jueves, 12 de julio de 2012
1:01
La noche seguirá extinguiéndose como el canto más callado de tu corazón aprisionado
no lo veo venir porque a través de tus silencios perpetuos nace una lágrima olvidada
solo el extravío es mi alimento cotidiano que renace de sus propios conflictos
y me acuerdo de ti maestro de los dedos ágiles con la respiración en contrapunto
es cierto, no sabemos nada de lo que creemos conocer; así morirenos ignorantes
sedientos en nuestras desesperanzas, huiremos como suele ser nuestro instinto
más animal que se recoge de espanto cuando ya el telón ha caído hacia otro día
debo acabarlo, el tiempo retrocarga su impaciencia sin esperas ni paradas obligadas
llegó el sexto, no hay happy end; solo estas palabras que aspiran en convertirse
en aliento fresco como el aire que se cuela por tu ventana esperando acariciar
la última sonrisa de tu piel prohibida...
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