domingo, 16 de diciembre de 2012

varadero en Cieneguilla

Desde el cuartel de operaciones temprano hacia el distrito dónde hasta el sol parece comprado; la última atención para una tarde ardorosa cuando nada haría presagiar que las coyunturas se convierten en pruebas y sucesos que superar; la máqu
ina rodante nos dejó varados en medio del camino dónde las mototaxis vuelan como zancudos urbanos y las personas pasan como fantasmas sin guión solo miradas taciturnas de olvido; la noche nos cogió ensimismados pero la suerte existe pese a que el norte de nuestra voluntad se quebraba allí apareció el mecánico del arenal arriba la cuesta; tres horas más casi sin aliento, cubiertos de fatiga y estrés indomable; vuelta a casa sumando dos más sin cigarros que fumar ni comida que comprar (todos cerrados) y me llamaron para la amargura falacia; ya encaré, el lunes no será lo mismo
-detestables imágenes paganas-; hasta el domingo con mis dos lunares en el bosque con sol a la izquierda cruzando el puente de los ángeles...

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