Navegando en el mar infinito de tus costumbres mejor guardadas empiezo donde terminé
ya sin remos olvidados buscaré guarecerme de esa resaca impaciente
los versos que perdí en aquel parque de tu voz sin aliento me huelen bien a ti
solo que de la nave NN recupero lo poco que saquié, sustancial e insoslayable (¿quéhacer?)
advertido estuve, cansado y trajiando solo por etapas que sigo quemando junto a la caja de mis ancestros
que vararon en la isla -aún en pie, sola contra el mundo, esperando su ocaso con estoicismo quizás ya fuera de tiempo-
así creo conocerte y mi llanto negado solo lo guardo para las ocasiones azarozas
donde el destino ahorque a mis demonios y viole mis instintos malsanos acostumbrados a mis devaneos decadentes
sin taxi que montar, con combis de mala muerte, trasunto por calles solitarias y agrestes en nombre de la poesía
bardos, escritores inéditos, músicos para ellos mismos, artistas sin laureles, solo ánimas soledades
dibujan tu contorneante cuerpo ahorita de mi pensamiento hacia la virtualidad de tu lejanía más sincera
de eso y muchos ejercicios absurdos me ocupo yo, ya sin remedio, como un remedo cotidiano, te alucino
lunes por la noche villajardiniana prosigo con esta terca costumbre de derramar letras enfriadas por el viento otoño
ya en mi cubículo imaginario me voy perdiendo como un corpúsculo insignificante en esta batahola de vida
que me ha tocado aceptar por muchos malos traeres de esferas encaletadas en universos limeños
con el corazón agitado de no saber elegir el título apropiado para este canto atemporal
partir para no ser, ser para creer que no creo que sea...
lunes, 26 de marzo de 2012
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