domingo, 4 de noviembre de 2012

Demasiado viernes, demasiado...

Viernes demasiado, estoques de lleno al corazón rendido ante la noche grandilocuente apagones preludio para la carga de baterías líquidas que animen las almas furtivas donde cruzan las avenidas de los surcos distritales honrado invitado lujo presencial una velada musical (en excusa despedida Rosellita y su gringo Larry) trajo a esos seres ligados al maestro con cariño su piano de vida piqueando y nominando el formidable ají de gallina señora Consuelo -bravo- me trajo recuerdos entrañables con manos mágicas de sazones de antaño calibre similar a la recordada Rosita Ríos y sus platillos criollos ensimismados allá cerca de los amancaes, allá por la carretera central allá mis tías sabias cocineras nuestro querido 'Huevo' regó la cita con sus pociones mágicas avivando dichosos seres a golpe de cajón en sus manos promoción, las guitarras y las voces rompen el silencio de la Mariscal Cáceres después del feriado santo, después del criohalloween aquel tema en solo del anfitrión un disparo certero al órgano pasión las lágrimas al borde del acantilado por la culpa del tono trémulo Cárdenas por la gran culpa de Caetano Veloso secuestrado por los músicos embalados me llegó la retirada triste la pandilla y su clan en historieta póstuma vampiro estoy, boleteado de laburo ando, adiós inmediato sorteando la molestia picada, sus manotazos de cariño por dejarme ir taxi oxidado para dejar atrás el taller concierto, demasiado viernes demasiados corazones al servicio de la melomanía, yo también hermanito Poquito, yo también...

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