miércoles, 26 de diciembre de 2012

día 25

día veinticinco de regreso a la casa en la Almudena, la ciudad aún no se recupera de la celebración de anoche, almuerzo con mis dos mujercitas -cada una cual su historia- atravesando la circunvalacienta avenida y el arco salamanquino para caer en tres platos mitigando las glándulas salivales y los rugidos leonísticos; de vuelta a su casa en el barrio jardín para la despedida de la otra familia su madre con rostros aparecidos después de muchas seriales incompletas; incursión hacia mi guarida fraile con encuentro navideño del clan Wong; las tres familias y las extensiones de vida por la última conversa del feriado esperado del año; adioses hasta volver a la carga por el último día del año o por los primeros cuatro días la cincuentena en intrigante línea de tiempo, en enigmática longevidad quizás origen patriarcal desde la región lejana cantonesa -la razón de todo esto-; lonche cierre con mi tierno gusano, la mamá Pinta (Adele en off) hasta mañana de nuevo a la realidad, con el pensamiento pendiente en la deuda conversa que -por ahora- es motivo de expectativa necesaria para curar las heridas del pasado o simplemente la confirmación de una página volteada por la voluntad radical de una amistad que un día fue y no sé si seguirá siendo la continuación para seguir escribiendo las mejores historias cómplices...

No hay comentarios:

Publicar un comentario