martes, 8 de octubre de 2013

Holiday y mi hija

Feriado a medias, tras la cabalgata siete horas sin gillete a por la menor en sus catorce agostos que aún saben a poco, las cosas simples de la vida -no las de Nino- son las que necesito para ser lo que tendría que ser, gente pequeña en el barrio jardín porque no tienen la culpa de no estar mejor que un bolero olvidado, no hay flores muertas, es mi tierno gusano que vive en mí y yo en su manzana existencial; la noche húmeda en solsticio mentiroso de ciudad gótica concluye con la mirada infinita en el último bar de los recuerdos...

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