miércoles, 24 de octubre de 2012
las gotas de mi vida ayer
Y las gotas de lluvia cayeron como baladas perdidas fuera del renglón añorado
grandes esta vez, como golpes de blues que rememoran al barrio ceja de sierra
(creí verla esta vez pero no fue, no estuvo, nunca llegó)
siempre vuelve mi mente a la marcha de los caracoles remolque -de todas las tallas-
los chanchitos de la humedad (gordos y galgos, enrollables, albinos,
con las barrigas llenas de muchos bebés amarillos, cruzados
con cucarachas debajo de la gran piedra en el jardín de la casa de los olivos)
vuelvo a ver las inmensas gotas mojando el pasto del parque central -desde el 67-
las veredas rajadas -por aquel sismo del setenta-
yo las veía desde mi pueril ventana cuando la cosa se ponía color de ducha
o simplemente no podía salir afuera a mojarme por el asma implacable
yo recuerdo el olor a tierra mojada, inolvidable perfume de la naturaleza
oliendo los años retros, la educación militarizada y facistoide
la explosión de la década del poder de las flores y la oleada hippie
-hola patas, repetía Gerardo- en su programa musical en el enorme mueble televisor
cuando la música la luqueábamos sentados en la sala de estar solo a dos tonos
la lluvia y el inmenso llamado con el pasado y la historia nuestra
hoy día llovió grande y harto como antes
ahora las canciones en su nombre son cortinas musicales en mi mente
y llovió otra vez como ayer, como cuando la felicidad eran telenovelas hechas canción
in the rain comes...
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