domingo, 11 de noviembre de 2012

ayuno para Freud

Y así trasunto por este extraño camino -one more time- en cualquier lugar sin nombre alguno te he buscado más de un quinquenio, no sé dónde habitas ni quién eres he hecho de todo -o aún no lo he hecho todo- oficios impensables, laburos inimaginables, y así continúo la puta sobrevivencia, la maldita cotidianeidad me duele la columna y mis años también (aquí te parafraseo querido hermano) cuarenta y cinco días es el estimado para llegar a la tierra media capítulos sin temporada, vago y existo, creo y me propongo, abdico y retrocedo acepto y(me)miento,(me)niego,castigo mi cuerpo en las noches peregrinas cada vez que brota ya perdí la lectura a las musas ("ellas han pasao por mí", así es Joan Manuel) la puerta golpeó anoche traída desde un viaje; ¿los últimos viajes antes de partir? (abrí pero no los ví, fiel a mi estilo) continúan los pasos mañaneros,desperté de una insensata película de mis miedos cómplices con un reciente personaje rastreado de una amistad extraviada el menú oasis en las noches unipersonales, las veredas desiertas son canciones 12" los domingos libres -seámoslo siempre- son amortiguadores a las semanas atosigantes la alergia pasajera ya no atormenta mis 49 (se fue a pasear con mis días jóvenes) mi viejo tose como típica cortina musical de la casa sin fecha de expiración -por ahora- presto para disfrazarme de domingo reincidente para trajearme hacia mis rincones salamanquinos para volver otra vez como terco vinilo de cuarenta y cinco revoluciones por minuto cada vez que los dedos bohemios echen una luca en la rockola ochentera de Toniño la balada desempolvada, el rocklento suspendido en el tiempo y en mi memoria hacia mi barrio jardín, hacia mi gusano de vida (tal vez mi única razón existencial).

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