas del alma (cachetes mayores todavía es boleta). Minúsculas gotas de lluvia veraniega anuncian tímidamente el fulgor de tu despedida al pasar (la partida del márket mientras tu venías, yo iba, siempre me iba, siempre me voy escapando de tu esquiva presencia, como eterno renglón torcido y trémulo que no sabe de quereres, ahora enclaustrados sin aviso y sin remedio). “ La consulta y las miradas son gratis “ –se lo copio al estoico vendedor NN de productos bionaturales montado en aquel dragón urbano vía la vida no es bella, es vida que no convida, pero aún con vida…

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